La justicia ordenó rastrillar un terreno de Los Hornos señalado por un testigo de identidad reservada. Es el operativo número 39 que se realiza en los 28 años que pasaron desde la desaparición del estudiante de periodismo. El análisis de la información recogida con el georradar demorará un mes. El pedido de Rosa para que hablen y cobren recompensa quienes saben lo que hicieron con el cuerpo.
Por Pablo Spinelli
Nestor Bru y Rosa Schonfeld presenciaron un operativo de más de siete horas de búsqueda del cuerpo de su hijo Miguel, el joven que fuera secuestrado y asesinado hace 28 años por el servicio de calle de la comisaría Novena de La Plata. Fue en un terreno de Berisso señalado por un testigo de identidad reservada que se acercó al fiscal Marcelo Martini, quien lleva adelante la causa que intenta localizar los restos para que la familia y los amigos del estudiante de Periodismo puedan cerrar un proceso de reparación que encontró algo de justicia cuando los responsables fueron condenados.
Es el operativo número 39 de ese tipo que se realiza desde el 17 de agosto de 1993, en promedio representa un rastrillaje cada poco más de ocho meses. Los resultados de todos los anteriores fueron negativos y en aproximadamente 30 días se sabrá si a partir de la información que recogió ahora el georradar que aportó la Gendarmería es factible avanzar con una segunda etapa con excavaciones.
El rastrillaje fue en un terreno que está fraccionado en dos lotes, ubicado en la calle Génova entre 147 y 148, una zona que a principios de los años 90 estaba totalmente descampada. Actualmente es una zona urbana pero el predio sigue con las mismas construcciones que estaban entonces, es una estructura que data de los años ’60 que algún momento fue usada como taller mecánico, pero actualmente está abandonada.
Lo primero que hicieron los investigadores fue analizar esa edificación y descartar que en los últimos 28 años hubiera algún movimiento compatible con alguna inhumación. Por eso los trabajos se concentraron en la tierra circundantes con el escaneo de los georradares.
El operativo estuvo a cargo de un equipo de especialistas de Gendarmería Nacional integrado por un geólogo y un antropólogo forenses, además de un técnico y un licenciado en criminalística. El propio Martini encabezó el procedimiento y también estuvo en el lugar el antropólogo forense Miguel Saghessi, integrante de la dirección de Investigación y Memoria de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y del Equipo Argentino de Antropología Forense (EEAF).
En el terreno, los especialistas removieron escombros y dos autos y con el georradar se detectaron algunas anomalías en la tierra que llevaron a realizar algunas excavaciones que no tuvieron resultado positivo.
El fiscal Martini indicó a La Pulseada que ordenó el rastrillaje después del aporte de un “testigo de identidad reservada” que a fines del año pasado señaló ese lugar. E indicó que a partir de ahora hay que esperar alrededor de un mes, tiempo que se trabajará en el laboratorio con la información recogida en el escaneo para establecer si será necesario volver al predio para nuevas excavaciones.
Durante el rastrillaje, Rosa volvió a pedir que quienes tengan información fehaciente sobre el lugar donde los asesinos ocultaron el cuerpo de Miguel la aporten y recordó que hay una recompensa prevista de entre 1,5 y 2 millones de pesos.
“(Justo) López, el único detenido, tendría que pensar que diciendo dónde está Miguel recuperaría su libertad. Les digo a los que saben dónde está Miguel, que lo digan, que lo hagan a través de terceros, y que cobren por eso. Para mí cada dato, cada búsqueda, es el último y verdadero. Si después de estos años alguien viene y dice ‘Yo sé dónde está Miguel’ es que nuestra lucha no fue en vano. No vamos a bajar los brazos hasta encontrarlo”, dijo la mamá del joven asesinado//LP