En el barrio berissense donde aprendió a jugar a la pelota Carlos Cajade, los pibes tiran centros, cabecean y hacen goles con el Hogar y La Pulseada en la camiseta. Azul, rojo y blanco son los colores. El símbolo del escudo fue imaginado por la forma de elefante que tenía un tronco de un ombú vecino. Ese enorme animal se transformó en ícono del club. Y en ese tamaño proyecta y construye el Club Deportivo y Recreativo Villa Argüello: futbol mixto e intercultural, talleres, murgas y espacios comunitarios para niños y niñas, jóvenes y adultos. En una de sus últimas jugadas, el club acaba de lograr que la Liga Asociación de Fútbol Infantil de la Rivera (LAFIR) incorpore en su reglamento un apartado que sirva para difundir y promover los derechos de los niños. Lo celebramos trayendo a estas páginas un pedazo de pasto y un poquito de tierra de la canchita del CDRVA, ubicada en 126 y 62, en el comienzo de Berisso. Un homenaje al fútbol genuino de los barrios y ajeno a corrupciones y negociados.