Un tal Nuñez. El caso del primer desaparecido por la Bonaerense en la democracia recuperada
Pablo Morosi
Un hombre es arrancado ilegalmente de su casa. A fuerza de golpes es conducido a una dependencia policial, y sometido a una sesión de torturas que su organismo no resiste. El cuerpo desaparece. No es dictadura. ¿No es una patota de Ramón Camps? Es la “mejor policía del mundo”, conducida por el “mejor comisario”. Como en su antecesor “¿Dónde está Miguel? – un desaparecido en democracia”, en el que se internaba en la historia de Bru, Pablo Morosi desteje, con “Un tal Núñez – El caso del primer desaparecido por la Bonaerense en la democracia recuperada”, la telaraña infinita en la que se convirtió el crimen de Andrés Núñez, un episodio que marcó a la capital bonaerense y tuvo (junto a otros muchos) replicas directas en las políticas de seguridad de la Provincia.
El relato crudo de la impotencia de una mujer (Mirna Gómez) que clamó justicia por su pareja y la obtuvo tarde y a cuentagotas. La impunidad, encarnada en la prepotencia policial y judicial, que extiende su halo hasta nuestros días, 25 años después (La Pulseada 129), cuando todavía hay sólo dos condenados, un prófugo, un detenido sin juicio y varios encubridores sueltos. Además de un juez que murió sin pena. Descripciones cinematográficas son usadas para describir momentos clave. Y aportan a la obra un tono de novela negra que potencia su atracción. Nombres de gobernadores –incluido el autor de la frase “un tal Núñez”-, ministros, jefes policiales, jueces, fiscales y abogados reconocibles, se cruzan en el texto. Y aportan una cercanía que impedirá al lector pensar en un clima de época ya pasado.
Pablo Spinelli