“Las sufragistas”
Dirección: Sarah Gavron
(Gran Bretaña, 2015)
106 minutos
Hechos históricos y otros ficticios se alternan en este filme. El título original (Suffragette) alude a una de las facciones que luchó desde 1910 en Inglaterra por el sufragio femenino. No era la tendencia más moderada sino la más radical, dispuesta a romper vidrieras, volar buzones o colocar explosivos en la casa de veraneo en construcción del primer ministro. Las lideraba Emmeline Pankhurst (Meryl Streep). Pero el guión se centra en Maud (Carey Mulligan), empleada de una lavandería donde debe soportar los daños a la salud que provocan los productos químicos, jornadas extenuantes por una paga miserable, malos tratos y hasta abuso sexual por parte del patrón. Un día ve a Violeta, una compañera de trabajo (Anne-Marie Duff), lanzando piedras en una manifestación y se despierta su curiosidad. Lloyd George convoca a audiencias públicas para introducir una enmienda que habilite a votar a las mujeres. Violeta, quien en principio iba a testimoniar, llega magullada por una paliza de su esposo. Maud terminará sustituyéndola y conmoverá a los parlamentarios con su relato. Pero los políticos volverán a defraudar sus promesas, lo que profundizará la acción de las suffragettes. Casi sin proponérselo, Maud irá involucrándose cada vez más activamente, pagando por ello un altísimo costo. Evidenciando el machismo existente también entre las clases populares, su marido le quitará la tenencia de su pequeño hijo, sufrirá cárcel y será alimentada por la fuerza cuando decida realizar huelga de hambre. La película acierta al mostrar esta lucha, no desde la perspectiva burguesa, sino obrera. Las mujeres proletarias consideran la conquista del voto como la puerta de acceso a muchos otros derechos. Sarah Gavron narra esta épica pelea con pulso firme y recursos nobles.
Carlos Gassmann