Más producciones, voces e historias junto al mar

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Nota principal: La crecida

Por Josefina Oliva

2013, multiplicado

Como en cada edición de Chapadmalal, durante 15 días se mostraron las investigaciones realizadas durante 2013 sobre la historia reciente y la violación de derechos humanos en el presente en distintas comunidades. Lo que comenzó exponiéndose en un auditorio solo allá por2002 se amplió luego a dos, y esta vez se realizó en tres escenarios simultáneos: dos hoteles y una carpa.

Los temas que más se vieron en esta oportunidad giraron en torno a violencia institucional, discriminación y exclusión, y violencia de género. La participación juvenil  y la mirada que de ellos tienen muchos adultos y medios de comunicación también fueron centrales.

Se presentó por ejemplo “Los jóvenes Matanza hablamos de violencia”, un audiovisual presentado por la ESB Nº 109 de Lomas del Mirador. El trabajo aborda la violencia institucional nombrando a algunos de los tantos jóvenes que murieron en manos de la Policía, como Christian Domínguez, Fabián Gorosito, Miguel Bru, Darián Barzábal, Andrés Nuñez, y sobre todo, el caso más cercano geográficamente a ellos: el de Luciano Arruga. Para ello realizaron una entrevista a su madre, que habló de los días previos a su desaparición y contó cómo vive en el presente; recibe de vez en cuando “visitas” de patrulleros que estacionan frente a su vivienda “como diciendo: ‘acá estamos’”.

Otras producciones estuvieron orientadas a tratar la falta de políticas adecuadas al cuidado del ambiente y cómo esto repercute en la salud de la población. Una de ellas narraba cómo viven los vecinos de la zona del Riachuelo, contaminado, entre otras cosas, por la gran presencia de fábricas a su alrededor.

Por ejemplo, en el audiovisual «Una noche de enérgica represión», los alumnos del colegio Atanasio Lanz de Berazategui narran la violencia que sufrieron los vecinos en su lucha por impedir la continuidad del funcionamiento de la subestación Rigolleau, que se instaló muy cerca de su localidad e implica serios riesgos para la salud por la irradiación de electromagnetismo. En el trabajo, los jóvenes cuentan cómo, en mayo de 2011, un violento operativo policial llegó a reprimir y a desalojar a los vecinos que se encontraban acampando en el marco de la lucha. Los alumnos dan cuenta de esa violencia institucional que no se ve en los grandes medios de comunicación, y que atenta contra la defensa del derecho a un ambiente sano. De forma transversal, se ve también el análisis y la reivindicación que hacen de la participación y de la lucha colectiva.

No faltaron las producciones que construyen biografías de desaparecidos, como el trabajo de los jóvenes dela Escuela secundaria nº 17, Luis Guillón, de Esteban Echeverría, que abordaron la vida de una de las Madres de Plaza de mayo, Aída Sarti; o aquellas que dan cuenta de la construcción de la memoria, a partir de diversos monumentos y placas que se realizan para homenajear a los desaparecidos, las que recuperan la historia de la militancia de los ’70, y las de las transformaciones socioeconómicas que se dan desde la última dictadura hasta el presente.

Laboratorio de esperanza

Cómo contarse ellos mismos reflexionando a través de sus propias imágenes fue la idea que trajeron los jóvenes que asisten al Centro de día La Paloma, de La Matanza, y a la que denominaron Fotos conscientes.

“Vamos a mostrar cómo hacer fotografía estenopeica. Vamos a enseñarles a los chicos que no saben a revelar y a sacar fotos. Para eso trajimos una carpa, que funciona como un laboratorio”, explican los chicos que asisten a La Paloma. Allá van de lunes a viernes, desde las 12 hasta las 16.30 y comparten distintas actividades, como talleres de teatro, video, y este taller de fotografía estenopeica, en el cual aprendieron muchísimo.

“Una foto estenopeica se hace con unas latas, o con una caja. Ponés papel fotográfico, que no es cualquier papel, y que no puede ver la luz del sol, porque si no se quema y no sirve más. Y sale plata, es caro. Y después en el laboratorio lo revelamos, con unos líquidos: detenedor, fijador, y revelador. Y cada uno tiene su pinza, para ir pasando la foto de un recipiente a otro”, explican.

A la entrada del Auditorio del Hotel 9 montaron la carpa, en la cual armaron un prolijo laboratorio. Desde allí, los jóvenes estaban atentos a todo el público que se detenía para contarle qué podían hacer allí. La cámara estenopeica, los líquidos necesarios para revelar, los recipientes, y las fotografías que ellos mismos sacaron en La Paloma.

“En el taller trabajamos los temas de violencia y discriminación. Y le sacamos fotos al Centro de día, a nosotros, a los murales, un cochecito, una bici, un mate, un termo, a cualquier cosa. Y salen, algunas sí, algunas no, es por el tiempo también, depende la luz que haya”, dice Brian. Y otro apunta: “si hay menos luz se tarda más en sacar la foto. Cuanta más luz menos se tarda”.

“Para que salga la foto es según la lata que agarres, tiene un agujerito así –muestra con las manos lo pequeño que es-, armado con una aguja. Y adentro, está pintada de negro, y se llena de cinta para que no entre la luz. Después le ponés el papel fotográfico, haces la foto y lo vamos a revelar”.

“Estamos mirando el cielo”

“Hola, buenas noches ‘Chapa’, nosotros le queríamos agradecer a todas las personas que nos recibieron con la mejor onda sin importar de donde venimos, y también por dejarnos presentar nuestro proyecto, y estamos re agradecidos,  re contentos también porque nunca habíamos vivido algo así con un montón de personas que se re coparon en todos los sentidos. Espero que lo hayan disfrutado al igual que nosotros”. “Nosotros nos vamos de acá y nos vamos para ahí de vuelta, pero le vamos a dar siempre para adelante, vamos a seguir estudiando para tener un buen futuro”, fueron las palabras de los jóvenes de la extensión de la escuela secundaria nº 2040 de Banfield, Lomas de Zamora, perteneciente a un instituto de menores de esa localidad, en el cierre del encuentro de Chapadmalal, ante más de dos mil chicos que los escuchaban con silenciosa atención.

Seis jóvenes de la 2040 lograron obtener el permiso judicial para asistir a Chapadmalal y compartir el trabajo realizado durante todo el año, La otra realidad, en el que se narran ellos mismos, y cuentan su compromiso en la conformación del primer centro de estudiantes en este tipo de instituciones. “Pensábamos que iba a ser difícil”, dice Facundo a La Pulseada, “pero se logró, gracias a los maestros que también nos ayudan siempre, nos sacan del encierro, porque la escuela es como una libertad para nosotros, ir a la escuela, participar, estudiar, de todo un poco”.

“Nos organizamos en grupos, eran más chicos pero no pudieron venir, por los permisos de los jueces que no nos quisieron dar”, lamenta Facundo. “Gracias a los profes que se coparon para traernos a Chapadmalal a disfrutar. Ahora no miramos rejas, estamos mirando el cielo, y nos parece re bonita esta oportunidad que se nos dio”.

Para varios de ellos, era la primera vez que se encontraban con el mar. “Venir, conocer el mar, disfrutar de la libertad. Son tres días, pero es mucho para nosotros. Hay muchas cosas para hacer, fuimos a los talleres, vimos producciones, una de una villa, otra sobre contaminación, otra sobre policías corruptos. En uno de los talleres estaban hablando de los chicos que roban y no sabían que nosotros estábamos encerrados”, cuenta Franco y agrega: “Dicen que nosotros robamos y hay trabajo en todos lados y eso no es verdad. Porque a veces vos vivís en una villa y no te quieren dar trabajo porque te discriminan, por el lugar de donde venís, y no te queda otra que ver mal a tu familia y te querés comprar algo y no tenés plata”.

“Nosotros cometimos un error y lo estamos pagando. Lo estamos pagando para cambiar nuestra forma de vida. Y este encierro sirvió para algo, para reflexionar. Los profesores siempre nos hablan, nos acompañan. Además nos dieron libros, porque no había, no hay nada, y ahora están en una caja y nos anotamos para sacarlos, para préstamos. Eso está bueno”, reconoce Facundo.

Otra de las luchas que están llevando adelante los alumnos e la 2040 es para construir más aulas, sólo hay dos y son 54 pibes que van a la escuela. “Estamos todos juntos, no hay espacio para trabajar bien. Ya pedimos los materiales, creo que las vamos a hacer nosotros, a trabajar todos en grupo y a hacer las aulas de unos a los otros, ayudando el uno para el otro”.

Sobre el Programa y Chapadmalal

El XII Encuentro de Jóvenes y memoria / recordamos para el futuro se llevó a cabo del 1 al 15 de noviembre en el complejo turístico de Chapadmalal. El proyecto es organizado por la Comisión Provincial por la Memoria desde el año 2002.

El Programa Jóvenes y Memoria está dirigido a estudiantes, docentes de escuelas secundarias, organizaciones sociales y juveniles. Propone desarrollar durante todo el ciclo lectivo un trabajo de investigación sobre el pasado reciente de las comunidades donde se inserta cada organización.

El objetivo del Programa es “promover en los jóvenes el sentido y la valoración crítica del pasado como parte del proceso de construcción de su identidad y de su afiliación a la sociedad a la que pertenecen, en el marco del proceso de profundización de la democracia”.

Desde Jóvenes y Memoria se acompaña a las diferentes escuelas durante el año, realizando un seguimiento de cada proyecto. Así, se desarrollan diversas instancias de encuentros regionales, tanto en la sede de la Comisión como en otras escuelas y lugares de la provincia, en las que se trabaja con los jóvenes, dando lugar a la consulta y a la reflexión de las temáticas que se eligen. También se trabaja con los docentes y coordinadores de cada proyecto, aportándoles herramientas para enriquecer las investigaciones, tanto desde la metodología, como para la producción del soporte elegido. El encuentro final es en Chapadmalal.

Las producciones que se presentan en Chapadmalal reúnen una gran diversidad temática. Desde el principio de la convocatoria del Programa,  la consigna había sido que el proyecto aborde una problemática relacionada con el eje “autoritarismo y democracia” de la propia localidad. Pero este año el eje se especificó a través de la consigna: “30 años. Los desafíos de la democracia en las luchas por la igualdad, la memoria y los derechos humanos”. El requisito fundamental sigue siendo adecuarse a la consigna de que la investigación debe girar en tormo a una historia con anclaje local. A partir de allí, se abren diversas preguntas, que se han ido ampliando a lo largo de estos años y que se enmarcan en los diferentes núcleos temáticos: biografías de desaparecidos de la comunidades; discriminación, género y violencia; exclusión social; participación juvenil y protesta social; reconstrucción de episodios locales; Guerra de Malvinas; agenda actual de derechos humanos (que incluye temáticas desde ambiente hasta bulling); consecuencias de la dictadura; episodios de violencia institucional como el “gatillo fácil”; percepciones actuales sobre la dictadura, el “acá no paso nada”; transformaciones económicas; vida cotidiana; dictadura y educación.

El programa cuenta con su propio catálogo en el que se almacenan todas las producciones y al que se puede acceder ingresando a http://catalogo.comisionporlamemoria.org/web/catalogo

Chapadmalal numeroso

El encuentro de Chapadalal dura 15 días, que se divide en cinco tandas diferentes. Así, cada escuela u organización participa de una sola tanda que dura tres días.

Bajo el lema “A 30 años de democracia, los desafíos de vivir juntos”,  en esta oportunidad se reunieron más de 10 mil jóvenes de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, ciudades de Rosario y Buenos Aires, y participaron 1000 equipos de investigación de escuelas secundarias y organizaciones sociales. En la primera oportunidad -en 2002- habían participado 400 jóvenes. Esta vez el promedio de chicos por tanda fue de 2000.

En cuanto a los proyectos, se presentaron 826, de los cuales la mayoría, un total de 477 fueron documentales audiovisuales. El otro soporte más elegido fue el teatro (hubo 90 obras); y a eso se sumaron 73 ficciones, 50 murales y 16 ediciones multimedias. También hubo periódicos y revistas, muestras fotográficas, y hasta un laboratorio montado de fotografía estenopeica.

De los grupos que asistieron, 309 participaron por primera vez. Fueron 659 escuelas públicas, 73 escuelas privadas, 94 organizaciones sociales, 14 organizaciones políticas, nueve Programas Enviones,  ocho Centros de Actividades Juveniles (dependientes del Ministerio de Educación de la Nación), seis Asociaciones Civiles, cinco murgas, cinco Bachilleratos y Bibliotecas populares, cinco Centro Culturales, cinco Programa Fines, tres Patios Abiertos (un programa de la Dirección General de Cultura y Educación de Provincia de Buenos Aires  que busca generar espacios para la inclusión y retención en los establecimientos educativos durante los fines de semana), tres Grupos Teatrales y dos Centros de Estudiantes.

Vivir juntos en Chapadmalal

Cada año dos de los hoteles del gran complejo de Chapadmalal, inaugurado en 1950, se llenan de jóvenes que decidieron participar en un proyecto de investigación que narre alguna historia de su localidad, desde su propia voz, junto con otros compañeros. Esa misma experiencia es la que luego traen a Chapadmalal para intercambiar con otros jóvenes, de otros colegios y diversas organizaciones, cada uno con sus diferentes realidades. De esta forma no sólo aprenden sobre el pasado y el presente, sino que también intercambian opiniones, se divierten y comparten con otros. Los pasillos de los hoteles, las galerías, el inmenso predio y hasta la playa conforman el escenario que los pibes llenan con su voz, jugando, con el acompañamiento de un canto, una guitarra y otros instrumentos que traen, cada vez más variados.

Una de las instancias del encuentro es el Taller de bienvenida, que este año se basó en proponerles a los chicos que armen una plataforma política, que contenga propuestas acerca del cotidiano en Chapadmalal. Y así surgieron cómo compartir, cómo debatir, cómo comportarse en los comedores, como manejarse con la limpieza en las habitaciones, como contribuir al cuidado del ambiente, pero sobre todo cómo intercambiar con el otro, al que recién conocen, considerando la diferencia. De esta forma, la invitación fue a pensar qué cosas hacer, cómo actuar para “vivir juntos” los tres días que dure el encuentro.

“Si vamos al frente, y lo gritamos fuerte, podemos transformar la realidad, así que vamos al frente” decía la consigna de un partido político que nació en uno de los talleres. “Compartir y llevar a otros que no pudieron venir, todo lo que compartimos acá”, era uno de los deseos expresados.

Entre la diversidad de propuestas, una de ellas se basó en la preocupación por hacer que el tiempo que se pasaba en los auditorios donde se muestran los trabajos finales de cada escuela u organización, se hagan más llevaderos. Para eso pensaban que podía servir, por ejemplo, “ofrecer una chocolatada caliente”, cuando el clima de la costa no ayuda y el frío se siente en el cuerpo. Es que la propuesta repetida hasta el cansancio por coordinadores del encuentro, y por jóvenes y adultos que iban llegando era: “tratemos de presenciar los momentos en los que los otros hacen su presentación, porque a todos nos gusta que vean lo que hicimos”. Uno de los éxitos de Chapadmalal fue ver los auditorios llenos.

Para ver, hacer, reflexionar

Al igual que los últimos años, la propuesta de cronograma en Chapadmalal fue muy intensa. Durante los tres días, desde las 14 hs, se expusieron producciones en los tres auditorios al mismo tiempo. La apertura oficial del encuentro se hizo cada tanda en la noche del primer día, donde se encontraban todos los jóvenes que participaban, 2 mil por lo general, en una gigante carpa.

El segundo día fue el más cargado. Además de las presentaciones, se dieron los talleres de bienvenida, los de producción y los foros de debate.

Los jóvenes tenía la posibilidad de elegir entre los talleres de: fotografía, movimiento, teatro, sténcil, mural, video, música, hip hop y manifiesto. En este último se les propone escribir un texto que represente la voz de todos los jóvenes que asisten a “Chapa”, diciendo quiénes son, qué desean, por qué están ahí, con qué problemáticas se encuentran como jóvenes, y cuál es su propuesta.

Para los talleres de producción se pautan diferentes momentos de trabajo, y para mostrar lo que se da en esa instancia se coordina en forma conjunta una muestra final para el cierre del encuentro.

Alzar la voz para debatir

Los foros que se presentaron fueron el de Ningún pibe nace chorro, Género, Discriminación y exclusión social y La escuela en debate.

Ningún pibe nace chorro

En el foro se analizaron los debates que se dan acerca de seguridad-inseguridad y la baja de la edad de imputabilidad. Los jóvenes coincidieron en que no están de acuerdo con la baja de la edad de imputabilidad, lo cual generó aplausos en un auditorio que avalaba esta postura. Y también afirmaron  que “de ninguna manera, para nosotros, más gendarmes implica más seguridad”.

Con la Gendarmería y la policía que hay “no sólo nos sentimos inseguros, sino que nos sentimos como si estuviéramos viviendo 30 años atrás”.

Lo peligroso, dijeron, son los narcos, los transas, “un narco no puede funcionar sin el apoyo político o policial”. Así, surgió el tema de la responsabilidad del Estado, que no invierte en los pibes sino en cárceles”, cárceles que no sirven para la reinserción social, porque “los cagan a palos y los hace más resentidos a los pibes”.

Foro sobre las problemáticas de género

Involucrándose en el tema desde muchas y diversas aristas, los asistentes a este foro se peleaban por hablar. No sólo fueron temas de discusión “la mujer golpeada”, la diversidad sexual, el derecho al aborto legal, la homofobia, el machismo y la crítica a los estereotipos que se ven por ejemplo en muchos programas de televisión, en forma de “culos y tetas”. El sistema patriarcal, el capitalismo, el mercado y el poder de la publicidad, las instituciones estatales, y la iglesia, formaron parte de un intenso debate que intentaba dilucidar cómo continuar los cambios y los avances que se vienen consiguiendo para terminar con “la materialización y cosificación de la mujer”.

Las discusiones tuvieron un análisis histórico que fue desde Juana de Arco hasta las revoluciones industrial y rusa. Y lejos de quedarse en la defensa del rol de la mujer, se habló también de un hombre perjudicado ante este sistema. “Ellos también pierden cosas con este sistema, que los presiona para hacer determinadas cosas que ´lo hagan hombre’”, dijeron.

Discriminación y exclusión social

Este foro giró en dirección a la discriminación desde diferentes aristas, no sólo racial sino también a la mujer e incluso por razones políticas. Los jóvenes se detuvieron a contar sus propias experiencias, por ejemplo, cuando presentaron diversas propuestas para llevar adelante en los colegios, como por ejemplo, hablar de la nueva posibilidad de votar a partir de los 16 años. “El profesor no me dejó, creo que porque pertenezco a un partido político, y lo iba a hacer desde ahí”, dijo una de las asistentes al foro.

La escuela en debate

Aquí se habló de la participación estudiantil y de las tomas de las escuelas, que se dieron en forma masiva en la ciudad de Mar del Plata. Destacaron el rol que jugaron los medios de comunicación, demonizando la figura del estudiante, y dijeron “la mayoría queremos la escuela pública. Es nuestro lugar de pertenencia. Es el lugar que tenemos para formar sujetos críticos y pensantes”.

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