Por: Servicio Informativo Regional
Trabajadores de las compañías de delivery a través de aplicaciones de celular se reúnen periódicamente y alertaron sobre los reiterados hechos de inseguridad que sufren y la precarización y abandono de parte de las empresas.
“Eso lo permite el Estado. Las empresas no tienen ningún tipo de consideración”, señaló el trabajador Alexander Acosta vía telefónica a La Pulseada Radio, al explicar que además de perder los elementos de trabajo, como las bicicletas, deben devolverle a las compañías el dinero y los elementos que les robaron. “Parece que las zonas estuvieran liberadas” dada la frecuencia de los asaltos, indicó.
“Un año y medio atrás un repartidor de la aplicación Glovo falleció por un disparo que recibió cumpliendo este trabajo y la empresa no se hizo responsable. Nosotros no vamos a esperar a que vuelva a pasar. Nosotros preservamos nuestra vida por encima de este trabajo aunque tengamos la necesidad”, aclaró Acosta.
En La Plata, hay más de 400 trabajadores en bicicletas y en moto que prestan el servicio de delivery a través de aplicaciones por celular, según datos de La Pulseada.
Pese al individualismo al que apuestan las empresas, empezaron a encontrarse en diversos puntos de la ciudad, armar grupos de comunicación y “seguimiento” de compañeros, y aunar reclamos.
“Trabajamos en estas condiciones por necesidad”
La particularidad de estas compañías, es que argumentan no tener vínculo laboral con sus trabajadores a quienes califican como “freelancers” y seducen con el lema de “sé tu propio jefe”. Por eso no brindan seguro ante incidentes, robos, licencias de ningún tipo, aportes, ni salario fijo. Además, les alquila o vende los materiales de trabajo como las cajas de transporte de la comida y exigen las paguen si se las roban. Lo mismo sucede con el dinero robado: es una deuda con la compañía.
“Eso lo permite el Estado (…) Hay un vacío legal en Argentina. Hay que ver la vinculación que hay entre esos políticos y las empresas”, agregó en alusión a los legisladores que frenan el tratamiento y aprobación de una ley que enmarque a las empresas y la actividad.
El trabajador de Glovo sostuvo que las personas se suman a esta modalidad de precarización laboral por necesidad económica y por no conseguir otro empleo: “hay una inseguridad previa de no tener un trabajo, no tener un plato de comida en la noche. Y por eso tener que llegar a aceptar el trabajo en estas condiciones. Casi por obligación, por necesidad, por supervivencia”, aseguró.
No hay un responsable o jefe identificado, solamente uno encargado de lo tecnológico. “Terminás trabajando en una empresa que no tiene ningún compromiso contigo porque prestas un servicio y lo único que haces es monotributar para legalizar un poco los ingresos. En general estas empresas funcionan a oferta y demanda y si hay más pedidos ponen un anuncio pidiendo más personas. Hay una persona que coordina la parte tecnológica, pero en sí con las personas que llevan los pedidos no hay ningún tipo de vinculación laboral”, señaló el trabajador.