Educación pública y gratuita para todos los niveles es lo que están reclamando los jóvenes chilenos en pie de guerra contra la herencia dejada por el régimen de Pinochet. Los 5000 hermanos de ese país que estudian en Argentina, se consideran “exiliados económicos y sociales”.
Los estudiantes secundarios y universitarios chilenos, junto a los profesores, están en lucha por una educación gratuita y sin fines de lucro: desde junio realizan marchas, huelgas de hambre, tomas de colegios y facultades.
Muchos jóvenes cruzan la cordillera porque les sale más barato pagar una pensión en Argentina que una carrera en Chile. Según el Movimiento de Estudiantes Chilenos Exiliados por la Educación, son entre 4500 y 5000, repartidos en las universidades nacionales.
En nuestra ciudad, la Asamblea de Estudiantes Chilenos en La Plata acompaña la lucha de sus compatriotas y pide por esa educación libre para volver a aprender en las aulas de su país y terminar con esa maldita herencia de la dictadura de Pinochet. Una de sus integrantes es Natalia. Tiene 22 años y hace tres que cursa la carrera de Sociología en la UNLP. Con ella dialogó La Pulseada Radio.
-¿Cómo están viviendo los estudiantes chilenos en Argentina esta situación que atraviesa su país?
-Cuando nosotros tuvimos que venir a estudiar a la Argentina lo hicimos buscando un derecho que en nuestro país fue totalmente pisoteado, que es el derecho a la educación. En la Asamblea de Estudiantes Chilenos en La Plata nos consideramos exiliados económicos y sociales, producto de que fuimos excluidos de nuestro país para seguir estudiando. Tuvimos que dejar a nuestras familias y amigos para poder seguir una carrera universitaria porque el sistema educativo en Chile es arancelado y nosotros, como pueblo, no podemos pagar. A su vez, hay un modo de acceso a la Universidad a través de puntajes a los que no podemos acceder los que provenimos de liceos públicos.
-¿Cómo se están organizando desde acá?
-Hace un año y medio que estamos organizados como asamblea de base. Lo que más rescatamos es que los estudiantes secundarios tienen un alto nivel de politización en los últimos años. Es un gran avance, como también lo es el apoyo de otros sectores sociales como los trabajadores. Nos dimos cuenta de que las cosas empezaban a tomar otra forma cuando en el 2001 los universitarios organizaron lo que se llamó “el mochilazo” para pelear por un arancel diferenciado tomando en cuenta la situación socio económica de cada uno. Pero ahora es diferente porque lo que se pide es educación gratuita, pública y para todos los niveles.
-¿A qué clase social pertenecés en Chile?
-A la clase baja. Estudié en un Liceo municipal pero en el que igual hay que pagar: en 2007 la cuota era de unos 50 pesos argentinos. En el 2008 quise entrar a la universidad pero no pude porque no tenía los medios para prepararme y me tuve que poner a trabajar. Fue ahí que me enteré que Argentina tenía educación gratuita.
-¿A los estudiantes chilenos les conviene más vivir acá con todos los gastos que eso implica que pagar la cuota de una universidad en Chile?
-Exactamente.
-¿Qué piensa el resto de la sociedad chilena de la lucha estudiantil?
-En estos momentos se ha sumado mucha gente, más de lo que se esperaba, de distintos sectores de la sociedad. Y todos los días a las 21 se hace un cacerolazo en protesta por la represión porque en Chile existe una fuerte represión
-¿Cómo calificarías el tratamiento que le dan los medios de comunicación a esta lucha?
-Hay un gran cerco informativo. A mí me pasa que me quiero informar desde acá y con la gente que converso me dicen: “Acá no muestran nada de eso que tú dices”. Cuando un camión de carabineros atropelló y mató a un estudiante, no trascendió nada en los medios, lo que demuestra el nivel de censura que se vive allá. Es impresionante. Entonces tengo que optar por medios alternativos, pero ¿y el resto de la gente?