Nota principal: Asesinado por disputar la ciudad
Pablo Pimentel, que se cruzaba con Agustín en las reuniones del Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio, no puede olvidar la última vez que lo vio. Fue un jueves, en mayo de 1988. Cuando terminó la reunión, Agustín lo esperó porque quería preguntarle cómo había hecho con el asentamiento 17 de marzo de La Matanza para averiguar de quién eran las tierras.
—Necesito que me expliques porque estoy acompañando a un asentamiento que me parece que está siendo estafado —recuerda que le dijo.
Pimentel le explicó cómo hacer el trámite en el Registro de la Propiedad, en La Plata. Así fue que Ramírez confirmó lo que sospechaba: la inmobiliaria Martino estaba estafando a las 300 familias a las que cobraba los lotes que eran públicos.
“Esa fue la última vez que hablé. Agustín averiguó, fue al asentamiento, dijo que los estaban estafando, y después de eso lo condenaron a muerte”, resume Pimentel.