La verdadera chispa de la vida

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Chispita, el emprendimiento de la Obra de Cajade de 151 entre 70 y 71, festejó su vigésimo cumpleaños con la inauguración de una ludoteca y biblioteca.

Por Carlos Gassmman
Fotos Gabriela Hernández

El 15 de septiembre pasado no fue un sábado más para la Casa de Día Chispita, porque fue el día elegido para celebrar el 20º aniversario de su creación –que en realidad se cumplió el 14 de agosto último– y para la apertura en el entrepiso de un nuevo y cálido espacio en el que los chicos y las chicas podrán divertirse jugando o entretenerse leyendo cuentos.

El edificio tiene mucho tiempo más y durante aproximadamente tres años funcionó allí un jardín de infantes, a cargo del grupo Siembra, que acabó cerrando sus puertas. Hasta que en 1998 el inmueble fue donado a la Obra de Cajade y Carlitos decidió convertirlo en una Casa de Día que se ocupara de los pibes y las pibas de una zona donde viven muchas familias carenciadas.

Claudia Auge comenzó a trabajar en Chispita dos años después de su nacimiento y, con algunas interrupciones, se encargó de su coordinación hasta hace dos años, momento en el que le delegó esa responsabilidad a su hermana Mónica.

De lunes a viernes, entre las 8.30 y las 16.30, se recibe en la casita de Los Hornos a niños y niñas de entre 5 y 12 años de edad, que en ese lapso desarrollan distintas actividades y reciben desayuno, almuerzo y merienda.

“Hasta el año pasado –cuenta Mónica– teníamos un cupo de 50 pero, por lo difícil que está la situación, tuvimos que ampliarlo a 70”. Añade que “los problemas en el barrio se están multiplicando: no alcanzan los alimentos, faltan útiles y también cupos educativos. Es una población muy numerosa que no tiene cerca escuelas con capacidad suficiente. Son muchas las necesidades y lo que queda por solucionar. Nosotros desde acá hacemos todo lo que podemos”.

Sumarse a este tipo de tareas no es equivalente a realizar cualquier otro trabajo porque requiere de un compromiso emocional muy especial: “Se viven tanto algunos momentos de mucho dolor e impotencia como otros de mucha felicidad. Por suerte logramos conformar un gran equipo, las decisiones se comparten y nos contenemos mutuamente. Todos somos uno: nos repartimos las frustraciones y las alegrías”.

Auge destaca “el hermoso vínculo que tenemos con las familias del barrio. Después de dos décadas ya estamos recibiendo a una segunda generación de ‘chispitas’, a hijos e hijas de quienes a su vez ya pasaron siendo pibes por acá. Es muy lindo tener semejante reconocimiento de la comunidad y que nos tengan toda la confianza del mundo como para dejarnos a sus chiquitos a nuestro cuidado”.

Detalla Mónica que “este nuevo espacio para juegos y lecturas que le regalamos a Chispita para su cumpleaños lo empezamos a planear en mayo. Fue un sueño que finalmente logramos concretar. A muchos chicos y chicas no les hicimos conocer este nuevo ámbito hasta que estuvo terminado. Y quedaron sorprendidos, deslumbrados y felices”.

El festejo empezó a las tres de la tarde. Contó con la muy valiosa y desinteresada colaboración de Claudio Simone, que trajo sus juegos y sus canciones. Después pibes y pibas mostraron algunas coreografías que habían preparado con las profes.

No faltó, por supuesto, la torta aniversario, cuya forma replicaba al edificio de la casa de día. Tampoco se dejaron de soplar las velitas y de cantar: “¡Que los cumplas, Chispita, que los cumplas feliz!”.

Al coro se sumaron entonces los niños y niñas, sus familiares y amigos y todo el equipo de trabajo que cotidianamente sostiene al lugar con gran dedicación y esfuerzo.

Pero las amplias sonrisas de esas caritas manchadas con dulce de leche recompensan con creces todos los sacrificios y jamás de los jamases reclaman recibir el vuelto.


Éste sí que es el mejor equipo

Quienes gestionan hoy al emprendimiento de Los Hornos son Ezequiel Castro (coordinador general de todas las casitas de la Obra de Cajade), Mónica Auge (coordinadora de Chispita), Mabel Martínez y Mirta Benítez (cocina), Marcela Neila, Claudia Cabrera, Alejandra Saavedra y Mariana Benedetti (educadoras), Juan Manuel Flocco (profesor de educación física), Anita Ruvituso (psicopedagoga), María José Guido Lavalle (trabajadora social), Betsabé Espinosa Mondati (psicóloga), Dora Grattoni (voluntaria del taller de juegos y lectura), Carola Ruiz (voluntaria del taller de juegos y actividades artísticas), Pablo Bartoli (voluntario que presta apoyo escolar en matemáticas), Constanza García Luna y Melina Mercel (encargadas de los talleres sobre los derechos del niño).

Aunque sería imposible mencionarlas a todas, sin omitir a ninguna, habría que añadir a esta lista a muchas otras personas que a lo largo de estos veinte años han trabajado en la institución. Para todas ellas vaya también el más sentido reconocimiento.


Se necesitan zapatillas

De los distintos elementos que se precisan ante la agudización de la crisis económico-social, Mónica Auge resaltó la importancia de contar con zapatillas para chicas y chicos de entre 5 y 12 años.

Quienes estén en condiciones de donarlas, pueden llevarlas personalmente a la Casa de Día Chispita, 151 entre 70 y 71, Los Hornos, de lunes a viernes, de 8.30 a 16.30, o comunicarse telefónicamente al (0221) 450-6269, en esos mismos días y horarios.

¡Desde ya, muchas gracias!

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