Nota principal: Lidia Cantero y el Hogar de Cajade
“El viejo Pepe”, así le decían los chicos del Hogar de Cajade al padre de una de las educadoras de la Obra. Algunos lo recuerdan como un abuelo rezongón de esos que retan con ternura y que todos los pibes quieren tener a su lado. En su homenaje, la panadería que hoy está a cargo de Lidia Cantero se llama así: “El viejo Pepe”.
Está ubicada en el predio de 643 entre 12 y 13 y los maestros en el oficio son Martín y Fabio, que al decir de Lidia “saben una banda”, porque hace mucho que están en la actividad y porque tienen títulos oficiales expedidos por la Dirección de Cultura y Educación luego de dos años de capacitación con el profesor Raúl Arriola, del Centro de Formación Profesional 404. Sus conocimientos se los transmiten a cuatro pibes, de entre 13 y 14 años, que recién comienzan a aprender el oficio.
Actualmente se elaboran 50 kilos diarios de pan y “todo lo que se hace en una panadería, los chicos lo hacen”, se enorgullece Lidia. La producción se distribuye en los distintos emprendimientos de la Obra de Cajade. Incluso muchas veces donaron pan a los comedores comunitarios que lo solicitaron y también se vende a pedido a los que se acercan al Hogar o llaman al 491-0202.
A fin del año pasado el Laboratorio Bagó pagó la reparación del horno, por lo que este año se presentan inmejorables perspectivas para lograr el objetivo descrito por Lidia: “que la panadería pueda autoabastecerse y se consiga incorporar más gente de la Casa Joven y de distintos emprendimientos de la Obra para que puedan aprender. Que sea un emprendimiento productivo y de capacitación para que los chicos tengan futuro, porque para eso fue que el cura creó los emprendimientos, para que tengan una herramienta de laburo el día de mañana”.
Por lo pronto este día no empieza nada mal: bien temprano, “Fabito” reparte pan calentito por cada una de las casitas de 643 y todos se ponen en marcha para tener la mejor de las jornadas.