El grupo vocal dará dos conciertos a beneficio de la Obra. Será también una oportunidad para homenajear a los dos curas que militaban por la vida. “El que no es idealista es un cadáver viviente”, dice uno. “La gran pulseada: de la vida contra la muerte, la justicia contra la injusticia, la alegría de la dignidad contra la amargura del sometimiento”, responde el otro.
Por Carlos Sahade
Nueve días después de haber cumplido 24 años quedó estremecido con la noticia del asesinato del padre Carlos Mugica. No lo podía creer. Tampoco compartir sus sentimientos con muchos. Carlitos Cajade y dos compañeros del Seminario Mayor de La Plata, cuya Arquidiócesis estaba al cargo de monseñor Antonio Plaza, se escaparon para estar presentes en el velorio del cura acribillado a balazos después de celebrar misa en la iglesia de San Francisco Solano, en 1974.
Mugica era un referente para Cajade. Compartía su mirada sobre la Iglesia y sobre el Peronismo. En el Hogar de calle 643 tenía colgado una foto de Mugica con la frase “Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición”.
También admiraba a Hélder Cámara y se sentía identificado con Enrique Angelelli, los curas palotinos, Jaime De Nevares, Jorge Novak y de todos los sacerdotes perseguidos “por tener una visión de la Iglesia que une lo humano y lo divino”. Años después en La Pulseada: “Pertenezco con orgullo a esa generación que por no renunciar a sus ideales hoy tiene 30.000 desaparecidos”.
Cajade no llegó a conocer la Misa para el Tercer Mundo escrita por el padre Mugica. Lo mismo nos pasó a todos porque fue prohibida, destruida, silenciada. Los cincuenta mil discos que se habían editado fueron eliminados, al igual que sus matrices originales, por las fuerzas represivas pocos meses después del asesinato de su autor. Ni los amigos más cercanos de Mugica sabían de su existencia.
En el texto que acompañaba al disco original, el cura aclaraba que la Misa no estaba destinada al uso litúrgico. Y explicaba qué “entendemos por Tercer Mundo los pobres de hoy, los oprimidos de nuestro tiempo. Es decir, los pueblos pobres y los pobres dentro de los pueblos ricos”. Sólo se salvaron unos pocos LP que habían sido repartidos entre los músicos. No quedaron ni las partituras.
La historia salió a la luz hace sólo cuatro años cuando fue publicada en La Pulseada N°121 de junio de 2014. Allí se contaba que el propio cura iba a los ensayos para asegurarse de que todo estuviera bien. Su preocupación era que la música no interfiriera en la comprensión de la letra y para lograr ese objetivo llegó a introducir modificaciones sobre la marcha. La música la había compuesto Roberto Lar, el mismo que musicalizó La Hora de los Hornos, la película de Pino Solanas y Octavio Getino. Los intérpretes, el Grupo Vocal Argentino y una orquesta de 50 músicos entre los que se encontraban los mejores, entre ellos, Domingo Cura, Kelo Palacios y Oscar Alem.
Más de 40 años después, Oscar Escalada fue quien se hizo cargo del desafío de escuchar el disco, escribir las notas y armar una nueva versión para ser interpretada por Quinto de Cantares. Un trabajo casi antropológico. Contó con la colaboración de Galo García y de Fernando “Penano” Collados, integrantes del Quinto y también del Grupo Vocal Argentino que grabó la Misa hace 45 años.
“No podíamos hacer una Misa igual a la original porque no tenemos ni los músicos ni la infraestructura. Bueno, hagamos la Misa al estilo del Quinto de Cantares”, recuerda Escalada en diálogo con La Pulseada y exhibe el ahora CD con el mensaje irreprochable del cura.
Lo que se buscó fue homenajear al Padre Mugica y evitar la desaparición definitiva de esta obra.
–La Misa es tan actual y al mismo tiempo, tan fuera de época…
–Es una síntesis perfecta. Utiliza un lenguaje que no corresponde a nuestra época porque en este momento no se usa más la palabra “liberación” y toda la terminología vigente en la década del ’70, pero al mismo tiempo son conceptos vigentes en su esencia porque sigue existiendo la opresión, la explotación…
–¿Pensás esta Misa como una foto vieja o como una semilla que puede llegar a crecer?
–Creo que es una foto que sigue vigente y que va tomando otras formas. En 1918 se produjo una gran revolución, la universitaria. 50 años después, el Mayo Francés que hizo tambalear las estructuras. Y hoy, otros 50 años después, se siguen generando movimientos: Ni una menos, la lucha por el aborto legal, por la igualdad de las mujeres… Y hay movimientos en España, en Turquía, en Asia, en América Latina. Y a su vez, Mugica sembró curas villeros por todas partes.
–¿Por qué decidieron cantar la Misa para el Tercer Mundo?
–Que hayan matado a Mugica es una injusticia. Que hayan prohibido esta Misa es una injusticia. Y lo que queremos es rescatar del olvido esa injusticia. También pretendemos rescatar un mensaje que refleja el pensamiento de tantos que dedicaron su vida a luchar por una vida más digna, como Mugica, Cajade, Angelelli, Novak, el obispo (Oscar Arnulfo) Romero y tantísimos otros. Un crítico dijo recientemente que la Misa es como un mensaje puesto en una botella que se descubre después de muchos años de prohibición y ocultamiento.
El 11 de mayo último, al cumplirse 44 años de la muerte de Mugica, Quinto de Cantares interpretó la Misa para el Tercer Mundo en la Villa 31, delante del féretro del padre Carlos. “No hay palabras para describir el grado de emoción que teníamos”.
De Guastavino al Chango
A mediados de la década del ’60 surgió “Los coyuyos”, una formación folclórica que a poco de andar fue dirigida por Carlos Guastavino. Este prestigioso músico le puso un nuevo nombre “Cuarteto colonial de los buenos aires”. Fue algo experimental que duró poco tiempo. Sin embargo, la mayoría de sus integrantes formó en 1969 el grupo vocal Quinto de Cantares. Allí estaban los músicos Pepa Quiroga, Rodolfo Amy, Fernando Collados y Eduardo Rozas, con el actor-director-escritor Edgardo Lusi y el escritor y poeta Horacio Suárez.
En 1970, debido a la intervención del Chango Farías Gómez, los ex integrantes del Grupo Vocal Argentino Galo García y Oscar Escalada se unieron al Quinto para reemplazar a Quiroga y Lusi que se habían desvinculado. Con esa nueva formación, el sello Trova produjo un álbum que, con poemas de Horacio Suárez y de Edgardo Lusi y música compuesta por integrantes del grupo, dejó definido el estilo de folclore urbano inaugurado por Quinto de Cantares. Los arreglos y la dirección estuvieron a cargo de Escalada, mientras que Farías Gómez hizo su aporte en dos canciones.
La Misa para el Tercer Mundo escrita por el padre Mugica estuvo oculta durante 40 años y Cajade no llegó a conocerla. Fue rescatada en 2014 por el Quinto de Cantares
Escalada todavía recuerda cuando el dueño de Trova, les propuso grabar un disco. “Nosotros sólo teníamos cinco temas, pero por esa osadía juvenil le dijimos que sí. Para nosotros era tocar el cielo con las manos porque en ese sello estaban Piazzolla, Les Luthiers, Susana Rinaldi, Vinicius de Moraes…”.
“Quinto de Cantares, un grupo vocal que tiene mucho que decir”, titulaba un diario de nuestra ciudad al anunciar la primera presentación del grupo en La Plata a comienzos de la década del ’70 y en el Almacén San José.
Hicieron giras y presentaciones en televisión, como por ejemplo, en el programa Los mejores de Canal 7 donde desfilaban Víctor Heredia, Astor Piazzolla, Los Andariegos y, entre otros, Mercedes Sosa. Con La Negra estuvieron en el Teatro de la Cova, ocasión en la que dijo: “Estoy encantada de poder cantar y de tener el aprecio del público de Quinto de Cantares”. Oscar Escalada se acuerda de ese momento con emoción y pudor: “Mercedes tenía una generosidad supina”.
El grupo se disolvió en 1972. Volvieron a reunirse 40 años después. Grabaron la Misa para el Tercer Mundo y a fin de año saldrá un nuevo disco: “Canciones para mi vecino”. Después de casi 50 años, el mismo grupo con sus mismos integrantes, regresa a La Plata.
–¿Con qué se van a encontrar quienes no los conocen?
–En primer lugar –nos dice Escalada–, con un grupo de gente grande porque todos pasamos los 70, que busca que la música sea bella, que la poesía sea bella y que tenga un contenido profundo. Profundidad dicho bellamente.
Las banderas de Mugica y de Cajade
No es nada fácil organizar en esta Argentina de hoy la presentación de un grupo musical. Ni siquiera siendo a beneficio de la Obra del padre Cajade. Las salas que antes abrían sus puertas, hoy las cierran. Los comerciantes que hasta no hace mucho ofrecían su aporte, ahora hablan de sus dificultades. Colegios profesionales que alguna vez colaboraron con los espectáculos organizados por esta revista, en esta ocasión sólo pudieron relatar padecimientos económicos que nunca habían tenido en los últimos 40 años. Desde la esfera oficial, respuestas insólitas: “No sé qué pasó pero desde el año pasado no tenemos recursos”.
Sólo en el Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata encontramos el Estado que pretendemos que exista. Colaboración, entusiasmo, puertas y brazos abiertos. “Para Cajade, todo”, dijo Norberto “Colo” Barruti, su director teatral, que comanda un grupo extraordinario.
Barruti quedó tan entusiasmado con este homenaje que inmediatamente se puso a trabajar en una obra de teatro que junte a Cajade con Mugica. “Los veo muy atados a los dos. La causa de los niños y la pobreza es inalienable a los dos. No sé si es así pero lo siento así”.
“Cajade y Mugica”, repetía en voz baja hasta que se hizo convicción: “Para mí, esta Misa es muy afín a Cajade. Creo que Carlitos la escribía todos los días. Cajade no necesitaba ser poeta para escribir esta misa todos los días. Ahí está Cajade. Es como un himno para Cajade. Y yo me quedé con la admiración a Cajade por la demostración, no por la palabra ni por cristiano. Por la demostración”.
–Presentar la Misa para el Tercer Mundo es levantar las banderas de Cajade y de Mugica.
–Totalmente. Es un sentimiento.
El homenaje a Cajade y Mugica
Día: viernes 19 de octubre
Hora: dos funciones, a las 20 y a las 22
Lugar: Taller de Teatro de la UNLP, calle 10 N°1076 entre 54 y 55
Precio de las localidades: 200 pesos
Venta anticipada en el Taller de Teatro UNLP
Tel: (0221) 423-2283
Organizan: revista La Pulseada y el Taller de Teatro de la UNLP
A beneficio de la Obra del padre Cajade