Tras dos años de espera se logró avanzar con la normativa que incorpora a los y las niñas y adolescentes bajo la tutela del estado provincial a la obra social. El proyecto fue una iniciativa del Hogar Ángel Azul y su concreción alcanzará a más de tres mil chicos y chicas dentro del sistema de promoción y protección de derechos. El impacto para espacios como el Hogar de la Madre Tres Veces Admirable.
Dos años después de su sanción en la Legislatura bonaerense, el gobierno provincial reglamentó la ley Ángel Azul, que incorpora a los niños, niñas, niñes y adolescentes bajo tutela estatal al artículo de la Ley del IOMA (Nº6.982) que establece todos los sectores de la administración pública bonaerense que son afiliados obligatoriamente a la obra social del Estado provincial. Esto implica para ese universo una mejora en el acceso al derecho a la salud.
«Por un lado la medida es reparatoria de una deuda con este sector que es de los más postergados y de los que más sufren las crisis económicas y sociales. Por otro lado es una iniciativa que surge de una organización comunitaria muy cercana, que igual que nosotros camina con los y las pibas y conoce sus dificultades y las dificultades que como organizaciones de la sociedad civil nos encontramos a diario», señala Agustina Iafolla, presidenta de la Obra de Cajade y referente del Hogar de la Madre Tres Veces Admirable.
La Ley lleva el nombre de la Asociación Civil que la proyectó e impulsó, el Hogar Ángel Azul, que trabaja con niños y niñas de la región de La Plata desde hace años. «La idea surgió en una charla cotidiana. Habíamos llevado a varios chicos al Hospital de Niños para varios turnos, habían salido a las seis de la mañana y vuelto a las cinco de la tarde y eso era recurrente, lo común. Charlando dijimos ¿por qué no buscar que los chicos tengan IOMA? Obviamente que todos somos firmes defensores de la salud pública, pero era una realidad que necesitábamos agilizar los tratamiento, porque trabajamos con la urgencia y los pibes que vienen no pueden estar 20 días para hacerse un estudio», recuerda Hernán Améndola el responsable de Ángel Azul.
Así se pusieron a trabajar, y con el proyecto de Ley escrito fueron a ver al director de niñez provincial de ese momento, en el 2018 durante la gestión de María Eugenia Vidal. «Hablamos con el subsecretario de niñez de ese momento, Facundo Sosa, que fue muy receptivo, estaba a favor de impulsarlo. Y en paralelo hablamos con Carolina Piparo y su mensaje fue que no se iba a aprobar nada que implicara presupuesto. Tratamos de explicarle que el gasto ya estaba hecho, porque los chicos igual se atendían en los Hospitales pero no hubo manera», recuerda Améndola. Esas fueron las primeras trabas que fueron logrando sortear. La estrategia fue ir a ver a la oposición de ese momento «y nos sentamos con (la diputada de Ensenada) Susana González, y ella dijo ‘esto lo vamos a sacar’. Y fue quien dio la pelea», agrega.
González presentó la propuesta a mediados de mayo de 2019 y la iniciativa se enfrentó a un presupuesto prorrogado y a toda la reasignación de recursos que implicó la pandemia. Finalmente, cuando estaba a punto de perder estado parlamentario se retomó y en noviembre del 2020 se logró la sanción. Ahora se terminó de reglamentar y es el Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia quien debe encargarse de pedir las altas y bajas a la Obra Social.
ACCEDER A ELEGIR
«Cuando un chico o chica ingresa al Hogar hay muchas dimensiones que se empiezan a trabajar desde lo vincular. Son chicos que llegan muy golpeados por circunstancias sociales ajenas a ellos y a sus familias y nosotros vamos acompañando ese proceso de construcción de un proyecto de vida que incluya sus vínculos, su historia, que los incluya a ellos y nosotros también como parte de esa historia, y que construya a su vez un vínculo distinto con otros sistemas: con el educativo, el de salud, con espacios donde muchas veces fueron excluidos», explica Iafolla.
¿Cómo incide en ese proceso el tener o no una cobertura como la de la Obra Social? la referente subraya que además de facilitar los turnos médicos, espacios de taller, acompañantes terapéuticos y tratamientos psicológicos, sobre todo la afiliación de los niños y niñas a esta cobertura da la posibilidad de elección. «Todo lo que tiene que ver con el acceso a la salud lo lleva adelante el educador con el equipo técnico del Hogar y es a través del sistema público de salud con el que hay un muy buen trabajo conjunto en muchos espacios, pero obviamente cuando vos tenés 25 o 30 chicos los turnos son en la disponibilidad que hay, y eso muchas veces en la organización cotidiana cuesta».
Elegir. En función de las rutinas, de las dinámicas cotidianas y de la evaluación de qué es mejor para cada caso. Y resolver con mayor facilidad otras situaciones como las coberturas de algunos medicamentos, el sostenimiento de tratamientos crónicos o tener un alivio en los costos que cubren las organizaciones cuando enfrentan urgencias. «Es una medida que nos da la posibilidad de elección en las estrategias particulares que consideramos más adecuadas en esa construcción con cada pibe. Y me produce un enorme orgullo que las voces de los que construimos con los pibes y pibas día a día puedan ser escuchadas por el estado y transformadas en herramientas concretas del ejercicio de derechos, en esta caso algo tan importante como el acceso a la salud», concluye Iafolla.