Por orden judicial, el Director del hogar materno infantil Arrullo debe ser reincorporado a la institución, de donde fue expulsado por una resolución de la Secretaría de Niñez y Adolescencia bonaerense. Bustos es un histórico opositor a la dirección política de Daniel Scioli. Otros casos de persecución en el sector.
Por Javier Sahade
Al panorama general de la niñez provincial, preocupante, se suma un asunto desconocido por la gran mayoría de los medios de comunicación: la situación de Sergio Bustos, Director Provincial del hogar materno infantil Arrullo, de La Plata. Corrido de la institución por ser una oveja negra en el sector, Bustos pelea ahora por su reincorporación.
Bustos es uno de los impulsores de la Asociación de Directores Oficiales, una organización que hace un par de años se unió con agrupaciones sociales, organismos de derechos humanos, trabajadores de niñez, operadores de programas gubernamentales, hogares y centros comunitarios para denunciar el olvido y el ninguneo de los pibes por parte de la Provincia.
Como cabeza de un hogar estatal para madres adolescentes, participó de movilizaciones y actividades de lucha levantando la voz para advertir por la crisis que atravesaba el sector, la falta de recursos, las condiciones de trabajo precarias y el abandono de los chicos institucionalizados. En su momento, contó a La Pulseada que en el Hogar no tenían caja chica y que a las adolescentes del Arrullo las llevaba a los controles médicos con su propio auto.
Su postura, a contramano de la dirección política del gobernador Daniel Scioli y de Pablo Navarro, su Secretario de Niñez y Adolescencia e integrante del Consejo de la Magistratura, también emergió cuando el adolescente A.D. fue rescatado por la Justicia de la clínica privada Ferromed, de Junín, donde había sido llevado por un Estado bonaerense incapaz de abordar problemas de adicciones.
Bustos fue uno de los que denunciaron a Ferromed por las condiciones inhumanas en las que tenían encerrados a los chicos, y reveló el caso de una chica que llegó al hogar Arrullo después de haber sido abusada y golpeada en la clínica de Junín.
Como contamos en La Pulseada, la intervención del defensor oficial juvenil Julián Axat y del juez en lo contencioso administrativo Luis Arias en defensa de los derechos de A.D. hicieron peligrar la alianza de la Provincia con el negocio de las clínicas privadas para la atención de padecimientos mentales, y los funcionarios del Ejecutivo tuvieron que responder a una denuncia por abandono de persona.
Bustos llegó a molestar tanto al poder político que el año pasado el gobierno bonaerense decidió sacárselo de encima y lo expulsó del Hogar Arrullo. La resolución de la Secretaría de Niñez que lo deja afuera del cargo fue impugnada por la Justicia y el juez Arias ordenó su reincorporación. Pero pese a presentar una denuncia penal e intentar hacer cumplir el fallo con abogados y testigos de la fuerza policial, Bustos todavía no pudo reincorporarse.
Su caso es un ejemplo de la persecución que existe en el área de Niñez, donde nadie puede levantar la voz sin sufrir consecuencias. También por el caso A.D., la corporación judicial se tomó venganza. Eloisa Weisburd, abogada de Romina, la mamá del chico, sufrió un sumario en su contra que podría dejarla sin matrícula, sólo por enfrentarse a la jueza de Familia Silvia Mendilaharzo que le quitó la patria potestad a Romina usando un artículo que la magistrada desconocía que había sido derogado.
Habitaciones sin puerta y arroz todos los días
Tanto Bustos como Weisburd fueron contra la corriente de un sistema de poder (político y judicial) que todavía tiene los ojos puestos en el régimen del Patronato. “A mí me echan por defender a los pibes —le dice Sergio Bustos a La Pulseada—. No se puede aceptar que a las chicas las dejen en la calle cuando cumplen 18 años. No se pueden ir a la calle con un bebé o dos bebés. Tenés que darle cobijo, una familia sustituta, la pareja, la mamá… Una casilla donde la piba pueda estar. Un trabajo digno. Hoy las echan”.
“Con este mecanismo, a los pibes los están obligando a robar, vamos a ser sinceros –agrega–. Hay instituciones donde los pibes no tienen puerta en las habitaciones. ¿En tu casa no tenés puerta en el dormitorio? Por más que estés en cana, tenés que tener privacidad. O comen arroz todos los días, sin higiene”.
“Los pibes se hacen cargo de la estigmatización que sufren –concluye Bustos-. Antes, cuando yo entré, te prendían fuego el instituto… Motín.
Los pibes piensan que es el precio que tienen que pagar…
Por haber robado un alfajor. Se creen el discurso de que son una mierda y no sirven para nada
1 commentsOn Sergio Bustos: “A mí me echan por defender a los pibes”
Esta situacion pueden observarla en el resto de la provincia, el servicio zonal de proteccion de los derechos del niño de san martin fue allanado por la justicia debido a no contar con vacantes para el ingreso de niños a dispositivos que garanticen sus derechos, las cajas chicas de las casas de abrigo no existen y no se estan cobrando, no hay casi transporte para los chicos, tanto Navarro como Scioli son responsables de esta situacion junto con su subsecretario Gastelu,