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Un paso en falso en la aplicación de la ley fue el concurso que el año pasado convocó la AFSCA para adjudicar 220 licencias para servicios de televisión digital abierta. Lo que pudo haber sido motivo de festejo, se convirtió en uno de los aspectos más cuestionados, por las exigencias que la convocatoria establecía para los sectores sin fines de lucro. “El valor del pliego era de 42.000 a 140.000 pesos, una barbaridad, y unas condiciones inalcanzables para un medio comunitario”, cuenta Vinelli. Además, la licitación preveía el uso de la plataforma estatal de Arsat, lo cual ahorraba a los licenciatarios costos de instalación de antenas y transmisores, pero establecía un alquiler de 24.000 pesos mensuales. “Obviamente no se presentó prácticamente nadie, porque no podían cumplir con los requisitos… Por ejemplo: se nos reclamaba que declaráramos empleados. Eso es algo que una pequeña empresa puede hacer, pero un medio comunitario no, porque no nos regimos con la lógica patrón-empleado y tenemos una forma de funcionamiento muy arraigada en un tipo de propiedad que es social”.
El reclamo liderado por el Espacio de Televisoras Alternativas, Populares y Comunitarias –que surgió durante ese conflicto- logró que se suspendieran los concursos y se iniciaran negociaciones que luego quedaron estancadas. “Se tienen que hacer nuevos pliegos que contemplen las desventajas desde las que parte el sector sin fines de lucro”, reclama Calicchio, otro crítico a la gestión de la AFSCA.
Para Vinelli, “hay mucha improvisación, un poco de impericia, y fundamentalmente no hay una voluntad real de avanzar en la democratización de la comunicación y en la legalización de medios que realmente estén en manos del movimiento social. Creo que la ley les quedó grande”. Busso, en cambio, cree que no fue un problema político sino “de gestión”. “El ministerio de Planificación avanzó mucho en lo tecnológico con la TV digital, entonces se hizo un llamado a concurso en función de esas plataformas y no de lo comunicacional. Por eso, los pliegos estaban mal hechos. Ahora habrá que hacer un llamado con otros costos y otras exigencias”.