The Master
Dirección: Paul Thomas Anderson
(Estados Unidos, 2012)
144 minutos
Lo que algunos pueden considerar un defecto —la opción por historias no lineales que se ajustan poco a las expectativas del espectador medio— es quizás la mejor virtud del cine de Paul Thomas Anderson, masivamente conocido entre nosotros a partir de Magnolia y ya consagrado cuando dio a conocer Petróleo sangriento. En su nuevo trabajo, el realizador apunta al modo en que determinadas organizaciones (en este caso, una secta pseudo-religiosa, aunque bien podría tratarse de una agrupación política) manipulan a sus miembros y los someten a relaciones de alienante dependencia. Muchos han visto aquí referencias obvias a esa Cienciología a la que han adherido públicamente varias de las estrellas más notorias de Hollywood. Aunque a veces se vuelva narrativamente caótica, la película tiene varias secuencias verdaderamente memorables. Joaquin Phoenix —siempre al filo de la sobreactuación— encarna a Freddie Quell, un desequilibrado ex combatiente de la Segunda Guerra que encontrará entre los integrantes de La Causa a una inusual e inquietante familia sustituta. El pequeño gran Philip Seymour Hoffman —en otra de sus deslumbrantes caracterizaciones— se luce como Lancaster Dodd, el carismático líder de ese grupo de fanáticos. Amy Adams como Peggy, la mujer de Dodd, también tiene una actuación muy destacada. En definitiva, con sus más y sus menos, The Master es un filme con méritos suficientes para justificar la intranquilizadora experiencia de mirarlo.
Carlos Gassmann