Carlitos está sonriente. Muy sonriente. Y lo llevan en andas chicos felices como los que él quería. Así se puede describir el dibujo que nuestro amigo Leo Bolzicco hizo para La Pulseada al cumplirse un año de la muerte del cura (Nº 44, de octubre 2006).
Hoy ese dibujo recibe a todos los que entran al predio de 643 entre 12 y 13, porque las pibas y los pibes lo hicieron mural en la pared de la panadería Viejo Pepe. Con el esfuerzo, la habilidad y el amor de muchos se le está cambiando la cara a nuestro hogar convivencial. Se pintó la ermita en donde descansa Carlitos, se la iluminó como corresponde y se la bordeó de plantitas con flores. También el Salón de Usos Múltiples fue pintado, coronado con una de las tantas frases de Cajade y rodeado de manos que enchastraron de alegría y colores el SUM, testigo de encuentros, mates, asados y actividades de todo tipo. Allí, por ejemplo, el taller de Teatro de la Universidad puso en escena una de sus obras y el historiador Osvaldo Bayer ofreció una conferencia sobre el monumento a la mujer originaria. El Hogar quedó hermoso y vamos por más: ahora se viene la pintura de las casitas porque, como nos aseguró la Negri con su sonrisa de siempre, “estamos haciendo cosas para mejorar”.