LIBRO
La larga Noche de los Lápices. Relatos de una sobreviviente
Emilce Moler
250 páginas
Marea Editorial
Por Pablo Spinelli
Emilce Moler publicó en 2020 La larga Noche de los Lápices, una serie de narraciones que se acercan al registro de un diario íntimo y le permiten -según ella misma ha dicho- dar un cierre, suturar heridas y saldar algunas cuentas pendientes con una historia que le atravesó la vida. Pero sobre todo le permiten dejar por escrito y para siempre su versión de los hechos que la tuvieron con un protagonismo que durante década sintió negado por el relato que se cristalizó con el libro y la película homónima, que le pusieron un nombre a aquellos días oscuros de septiembre de 1976. Un relato directo y simple que golpea al lector que se encuentra con la voz de aquella adolescente militante, mucho más comprometida con la actividad política de lo que podría suponerse. El antes, el durante y el después de esa larga noche transcurren en las 250 páginas que están organizada en capítulos que en su mayoría son breves y casi nunca se vinculan entre sí, aunque sí respetan un orden cronológico. El hilo invisible que los une es la necesidad imperiosa de la sobreviviente de dejar legado. Relatos de su infancia en La Plata, el recuerdo del antiperonismo de su madre, el despertar de su propia militancia, la historia de padre policía, anécdotas de las asambleas, las acciones relámpago en las que ponía el cuerpo en pleno clima represivo, las casas amigas donde se guardaba cuando el peligro asechaba y la fatídica madrugada del 17 de septiembre, cuando la patota la arrancó de su casa de la avenida 19 ante los ojos desesperados de su padre, quien poco antes le había lanzado una advertencia que -cree- le salvaría la vida: “Hablar bajo tortura no sirve de nada”. Y un desfile de lugares y personajes que harán que la lectura sea irrefrenable para cualquiera que haya transitado los caminos de la memoria, la verdad y la justicia en la capital provincial. Los detalles de esa primera noche de encierro clandestino; el reencuentro en cautiverio con Horacio Ungaro, su coordinador en la UES, y Nilda Eloy, otra sobreviviente; la despedida ante el inminente «traslado» de Claudia Falcone y Maria Claudia Ciocchini, de cuyas desapariciones se había enterado el día anterior a su propio secuestro; el blanqueo y la vida de presa a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) en la cárcel de Devoto y el día en que le dieron su libertad, la declararon “irrecuperable” y le prohibieron volver a vivir en La Plata, un lugar al que siempre le costó regresar. Y lo que ella misma define es su propia reconstrucción, su declaración judicial, la vida en Mar del Plata, la carrera como matemática, las peleas con los autores del libro, sus primeras apariciones públicas y la catarsis expuesta cuando por fin pudo apropiarse de la historia como otra protagonista.
