El 27 de septiembre las organizaciones que integran la Mesa por la Niñez de La Plata realizarán una nueva movilización bajo el lema “El Hambre es el crimen”.
Por Ricardo de Udaeta, “Polaco” (*)
Fotos: Gabriela Hernández / Archivo La Pulseada
Pasó un año en que las organizaciones de niñez de La Plata, Berisso y Ensenada pusimos a funcionar el imaginario social y potenciar las experiencias colectivas. Nos decidimos salir a la calle un 29 de septiembre, en un país que se llevaba puesto a 6 de cada 10 pibxs. En un país en que aumentaban los despidos, se achicaba el Estado y crecía el mercado.
Salimos muchxs, con fuerzas, muchas fuerzas y sueños, alimentando la rebeldía y patentando la alegría, unxs con otrxs, como aprendimos, como sabemos y como creamos. Algunxs dicen que fuimos entre cuatro mil y cinco mil las almas decididas a fundar la esperanza contra un proyecto de gobierno que nos propone derrota y sumisión, que nos quiere como rueda de auxilio del Estado, desentendiéndose de su responsabilidad social y aumentando su autoridad policial.
Casi un año pasó desde que nuestrxs pibxs, cientos de ellxs salieron a gritar que en la Argentina “el hambre es un crimen”. Marcharon para demandar al Estado, para que les escuchen y tengan en cuenta. Construyeron un documento con sus sueños, deseos y propuestas. Hasta hoy, sus demandas no han sido escuchadas, durmieron sus sueños en una agenda postergada, y desalojaron sus propuestas de lo público y privado.
“Marcharon para que les escuchen y tengan en cuenta. Construyeron un documento con sus sueños, deseos y propuestas. Hasta hoy, sus demandas no han sido escuchadas”
Más de la mitad de nuestrxs niñxs y adolescentes en las tierras argentinas son empobrecidxs, uno de cada tres se alimentan en comedores comunitarios. Las ollas populares en espacios públicos aumentan. Lxs vecinxs solidarixs construyen y sostienen roperos para abrigar el invierno. Las casas de comidas solidarias ponen el cuerpo a las personas en situación de calle y alimentan con algo caliente el frío que no abraza. Lxs trabajadorxs organizadxs resisten el ajuste sin postergar la conciencia, abrazando el eslabón más débil de una cadena cruel, depredadora, competitiva e individual.
Las organizaciones que marchamos nos sentimos hermanadas, solidarias y combativas. La pibada nos pregunta cuándo, dónde y cómo sigue esto.
Te convoco septiembre, a renacer la primavera.
Te convoco septiembre a brotar con más fuerzas el necesario sol en tiempos tan oscuros.
Te convoco septiembre a domiciliar la esperanza de un país con infancia, como nos enseñó el cura Cajade, el flaco Morlachetti y tantos educadorxs que pusieron el cuerpo en complejos momentos de nuestro país.
Septiembre y lxs pibxs siempre abrió caminos, sólo hay que revisitar la historia. Las demandas son las mismas del año anterior, las situaciones más graves, las propuestas se potencian y los sueños esperan ser alojados.
Es con ustedes posible un país con niñez, ternura y alegre rebeldía. Te convoco en septiembre a que no le cobren peaje a la esperanza, a brotar la rebeldía y patentar nuestra alegría.
Como afirman nuestrxs pibxs: “Si no abrís la cabeza no te crece el corazón”
El jueves 27 de Septiembre. 14 hs. Plaza Moreno. La Plata. Argentina.
Marchemos.
El Hambre es un Crimen.
Con ternura venceremos.
(*) Egresado del hogar de Cajade.
Miembro de la Asamblea de Organizaciones de Niñez.
Integrante de Revista La Pulseada y de la Organizacion Barrial Bombas Pequeñitas.
1 commentsOn Patentar la alegría, domiciliar la esperanza
Carta pública a la
Diputada Carolina Píparo:
Como tantos, me conmoví y solidaricé con usted a raíz del episodio aciago que le tocó padecer en 2010 y la muerte de su hijito. Sé también y comprendo que el dolor que debió sufrir es intransferible, porque ningún padecimiento es igual a otro y como tal imposible de sentirse con similar intensidad.
Por eso hoy, cuando la política económica que impulsa el gobierno al que usted adscribe está multiplicando los padecimientos de millares de argentinos, creo que también se aplica lo de la intransferibilidad de los dolores ajenos.
En estos casos hay que tener suficiente sensibilidad popular para ello, algo de lo que los de su signo político carecen y por tanto se permiten la ofensa mas burda.
Es el caso de la inaceptable afrenta que comete cuando afirma ligeramente que quienes van a comer fuera de sus hogares, a comedores populares, viven » ..la experiencia hermosa de ir a un restaurante».
Ignoro cuál fue la experiencia clasemediera que la contaminó con semejante fantasía gastrónómica.
Sepa señora diputada, que lo hacen compelidos por la malignidad delictiva de su gobierno. Y enfatizo, malignidad delictiva, porque el hambre que ustedes provocan es un crimen, como ayer mismo lo expresaron tantos de ellas y ellos por las calles de La Plata.
Pudo verlos o acaso estaba cobijada en la placidez de su despacho legislativo? Con solo asomarse por la ventana le hubiera alcanzado para anoticiarse.
Si así no fue, tómese un instante y repase aunque mas no sea las fotos de esos cartelitos que llevaban en la recorrida y tendrá usted cientos de conmovedoras razones.
Le cuento: en general son niñas y niños de nuestras barriadas, que concurren a comedores populares “porque sus papás no tienen trabajo” o “porque sus mamás no tienen dinero para comprar alimentos”.
Y hasta por las insuficiencia de las escuálidas, cuando no, miserables raciones del sistema alimentario escolar, algo por lo que también se preocupan y luchan tantas y tantos docentes a los que su gobierno maltrata con similar malignidad.
Acérquese usted a algún comedor barrial y coteje su fantasía con la realidad. Allí verá que los rostros de esas pibas y pibes no reflejan precisamente alegría por comer fuera de sus propios hogares. Y si se anima a conversar con ellos, quizá sepa que piensan o sienten.
Le cuento solo una de sus reflexiones y preguntas de ayer: «Si vamos a seguir pasando hambre, vamos a tener que marchar muchas veces?», nos interrogaba Leila, una nena de Tolosa.
Tienen hambre!, eso es lo que revelan, señora diputada.
Y lo que usted hace es banalizarlo.
En cambio es en casas de vecinos, o en sedes de organizaciones sociales donde reciben el alimento elaborado por manos solidarias, de ese entrelazamiento solidario que nace y se desarrolla entre nuestro pueblo, y del que reciben su única contención.
Por eso, señora , su dolor individual intransferible, debería recordarle que nadie puede tampoco, intentar apropiarse del padecimiento ajeno y colectivo. Mucho menos macanear en su nombre.
Guárdese su pretendido romanticismo berreta, con el que quiere encubrir la insensible hipocresía Pro para otros, pero no ofenda al piberío.
Jorge Alessandro. DNI 10.094.391