“Relatos para ahuyentar las nanas” es un disco con diez cuentos leídos por conocidos cantantes, actores o periodistas, que la Asociación de Trabajadores del Estado ya comienza a distribuir. Se pensó como un producto artístico, terapéutico y social, desde una idea integral de la salud, y busca contribuir a recuperar el juego y la fantasía en los espacios de consulta e internación.
Por Juan Manuel Mannarino
Decir nana en Latinoamérica es nombrar universos distintos. En algunas zonas del Caribe, el término se aplica a las mujeres que preparan la comida a los soldados. En Chile es un eufemismo para denominar a las empleadas domésticas —y así lo demuestra la notable película La nana, que dirigió en 2009 Sebastián Silva—. En México, nana tiene un significado animal: es la zona que corresponde al útero de la vaca y del cerdo.
Sin embargo, hay dos acepciones más comunes para nosotros. Nana se llama a las canciones de cuna para dormir a los niños. Y sobre todo, la nana más famosa de todas es la que usan los niños: nadie duda ante un “Mamá, tengo nana”. Ese chico necesita mimos para curarse de algo.
“Relatos para ahuyentar nanas”, a punto de salir, es un disco con diez cuentos de autores reconocidos contados por personalidades de la cultura. Producido por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), fue concebido como una caricia que escucharán miles de niños en los hospitales pediátricos públicos de nuestro país. La iniciativa surgió del área de Salud del Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (IDEP) —que pertenece a ATE Buenos Aires— y se trata de una experiencia pionera: el disco se escuchará en las salas de espera y en los espacios de internación.
“Esta idea parte desde el convencimiento de un nuevo concepto de salud integral, en el que el eje no es la enfermedad, sino que abre la posibilidad de recuperar al niño como sujeto de derechos —dice Daniel Godoy, trabajador de la salud y uno de los impulsores del proyecto—. Creemos que, cuando está en un hospital, el niño no es un cuerpo enfermo a ser sanado sino una subjetividad a ser comprendida, cuidada y estimulada. Y este disco apunta a recuperar el espacio del juego no sólo como recreación sino como lugar fundamental de sentido en la vida de los chicos”.
Godoy pone el acento en el trabajo colectivo detrás del disco (ver aparte). Y dice que otro eslabón de la cadena fue el espacio ATE Sociosanitario, que ya cuenta con experiencias tales como el programa radial Armar la trama y la cátedra libre Germán Abdala.
Por otro modelo de salud
Según Godoy, una de las principales metas del presente es combatir la visión hegemónica de los médicos que “piensan a las personas desde una concepción invasiva y medicalizante, que sólo los ve como pacientes. Queremos recuperar una visión más holística, más activa, que integre la alegría para luchar contra la enfermedad. El disco es como una caricia, incluso para nosotros, que nos pasamos discutiendo los salarios, los insumos y los recursos humanos de la salud pública. Es como parar la pelota y recuperar la sonrisa”.
Los discos serán distribuidos por las Juntas Internas de ATE en hospitales pediátricos y salas de internación de niños de todo el país. Los cuentos son de autores reconocidos de literatura infantil, tales como Javier Villafañe y Ricardo Mariño, y los narran personalidades de la cultura, como Teresa Parodi y Alejandro Apo, y de la militancia por la niñez.
La selección de los relatos estuvo a cargo de María Candela Godoy, que trabaja en la gestión cultural del hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata. “Elegí autores argentinos que pusieran el foco en espacios exteriores, para contraponer el encierro de los hospitales. Hay historias de animales, de chicos que juegan en la calle, de playas, de paisajes naturales… Son relatos que gustan mucho en las bibliotecas y siguen vigentes en la cultura popular. Y para narrarlos decidimos convocar a personas que representan a los trabajadores, como Laura Taffetani y Manuel Callau”, explica Candela.
Entre las camas, los pasillos, los comedores y las ludotecas de los hospitales, los niños que se recuperan de sus nanas escucharán historias como “Los sueños del sapo”, de Villafañe:
Una tarde, un sapo dijo:
—Esta noche voy a soñar que soy árbol. —Y dando saltos, llegó a la puerta de su cueva. Era feliz; iba a ser árbol esa noche.
Todavía andaba el sol girando en la rueda del molino. Estuvo un largo rato mirando al cielo. Después bajó a la cueva; cerró los ojos y se quedó dormido. Esa noche el sapo soñó que era árbol (…).
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
—¿Por qué estás tan contento? —le preguntaron.
Y el sapo respondió:
—Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.
Para Candela Godoy, la narración de los cuentos —“un encuentro poético contra el dolor”— representará un espacio liberador para niños y adultos. “Relatos para ahuyentar nanas” es como la fantasía de jugar, de imaginar, de aliviar la enfermedad. Porque, como dijo alguna vez María Elena Walsh, una de las tareas de la cultura contemporánea es “reconstruir la infancia de los niños, amenazados en su inocencia por toda una sociedad insensible”.
Ficha del disco
“Relatos para ahuyentar las nanas” se distribuirá a partir de diciembre con una primera camada de mil copias por los hospitales públicos del país “para que todos los pibitos y pibitas reciban en sus oídos un puñado de historias que los inspiren a imaginar y rearmase”, cuentan los impulsores.
El disco fue grabado en los estudios de La Olla TV, con la coordinación de Daniel Godoy, la producción general de María Candela Godoy y la producción audiovisual de Cecilia Fernández Lisso. El equipo se completa con: Silvina Díaz Challiol en cámara y post producción; Sofía Goñi en diseño gráfico para los discos; y Luxor en arte visual y gráfico.
En la etapa de la producción participaron: Adela Basch, escritora especializada en literatura infantil; Carlos Del Frade, periodista de la agencia Pelota de Trapo; Jorge “Coqui” Duarte, enfermero de Misiones y dirigente de ATE; Laura Taffetani, abogada referente de la Fundación Pelota de Trapo y el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo; Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo línea fundadora, militante y defensora de los derechos humanos.
Y como narradores aparecieron, entre otros, las cantantes Luna Monti y Teresa Parodi, la comunicadora Liliana Daunes, el periodista y cuentacuentos Alejandro Apo, y el actor Manuel Callau.
“Queremos hacer un nuevo aporte, un nuevo remedio, que actúa sobre la célula después de haber pasado por el alma… una invitación a la calma, a la contemplación y a la escucha; que nutre como un puré de la abuela; que energiza como un comprimido cósmico; que alivia como las cosquillas de un hada enana”, se lee como presentación en el blog del proyecto: paraahuyentarlasnanas.blogspot.com.ar.
La Olla TV
Este espacio de comunicación popular se creó hace dos años. Funciona en el barrio porteño de San Telmo y lo conforman organizaciones políticas, sociales, culturales y sindicales. Produce un servicio informativo diario que se transmite a través del sitio www.laolla.tv, donde también hay crónicas audiovisuales, informes especiales y programas ligados al campo popular. “Es un nuevo espacio que se suma a tantos otros medios que existen y que dan, desde la comunicación, una disputa cultural, social, política y comunicacional”, dicen los integrantes de La Olla TV en su portal web.
Para Juan Alaimes, uno de sus productores, “Relatos para ahuyentar las nanas” fue otra muestra de cómo un eje —en este caso, la salud y la niñez— puede articularse desde diferentes espacios de comunicación. “Colaboramos con nuestros estudios, especialmente pensados para la grabación de audio y también con iluminación para video. Pero fundamentalmente nuestros compañeros asistieron técnicamente en los íntimos momentos de las grabaciones con los invitados generando el clima necesario para el registro. Con esta nueva colaboración apuntamos a construir sentidos de manera colectiva, como ya lo hicimos con el programa especial sobre las inundaciones en La Plata que realizamos con ATE Sociosanitario”.
El legado de María Elena Walsh
Existen en nuestro país y múltiples experiencias de salud infantil y arte, y un importante abanico de narradores y de músicos.
En La Plata, algunas de las experiencias más representativas son la de la biblioteca ambulante del hospital Sor María Ludovica de La Plata, la de la biblioteca “Del otro lado del árbol”, los payamédicos o la agrupación “Música para el alma”, un proyecto solidario de intérpretes de agrupaciones sinfónicas que acercan su música a hospitales, escuelas de educación especial y geriátricos.
En materia de narradores y músicos, entre los más recientes brillan Luis María Pescetti y Magdalena Fleitas, y una de las obras menos conocidas es la de Sebastián Monk, fallecido en 2011. Monk fue un músico excepcional que con discos como “Nuevas canciones para niños sin sueño” (2005) y “Canciones con nombre de niño” (2011) renovó la poesía infantil. Sus discos son citas imperdibles para escuchar historias originales y audaces sobre la infancia —“canciones para niños pero no infantiles”, como le gustaba decir— porque “cuando hay chicos de por medio es imposible escaparle a la poesía”.
2 commentsOn Un hada escondida en la sala de espera
Magnífica iniciativa!Por razones laborales,tuve la oportunidad de conocer los problemas de los noños internados,especialmente cuando es por varios días seguidos,y su roblemática grave o al menos muy preocupante.Desde lo pachamédico hasta este aporte,superan muchísimo la T V indiscriminada…
Perdón:niños-problemática fé de errata