La artista conversó con La Pulseada Radio sobre su carrera y su inspiración para crear canciones. Además, recordó el día que compartió escenario con Skay y Cajade en el Coliseo Podestá.
«Soy música, soy artista, soy cantora, soy compositora y guitarrista. Me gusta igual que me presenten como me sientan, si consideran que soy cantora está bien porque canto y canto mis canciones y son canciones de esta tierra», se presentó Loi Sanguinetti al aire de La Pulseada Radio.
Loi es docente de música y, además de su proyecto solista, tiene otros proyectos colectivos. Integró los colectivos Cuchá y Músicas Platenses en Red. En 2020 presentó su disco Ritelurio, que reúne 9 canciones y está disponible en distintas plataformas digitales.
«No tengo una sola forma de hacer las canciones, a veces las busco y a veces aparecen, a veces empieza con una letra, después empieza con una melodía, pero de dónde viene las canciones es un gran misterio porque muchas veces me ha pasado de que me encuentren a mí las canciones y es hermoso», compartió.
Reconoce a la música lationamericana como una gran influencia al momento de componer, pero también las cuestiones cotidianas: «Todas las vivencias que uno tiene, artísticas o no, influyen a la hora de componer».
El día que compartió escenario con Cajade
Era 29 de septiembre del 2001. Loi tenía 19 años y tocaba con su banda La Saga de Sayweke en el Teatro Coliseo Podestá. «Estaba arriba de un escenario con una Fender colgada y toda vestida de cuerina, muy rocker, estaba compartiendo el escenario, estaba tocando en una banda de rock platense, estábamos sonando en el Teatro Coliseo Podestá y compartimos escenario con el Padre Cajade y con Skay Beilinson que estuvo tocando con nosotros esa noche», recordó durante la conversación.
«En ese momento era una re película. Yo estaba fascinada con todo lo que estaba viviendo, fue una noche hermosísima. Toda la previa fue hermosísima, me acuerdo que Carlos Cajade venía a la sala de ensayo a ensayar con nosotros y era un flash. Y toda la preparación del espectáculo fue hermoso», repasó.
También expresó que ese rato compartido con Cajade fue descubrir otra parte de su personalidad: «Él dijo: ´che, yo quiero tocar´. Y de pronto se colgó la viola fue otra faceta. Recuerdo esos días con mucha alegría, con mucho disfrute, preparar las canciones, fue una experiencia super que agradezco muchísimo haberla vivido».
«No se si uno por ahí después cae en la cuenta, a ver, en el momento que yo lo viví ya me pareció zarpado lo que estaba viviendo pero creo que después con el tiempo lo resignificás mucho más», compartió.