Rubén Capitanio
Fábrica de Artistas
185 páginas
En la solapa del libro, Rubén Capitanio aparece con el mate en la mano y su sonrisa franca, como invitando al lector a sentarse en torno al fogón, en ronda de amigos, a escuchar sus relatos sobre la vida de quien fuera obispo de Neuquén, Jaime Francisco de Nevares. “… Esto no es un libro, es una contada. No soy escritor, soy testigo; sólo quiero contar con gratitud cariñosa lo que viví cuando conocí a un hombre de Dios, un hombre de carne y hueso, de alma abierta y corazón grande, con virtudes y defectos, un hombre fiel en todo el sentido de la palabra”, aclara.
Capitanio nació en 1947 en La Plata donde desarrolló su actividad pastoral hasta que en 1976 fue incluido en una de las tantas listas negras de la dictadura. Partió entonces hacia Neuquén donde lo esperaba Don Jaime.
El libro rememora momentos de la vida del “Obispo de los Mapuches, de las Madres y de los Pobres”, como cuando en 1994 renunció a su cargo de convencional constituyente porque “no quería ser cómplice de los funerales de la república”. Lo muestra también visitando comunidades indígenas y cruzando “la calle para estar al lado del pobre, del explotado, del excluido”.
Pero “Hombre Fiel” no es sólo un cúmulo de anécdotas. Rubén Capitanio denuncia en estas pocas páginas que “las cárceles son un gravísimo delito estatal”; recuerda que “para los pobres la Justicia siempre es más lenta y la inocencia siempre es más cara demostrarla”; subraya que “el indígena sigue siendo un ciudadano postergado en sus derechos más allá de todo lo que se dice y promete”. Y para que no queden dudas desde dónde recuerda al Obispo fallecido en 1995, el padre Rubén asegura, “con dolor y con vergüenza”, que durante la dictadura, “la Iglesia como institución fue infiel a Dios y al pueblo”.
Carlos Sahade