¿Así que “detrás de cada chico de la calle hay un padre sin trabajo”? ¿Así que “un chico que muere de hambre muere asesinado”? ¿Y que “el hambre es un crimen” y que “con ternura venceremos”? Vení, contanos. ¿Qué les decimos a quienes vienen a acusar a nuestros pibes como si ellos fueran “causantes o la génesis de la inseguridad”? ¿Que eso es “una bestialidad” les decimos? ¿Les explicamos que “la inseguridad reside en los dueños de la droga, en los dueños de las empresas capitalistas, en los dueños de los grandes campos”? Porque… ¿cómo era? ¿Que “si no entendemos que el capitalismo es impiadoso no entendemos absolutamente nada?”. Vení vos a decirnos todo eso… Dale. Empujanos, colganos una pechera, entusiasmanos, convencenos, seducinos con banderas, globos de colores, títeres, muñecos y murgas. Impulsanos a la calle, a la plaza, a la canchita.
Gracias, Alberto Morlachetti, fundador de Pelota de Trapo, referente del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo y pilar de la lucha por los derechos de los pibes. Tanto hiciste por tantos que nos parece chiquito agradecerte la impecable impresión de esta revista hace más de un año en Manchita, el emprendimiento de tu organización en Avellaneda que rescató a La Pulseada cuando cerró Grafitos, la imprenta de nuestra Obra. En tu despedida las banderas decían “Infancia es destino” y “Con ternura venceremos”. Hubo pibes y hubo plantas, para seguir sembrando vida. Nos dejaste este 21 de abril, a los 72 años, por la misma enfermedad que Carlitos Cajade, con quien recorriste el país militando por los chicos del pueblo. Te nos fuiste a seguir marchando con él. Acá estamos, necesitándolos. Porque hay cada vez más gorras, boinas y balas. Porque parece que seguimos necesitando que nos cuenten cómo se logra ese mundo que abraza a los niños. Nuestra lucha ahora es de jardineros. Es que lo dijiste vos cuando murió el cura Cajade: “A tipos como él (y como vos) no hay que enterrarlos, hay que sembrarlos”.