En los últimos días, integrantes del grupo de Familiares y Amigos de Luciano Arruga –el joven desaparecido por la Policía bonaerense en enero de 2009-, fueron víctimas de una seguidilla de amenazas. Las intimidaciones comenzaron en la casa de su madre, Mónica, cuando alguien introdujo por la ventana una madera en brasa y la colocó entre unas frazadas apiladas que estaban al alcance, y continuaron hace pocos días, cuando un policía en un patrullero de la comisaría de Lomas del Mirador tocó timbre en la casa de un amigo íntimo de dos integrantes del grupo y le hizo llegar el mensaje de «que desaparezcan por dos meses porque van a terminar mal»
El último hecho tuvo lugar en el barrio 12 de Octubre, cuando uno de los compañeros del grupo de familiares y amigos repartía cuadernos a los chicos. Un patrullero de la misma comisaría, con dos efectivos -uno de ellos, según denunciaron, directamente implicado en la causa-, lo interceptó y después de interrogarlo intentó llevarlo, y cómo el joven se negó fue empujado violentamente y golpeado contra el vehículo. Según el comunicado del grupo, «no fue llevado gracias a la intervención de algunos vecinos y de Mónica (mamá de Luciano). Posteriormente estos policias increpan a los vecinos que defendieron a nuestro amigo, siendo coherentes con sus actitudes represivas, mafiosas y violentas».
Luciano Arruga vivió en la calle, en casillas, hacinado junto a su mamá y dos hermanos en un hotel y después en una casa sin baño. Se crió en los ´90, sin padre y con una madre desempleada. Le decían Peruano y era hincha de River. Solía cartonear con un carrito y trabajaba por chirolas en una fábrica de fundición de metal. Le gustaba escuchar música, cumbia y rock. Tenía 16 años cuando desapareció. Se había negado a robar para la Policía y ellos lo robaron a él. Ahora amedrentan a los que piden justicia y denuncian la continuidad de la violencia policial en el barrio. «Nuestra intención es dejar claros estos hechos, ya que estamos hablando de amenazas directas a nuestros compañeros, cuyas denuncias judiciales ya fueron realizadas. Lo más importante ahora, creemos, es la mayor difusión posible de este comunicado para generar la repercusión que esperamos y sentar precedente sobre estos hechos, creemos que es una forma de estar más protegidos. Nuestra lucha es inclaudicable y no daremos ni un paso atrás, las amenazas son un mecanismo habitual de la mafiosa policía y las hemos recibido desde el primer día de nuestra lucha; no nos detienen ni nos asombran».