Hace 4 años un grupo de chicos y chicas que dormía en Plaza San Martín, demonizado por los medios y bautizado como “la banda de la frazada”, fue salvajemente reprimido por una patota de policías vestidos de civil. En La Pulseada Radio hablamos con Carola Bianco, una de las abogadas que elaboró el amparo colectivo presentado en esa oportunidad para exigir que el Estado brinde contención y abrigo a pibes en situación de calle y que acaba de recibir sentencia favorable de la Justicia.
“Se ha generado un estado de impunidad, donde los funcionarios pueden incumplir la ley y no pasa nada”, decía el juez Luis Arias en junio de 2009 (La Pulseada 70), luego de ordenar la atención de los niños, niñas y adolescentes que vivían en las calles de La Plata. La medida cautelar fue dictada por el Juez en lo Contencioso Administrativo en respuesta a un recurso de amparo colectivo presentado por un grupo de madres, la Asociación Miguel Bru y otras organizaciones a favor de pibes que dormían en la Plaza San Martín y que el 24 de julio de 2008 sufrieron el ataque de un grupo parapolicial. En mayo de este año, Arias dictó sentencia definitiva. Volvió a exigir que los ejecutivos bonaerense y municipal abran un parador para que los pibes puedan dormir y recibir asistencia, dispongan un servicio hospitalario para la atención de adicciones, garanticen operadores de calle y móviles para auxiliar a los chicos y pongan en funcionamiento una línea telefónica para poder denunciar, las 24 horas, vulneración de derechos de los niños. Además, dispuso que el gobierno de Daniel Scioli invierta un 25 por ciento de la publicidad oficial para “difundir ampliamente en los medios de comunicación masiva de mayor circulación en la ciudad de La Plata, los principios, derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes”.
La condena se conoce en medio del plan de lucha impulsado por organizaciones y trabajadores de niñez para lograr el cumplimiento de la Ley de Promoción y Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. (La Pulseada 99)
“El amparo colectivo lo presentamos en 2008 cuando fue la represión que sufrieron los chicos y chicas que estaban en la Glorieta de Plaza San Martín -recuerda la Dra. Carola Bianco por La Pulseada Radio-. Los chicos estaban realmente viviendo situaciones de violencia policial y riesgo de muerte. En el camino, falleció un niño en la plaza, muchos de ellos contrajeron enfermedades terribles, otros están presos… Es decir, todo lo que pensábamos en aquel momento y por lo cual comenzamos a luchar desde la Asamblea Permanente por los Derechos de la Niñez (APDN), lamentablemente se cumplió”.
“El fallo es algo muy importante -agrega -. El Estado está obligado a cumplir con las leyes porque son derechos humanos y hay una norma que dice que la omisión es violación a los derechos humanos tanto como lo fue el terrorismo de Estado, la sustracción de identidad de los menores y la desaparición de personas. Es decir, lo que está haciendo el Estado es un delito de lesa humanidad”.
“La Provincia y el Municipio aseguran que tienen programas, teléfonos y paradores, aunque está comprobado que no es cierto. El juez ahora vuelve a darles 6 meses de plazo para cumplir con los diferentes puntos de la sentencia, pero después hay mucho por hacer, sobre todo con los trabajadores de niñez que denuncian que la precarización en la que están trabajando hace imposible lograr que los chicos se re vinculen con su familia y con su medio”.
“Es muy importante que el fallo nos interpele a todos, pero sobre todo a la gente que está tan preocupada por la seguridad. Estos pibes nacieron en una estructura desigual, sin ninguna oportunidad, pero siguen siendo ‘los peligrosos’ y se sigue pensando que bajando la edad de imputabilidad vamos a estar muy seguros. El fallo nos debe a ayudar a preguntarnos qué estamos haciendo cómo sociedad y por qué seguimos pensando que los pibes son los peligrosos. ¿Por qué seguimos pensando en la seguridad en términos tan acotados y mezquinos? Debemos pensar en condiciones de vida para los sectores más vulnerables y condiciones dignas de trabajo. Con muchos de esos pibes hemos podido trabajar y no sabés cómo cambian sus vidas cuando uno comienza a relacionarse con sus familias, cuando empiezan a ver que hay gente que realmente los trata como personas, cuando hay afecto sincero. Los pibes en situación de calle de ninguna manera son irrecuperables”.