Nuevos despidos y condiciones laborales que no mejoraron reinstalaron la pelea de los choferes que deja a miles de vecinos sin un servicio básico como el del transporte
El lunes 13 de marzo encontró a miles de vecinos de Villa Elvira varados en su barrio sin poder tomar los micro de la Línea Este que los trasladara hacia el centro. Estaban advertidos de que eso podía ocurrir porque los choferes habían realizado una intensa volanteada la semana anterior: hubo siete trabajadores despedidos en febrero, las condiciones de trabajo siguen siendo deficitarias, y la UTA -el gremio que debiera representarlos- no hizo nada para revertir la imposibilidad de elegir delegados gremiales desde hace 15 años. Básicamente las mismas causas por las que entre octubre y noviembre de 2016 estuvieron parados 22 días (ver informe «Bondi lleno», en La Pulseada 146).
Ahora decidieron tomar la cabecera que la empresa tiene sobre la Ruta 11 y realizar una retención de tareas por tiempo indeterminado, hasta que Daniel Corvelli -el dueño de la compañía El Expreso SA-, algún representante de la Municipalidad de La Plata y el gremio firmen un nuevo acta comprometiéndose a encauzar la situación.
«No nos cumplieron prácticamente nada», lamenta Jorge Tamaro en charla con La Pulseada, uno de los más antiguos conductores. Es el que aparece en la tapa del número de diciembre alzado por sus compañeros, en lo que suponían era la solución de un conflicto que fue desgastante. Él es uno de los que planteó la necesidad de elegir delegados propios y por eso fue echado y luego reincorporado. Estuvo con carpeta médica pero nunca se la pagaron.
En febrero hubo siete despidos. A cuatro les rescindieron el contrato y a tres los cesantearon por trabajar a reglamento. «Casualmente” son todos integrantes o allegados a la agrupación «El Bondi», que es la que pide participar elecciones libres de delegados con una dirigencia crítica con la conducción de la UTA.
En el marco de esta retención de tareas reclaman la reincorporación de los siete despedidos , garantías de estabilidad laboral y la elección libre de los delegados gremiales. También denuncian precarización y amedrentamiento hacia los trabajadores del sector de mantenimiento y limpieza de las unidades, “a quienes fuerzan a trabajar en doble turno y en negro”.
Tampoco se acondicionaron los paradores donde los choferes descansan cuando terminan un recorrido. Según detallaron, las únicas cabeceras que tuvieron algún acondicionamiento fueron las de los ramales 45 y 46, que ahora paran en la empresa 273, y el ramal 14, al cual le acondicionaron un contenedor en 23 y 659. Los choferes de los ramales 80 y 61 siguen sin un lugar apropiado y los momentos de descanso los tienen que pasar arriba de los micros.
El conflicto se remonta a octubre de 2016, cuando realizaron un paro de 22 días con los mismos reclamos. En aquel momento se dictó una medida cautelar que obligaba a la empresa a retrotraer los despidos y las suspensiones, a cesar con “la persecución laboral” y a mejorar las condiciones de trabajo. Según denuncian los trabajadores, la empresa no cumplió y por esta razón reanudaron sus acciones.
Ver informe completo sobre el conflicto en La Pulseada 146