Libro
Luca Prodan: libertad divino tesoro
Oscar Jalil
Editorial Planeta
Buenos Aires, 2015
524 páginas
“Luca fue un espejo donde reflejarse y tomar prestado esos gestos que aquí sólo llegaban en fotos o en unos pocos videos”, dice Oscar Jalil hablando de la leyenda de Luca Prodan. Ese italiano que hablaba inglés encontró su lugar en el mundo en la Argentina de principios de los ’80, todavía vapuleada por la dictadura. La investigación le llevó a Jalil cuatro años y le permitió montar un relato coral con cientos de testimonios inéditos. Hablan familiares, amigos, compañeros de Sumo, otros colegas músicos y periodistas. Fue Luca quien introdujo la mística punk londinense en la escena local. Su historia es la de Sumo y la de una etapa oscura y fascinante del rock nacional. Para muchos, Luca era un tornado que pasaba por sus vidas y las revolucionaba. La mayoría lo quiso y lo respetó, otros lo comprendieron menos, pero a nadie le resultó indiferente. Anécdotas memorables echan luz sobre Luca como un ser lúcido y sensible en un cuerpo estragado por la heroína y el alcohol. También como alguien con un gran poder mutante. La palabra clave es autenticidad. Por eso su amigo Timmy McKern dice que “la incorrección de Sumo no era una actitud sino la realidad que vivían”. No había una pose. Este gran libro cuenta cuando sus padres se conocieron en China, sigue al adolescente Luca por un colegio escocés y a su juventud en Londres, hasta llegar a Córdoba. Aquí lo esperaba Timmy para ayudarlo a rescatarse. Quizás su tendencia suicida -que cirrosis mediante acabó atrapándolo en una vieja casa de San Telmo- era consecuencia de su urgencia por vivir, por llenar ese agujero existencial que sólo la heroína y la ginebra colmaban. Tenía esa sensibilidad monstruosa, esa tremenda lucidez, propia de algunos genios del rock que con el arte ofrendan su propia vida.
Ana Laura Esperança