El músico tucumano Juan Pablo Piscitelli conversó con La Pulseada acerca de su investigación “La guitarra en la música argentina de raíz folclórica”, basado en la obra del guitarrista y compositor coprovinciano. Una experiencia que derivó en un documental de consulta obligada para acercarse a la música popular.
Por Luciana Petrocchi
Cuando el músico que va a aprender armonía
es un músico popular: ¿Va a aprender la religión
de la armonía culta para sacarse el polvo de lo popular?
¿Piensa que va a aprender armonía en serio?
¿Puedo seguir preguntando?
“ ¿?” de Jorge Lazaroff . Revista “ La T uba” (1989 )
Juan Pablo Piscitelli es tucumano, guitarrista, compositor, docente. El perfil de alguien que se mueve en una búsqueda interminable por las sendas de la música, en sus universos infinitos, desde su radicación platense, la formación en dúo junto a Patricio Gómez Saavedra hasta la creación de Ridiculum Vitae , un cuarteto de “humorismo musicado” formado en 1999, cuyo nombre también utilizar a Juan Falú para titular años después su libro de historias guitarreras.
De ellos dos, Juan Falú y Juan Piscitelli, se trata. Las concurrencias entre ambos son más o menos evidentes. Sus orígenes tucumanos que afloran por aquí y por allá en una identidad que se acentúa en el habla y se prolonga en los sonidos, el pasaje por el mismo colegio salesiano «General Belgrano» en distintas generaciones, la guitarra como profundo medio de comunicación, la búsqueda interrogante a través del aprendizaje y la composición de músicas del folclore argentino. De allí, sobreviene “Yo soy Juan” , un documental de Piscitelli fruto de una investigación de seis años sobre la obra de Falú, con seis horas de grabación en crudo registradas en un sólo día y que ha quedado al borde del número hereje, cómo la rebeldía de las composiciones de estos autores frente a ciertas tradiciones.
–¿Cómo se te da investigar en torno a la obra de Falú?
–Arranqué cuando terminé la facultad . P or un lado tenía una necesidad de laburo, esa era la realidad, y después estaba el lado fantástico, a mÍ me encantaba su música, había tocado muchas de sus obras y me parecía interesante ponerme a estudiarlas desde otro lugar. Yo conocía a un grupo de pibes que estaban terminando la carrera y les planteo pedir un subsidio para alquilar las cámaras y solventar el trabajo de ellos, más que nada quería tener el crudo, después si podíamos hacer un documental, buenísimo.
–En las carreras de música de la facultad las obras de Falú son parte de los materiales de aprendizaje…
–Sí, se tocan mucho sus obras y en diferentes años hay unas cuantas que forman un repertorio fijo en los programas de algunas materias. Pero yo veía que si bien se tocaba mucho, no había un material teórico que analizara o diera cuenta de determinadas cuestiones del lenguaje de Falú. ¿Dónde surgía el problema? Que los pibes miraban la partitura, escuchaban la obra y veían que había cosas que no se condecían , porque además Juan nunca tocaba las obras de la misma manera. Entonces yo veía que los pibes tenían algunas dificultades en cuestiones rítmicas o en los tipos de acentuaciones y articulaciones, así como en los rasgueos. Por ahí uno que ya venía de ese palo, y si bien leía las partituras, también era necesario desapegarse de ellas. A su vez, el tema del tratamiento de las armonías, cuyo uso para mí era muy innovador, no porque no se use en otros géneros, sino porque en la guitarra solista del folclore me parecía n muy innovador as las modulaciones y c ó mo va de un lado a otro de una manera muy natural.
–En definitiva, el disparador de esa búsqueda se vincula a las formas en que se aprehenden las músicas populares en la universidad…
–Claro, tocar tango por ejemplo, vos agarrás un libro de tango, está muy bien, lo rítmico lo podes tocar perfecto, pero hay cuestiones que tienen que ver con la articulación, con lo tímbrico, esas cosas las tenés que vivenciar y tocar, tocar con otras personas.
La universidad y el conservatorio
Piscitelli abre el juego de la investigación con una entrevista a Falú d e 2006. Durante cuatro años, de los seis que llevó este proceso, centró su indagación sobre sus composiciones y la inserción en la facultad .
–¿Cuáles son esas obras de Juan Falú presentes en las escuelas y facultades de música para guitarra?
–En la mayoría de los conservatorios de acá veo que ponen en los programas de estudio “Chacarera Ututa”, “De la raíz a la copa”, “Del buen riego”, “Como el aire”. Esas son algunas obras instrumentales que se tocaban bastante en la facultad de Bellas Artes.
“Yo veía que si bien se tocaba mucho su obra, no había un material teórico que analizara o diera cuenta de determinadas cuestiones del lenguaje de Falú”
–Sin embargo Falú se vincula con su propio aprendizaje por afuera de la universidad.
–Sí, el caso de él es claro porque su formación fue con muy poca academia, pero venía de vivencias, de escuchar… en su casa se escuchaba mucha música. Para mí lo más interesante de la estética de Juan es esa libertad, la libertad que le dio no saber qué es lo que estaba haciendo. Vos decís, cómo hace este tipo para conectar estos dos acordes, y si buscas la respuesta en la teoría no hay demasiado sustento, no vienen de la tradición, y él lo hace porque le suena en la oreja, no es que no sepa ¡sí sabe!, pero sabe desde otro lugar.
El documental se filmó el 19 de noviembre de 2009, entre mates, empanadas y vino, en “la casa de Tato”. Tato es Tato Taján , guitarrista egresado y docente de Bellas Artes, actual coordinador de la carrera de Composición de Música de Raíz Folklórica Bonaerense , y compañero de Piscitelli. Juntos forman parte de una camada mayor de músicas y músicos populares reconocidos que se abrieron camino más allá de atravesar una formación universitaria centrada en lenguajes del academicismo tradicional.
–En esa época nosotros teníamos muy pocas materias de música popular, estaba muy enfocado hacia lo clásico, encima yo hice Dirección Orquestal. La carrera tenía esa posición muy eurocéntrica de que hay que estudiar esas músicas para poder entender el resto. Hay cuestiones que tienen que ver con la articulación, con las acentuaciones que no te lo va a explicar nunca ningún “tratado” y eso lo tenés que vivenciar desde otro lugar.
–¿Dónde comenzaste a tocar folclore?
–Nuestra formación venía de las guitarreadas. Un año antes de venirme a estudiar acá yo acompañaba a una cantante de folclore, fuimos con ella a Cosquín, y a su vez me llega por vez primera el disco de Juan Falú “10 años” y me vuela la cabeza, se me abrió un panorama con la guitarra . Y o venía de acompañar con acordes, pero no tenía dimensión de esa guitarra solista. Si bien había escuchado la guitarra de Eduardo Falú , Juan aporta el tratamiento más novedoso de lo armónico, lo rítmico, de las melodías .
“Yo soy Juan”
–¿Por qué titulaste así el documental?
–Por la chacarera “Yo soy Juan” con música de Juan y letra de Jorge Marziali , quien describe cómo es Juan y dice: “Yo soy Juan como otros juanes/ madera tucumana / canto y camino nuevo / de antes viene mi guitarra”, en relación a su tío Eduardo Falú. Es fundamental entenderlo a Juan desde ese lugar, tratando de desprenderse del peso del apellido Falú, y cómo él se recuesta sobre su nombre. Es un punto en el que Juan insiste mucho, creo que rebelarse del apellido es lo que lo llevó para otro lado en su estética, para no ser una copia de Eduardo.
–Allí Falú da cuenta de su trabajo con Pepe Nuñez…
–Ellos han compuesto muchas obras juntos y yo quería entender algunas cosas de los procesos de creación que tenían las obras en relación a los letristas. Cómo había sido sobre todo la historia con Pepe Nuñez, cuando Juan se va exiliado a Brasil y Pepe se queda en Tucumán, cómo era que componían así, la cuestión de soportar ese exilio y seguir a pesar de eso. Porque se suponía que eso de alguna manera tenía mucha incidencia en lo que era la parte musical de la composición. Juan me contó que Pepe ya le mandaba determinada estructura, como las coplas de pie quebrado de 7 + 5 (Soy – hom – bre – co – di – cia – do / por – lain – tem – pe – rie ), esa estructura ya lo condicionaba a armar las melodías de determinada manera. Así lo cuenta Falú, para componer un gato a lo mejor estaban un año entre que iban y venían las cartas donde Juan mandaba “el monstruo” de las melodías con las acentuaciones y Pepe le ponía la letra .
“Lo más interesante de la estética de Juan es la libertad que le dió no saber qué es lo que estaba haciendo. Vos decís, cómo hace este tipo para conectar estos dos acordes”
–Buscaron armar un sistema…
–Sí, y además la ternura que eso da, de cómo se sobrepusieron a esa situación. Y compusieron muchas obras así, a la distancia.
–Pepe también atravesó como un desgarro ese período en dictadura…
–Era un exilio también, un exilio en Tucumán, si bien se quedó. Es fuerte la historia entre ellos, luego cuando Juan vuelve le muestra una vidala a Pepe, mientras él ojeaba los papeles con sus letras, y saca una letra que le compuso a su suegra, y se la da para esa vidala – Piscitelli hace referencia a “Letanía por Juana”–. Vos la escuchás y decís ‘ ¡ tá loco !’. L a cabeza del tipo de darse cuenta con sólo escuchar esa melodía que podía quedar bien . Son temas que uno escucha y no puede disociar la letra y la música, son una sola cosa.
–¿En el Dúo con Patricio Gómez Saavedra componen juntos también?
–No, cada uno compone por su parte y luego sí arreglamos juntos . “ A rreglar”, bueno, nos juntamos a desarreglar, lo soltamos y vamos probando. Es una manera de componer en dúo, porque las obras se resignifican.
–¿Con el dúo ya están grabando su próximo material discográfico?
–Están todos los temas compuestos, faltan algunos arreglos nada más, ahora estamos preguntándonos, o repensando acerca del formato del disco, del CD, ya que el sistema nos va llevando a no darle tanto uso.
–Con el documental atravesaste las mismas preguntas en cuanto al formato…
–Sí, lo grabé en 2009, eran buenas cámaras pero lo veo hoy y creo que un celular puede grabar mejor. Si hubiera tenido más financiamiento para hacerlo, habría modificado algunos recursos técnicos, pero el contenido está bien, no lo hubiese variado.
Luego de presentarse en la Facultad de Bellas Artes, en la sede de la ex–Esma donde actualmente se cursa la tecnicatura en Música Popular, y en algunos centros culturales, hoy puede accederse al documental completo a través de Y outube . Es una manera de acercarlo al público y soltar la investigación de ciertos espacios de circulación académica más burocráticos que innovadores.
–Yo he hecho artículos y escritos en base a la obra de Juan, pero lo que tiene el sistema que a mi cansó y por lo cual no seguí metido en la investigación es por el círculo cerrado que se da en torno a los congresos, que es como una historieta que se autosustenta. Entonces, vos hacés el artículo, pagás para ir a tal congreso, el congreso te da el certificado, vos después presentás el certificado, etc. Yo iba a congresos de folclore y era muy sapo de otro pozo, me encontraba hablando de Juan Falú pero las discusiones allí pasaban por otro lado, seguían con las discusiones si algo es o no es folclore.
“Para mí la posta es lo que pude hacer en la facultad de Bellas Artes en 2010, manteniendo la forma de una clase donde mostrar el tratamiento de lo armónico de Juan”
Dentro de ese circuito cerrado, en años recientes se abrieron nuevos espacios institucionales . E n la UNLP se inició la carrera de Música con orientación en Música Popular, que desde el 2017 organiza en su sede el “Congreso Internacional en Música Popular”. Con un recorrido más extenso , desde el 2011 la Universidad Nacional de Villa María, Córdoba, promueve el “ Congreso Latinoamericano de Formación Académica en Música Popular”, espacios para pensar una academia centrada en nuestro continente latinoamericano, donde la investigación de Piscitelli sí obtuvo resonancias.
–Para mí la posta es lo que pude hacer en la facultad de Bellas Artes en 2010, manteniendo la forma de una clase donde mostrar el tratamiento de lo armónico de Juan, las características texturales del acompañamiento y algún otro recurso característico del lenguaje, pero más a modo de taller.
Porque se trata de construir nuevas formas participativas para “ poder reconocernos de la raíz a la copa ” , también cabe la pregunta , ¿cuánto puede gestar en su país una guitarra afable y fogonera y un pensamiento rebelde y poético?
La sinopsis
El documental “Yo Soy Juan” fruto de una única jornada de filmación, encuadra a Juan Falú sentado en un sillón delante del espectador, casi como si compartiera un encuentro íntimo con él. El espacio que lo abriga es el living de la familia Wagner-Taján, músicos y docentes de la facultad de Bellas Artes, pero sobre todo amigos. Falú se aferra a la guitarra cómo una herramienta indispensable para comunicarse y para abrazarse, cuando la emoción lo pide. Así el anecdotario y las reflexiones más teóricas se interrumpen o – mejor– se completan, tocando. Para ver el documental en Youtube: “Yo soy Juan, vida y obra de Juan Falú”.