Nota principal: Revistas culturales contra viento y marea. Malabaristas
La Asociación de Revistas Culturales Independientes lleva cuatro años de trabajo en que los editores fueron haciendo catarsis de problemáticas, analizando posibles soluciones, compartiendo información y generando proyectos para el sector, que no se agotan en el reclamo de una ley. El camino no fue fácil. “Igual que a la gente del arte, entre la gente de prensa suele haber una cuestión de egos difícil de armonizar”, caracteriza Julia Pomiés, que en los ‘ 80 y ‘90 conoció otros dos intentos de trabajo colectivo que “brotaron y después se fueron al bombo, se estropearon mucho”.
“No estamos acostumbrados a trabajar con nadie, especialmente dentro del periodismo –explica Claudia Acuña—. Yo que soy una veterana y he visto muchas cosas en este gremio, siento que un gran avance con respecto a esto es haber tenido que definir quién éramos. Somos trabajadores pero no es un sindicato lo que necesitamos construir, porque no tenemos patrón; somos profesionales pero no somos tilingos, no estamos queriendo ser PERIODISTAS. Y aclaro que yo del gremio de prensa participé en su fundación; de PERIODISTAS participé en su fundación. Son dos experiencias que conocí. Pero AReCIA habla de otra época: es la necesidad de aprender a hacer juntos otra forma de gestión del periodismo”.
En Rafaela, los jóvenes que impulsaron la revista Mural escriben: “Participar en AReCIA nos aportó la alegría y la esperanza de sentirnos parte de un colectivo mucho mayor, de saber que no estamos solos en este camino, que se puede realizar una revista cultural independiente sin venderse al mejor postor, que hay muchos cumpas con muchísima experiencia de los cuales podemos aprender día a día”.
“Construir juntos una herramienta como la ley nos permitió entender cuál es el horizonte común —sintetiza Acuña, que fue la primera en presidir AReCIA—. Todo lo demás hay que construirlo. Porque así nos dejó el neoliberalismo, cultural y económicamente: peleados, enfrentados y desconfiando unos de los otros… Cuando estás en una situación de sobrevivencia no es el mejor momento para que adores al mundo. Nuestro desafío fue restablecer la confianza y creo que ahora que la tenemos y ya todos sabemos qué queremos, es más fácil empezar a trabajar juntos”.