CINE
Tres anuncios para un crimen
Dirección: Michael McDonagh
(Gran Bretaña-EEUU, 2017)
115 minutos
De los filmes que este año compitieron por el Oscar, éste es sin dudas uno de los mejores. Sea que se lo considere un policial negro, un thriller o -como algunos han dicho- un western estilizado, lo cierto es que el director y guionista inglés Michael McDonagh consigue darle una nueva vuelta de tuerca al cine de género. Más que esclarecer el crimen importa abundar en la psicología de los personajes. Según la sinopsis, una madre, desesperada porque hace nueve meses han violado y asesinado a su joven hija y no hay avances en la investigación, alquila tres grandes carteles publicitarios ubicados en una de las rutas de acceso al pequeño pueblo del midwest norteamericano donde vive, no para promocionar ningún producto, sino para interpelar directamente al jefe policial local por su inoperancia. A partir de allí se desencadenan las acciones que, por supuesto, no conviene revelar. El largometraje adquiere valor no sólo por su originalidad sino también por tres interpretaciones descollantes. Francis McDormand encarna con gran riqueza de matices a Mildred Hayes, la madre empeñada en conseguir justicia. Woody Harrelson, con pelos de menos, kilos de más y talento de sobra, le da vida al sheriff Bill Willougby, que jugará un papel fundamental en la trama. Y Sam Rockwell compondrá con brillo a Jason Dixon, un policía discriminador y violento. Una de las frases memorables del comisario: “Si me deshago de todos los agentes que son racistas, a lo sumo me quedan tres, que seguro son homofóbicos”. La Academia hizo esta vez justicia considerando a McDormand la Mejor Actriz Protagónica y a Rockwell el Mejor Actor de Reparto del año.
Carlos Gassmann