Desde octubre pasado, una ola de ataques neonazis contra minorías sacudió Mar del Plata. La justicia federal detuvo a 6 integrantes de bandas fascistas. Quiénes son y qué relación tienen con el poder municipal local

Por Jacqueline Fernández

“¡Puto de mierda, salí!”, escuchó Javier Moreno que le gritaban desde la vereda de su bar ubicado a pocas cuadras del centro de la ciudad. Eran las seis de la mañana del 14 de febrero y estaba limpiando, mientras afuera, un grupo de neonazis ya conocidos por el titular de la Asociación Marplatense de Derechos a la Igualdad (AMADI), rompían la fachada. Javier se asomó y alcanzó a ver a Gonzalo Paniagua, Nicolás Caputo y Alexander Levchenko, “el Rusito”, un personaje conocido que lo había amenazado de muerte. Esa madrugada empuñaba un arma de fuego y parecía dispuesto a cumplir su promesa.

Desde octubre pasado en Mar del Plata se multiplicaron las pintadas xenófobas y los ataques a ciertas minorías. La lista de delitos crece casi a diario y todo apunta a un grupo de fascistas que patrullan las calles haciendo “limpieza”. Los escraches no son al azar: las paredes de centros culturales, asociaciones de derechos humanos y domicilios de militantes antifascistas han sido el blanco para estos hombres que quieren “defender la patria ante el avance del zurdaje”. En marzo, la justicia federal detuvo a seis jóvenes, todos acusados de formar un asociación ilícita y de infracción a la Ley Antidiscriminación (ver aparte).

En las redes sociales, Moreno contó que su bar ya estaba cerrado y que rompieron los vidrios del frente. Y agregó: “El Rusito estaba con un arma en el medio de la calle, había otro con un cuchillo en la mano y el resto con palos con cemento. Nosotros podíamos ver todo desde el interior por las cámaras de seguridad. Tenemos más de 50 testigos de la agresión”.

El líder de este grupo delictivo, Carlos Pampillón, ultraderechista y figurita repetida en actos violentos en el Concejo Deliberante, es quien asume la disputa a través de Facebook mientras que sus “cabezas rapadas” son los que se ensucian las manos en la calle. Unas horas después del ataque al local él mismo se encargó de dar su versión. “El último hecho que dibujaron de «ataque neonazi», en el bar Nevermind, nada tiene que ver con lo ideológico, sino con patovicas violentos que le pegaron a un pibe, y amigos que lo defendieron. (…) Pampi es cabrón, Pampi es de derecha, Pampi es Nacionalista…, pero Pampi no miente”, justificó desde la web.

El ataque al bar no fue la primera vez que Moreno es blanco de los agresiones: también lo amenazaron en la calle y le pintaron el frente de su casa con simbología nazi. Durante cinco semanas estuvo con custodia policial, pero el peligro está latente, ya que uno de los integrantes de la banda de Pampillón vive a pocos metros. Desde el poder municipal, la cuestión se minimiza: “Para mí es un hecho policial como cualquier otro”, dijo el intendente Carlos Arroyo.

Un frustrado candidato

Pampillón, un hombre regordete que sonríe para la foto de perfil, fue durante mucho tiempo el portavoz del Foro Nacional Patriótico (Fonapa), y en varias ocasiones intentó presentarse a elecciones, pero su candidatura se obstaculizó por su antecedentes violentos. El primero de ellos fue por un ataque que su agrupación realizó en la madrugada del 8 de septiembre de 2011 en el monumento de la Base Naval Mar del Plata, señalado como uno de los centros clandestinos de detención por donde pasaron alrededor de 500 detenidos-desaparecidos. La justicia comprobó entonces que se pintó “aquí se defiende la patria” y sobre los pilares que dicen “Memoria y justicia” agregaron “completa” y “para todos” sin obviar la firma de los atacantes: Fonapa.

El segundo hecho por el que se lo procesó se produjo en febrero de 2014 en el Centro de Residentes Bolivianos. La leyenda firmada por “Fonapa-La Giachino” decía “Fuera Bolivia de Salta. La patria no se negocia. Ojo… Arderá el escarmiento”. Por este hecho el pasado 24 de febrero, el juez federal Santiago Inchausti elevó la causa a juicio oral ya que consideró que hay elementos suficientes como para que un tribunal juzgue al imputado por hechos basados en conductas de corte discriminatorio (ley 23.592).

Lo que más preocupa de Pampillón son sus vinculaciones con el poder local. En diálogo con La Pulseada, Moreno explicó que “tenemos la sospecha de que hay un sector del PRO que tiene una relación sólida con Pampillón”. En tanto, desde la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo, creen que este grupo fantasea con ser la fuerza de choque del PRO en la ciudad. Ese partido no cuenta con sindicatos aliados ni barrabravas, como suele pasar con otros a nivel nacional. La mayor preocupación de los asambleístas es que los hombres de Pampillón ganen legitimación del gobierno de turno.

Una división en el oficialismo

La grieta también está en el PRO y se puede explicar definiendo a los dos locales que hay en la ciudad. El de Belgrano e Yrigoyen pertenece a Emiliano Giri, jefe de campaña de Arroyo y ex titular del Ente Municipal de Turismo, un personaje cuya trayectoria estuvo marcada por defender lo privado ante lo público y que el pasado 8 de marzo fue detenido por orden de la Justicia de La Plata en el marco de una investigación de corrupción en contratos del Astillero Río Santiago. La vinculación con Pampillón está demostrada en varias fotos y en un post de Facebook donde el referente ultraderechista defiende la gestión de Giri, y por supuesto, la del intendente.

El otro sector es el de la juventud, que reconoce al líder de la Fonapa como una relación peligrosa para Arroyo y considera necesario despegarse de él. En 2014, cuando el Concejo Deliberante declaró a Pampillón como persona no grata muchos militantes de este sector asistieron al acto. El objetivo era marcar la cancha y demostrar que no quieren a Pampillón como un nombre que circule ligado al partido.

Luego del ataque al local de Moreno se realizó una conferencia en el Concejo Deliberante, que si bien fue iniciativa del Frente para la Victoria, tuvo presencia de representantes de todas las fuerzas políticas, incluida Agrupación Atlántica, que es parte del oficialismo. También participaron organismos de Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo y los integrantes de la Asamblea por una Sociedad Sin Fascismo.

Allí Moreno destacó que “hubo amenazas en la calle, por Facebook y lo peor es que ésta gente se siente amparada, porque cuando nos amenazaron nos dijeron ‘¿Van a llamar a la policía? si ellos nos bancan a nosotros; (Carlos) Arroyo también nos banca’”.

Aunque no se puede afirmar que los dichos de los fascistas sean ciertos, “estas personas se sienten amparadas por el gobierno actual y por las fuerzas de seguridad”, según Moreno. El agravante es que durante el ataque a Nevermind “fue la primera vez que estas personas llevaron un arma de fuego”.

Raíd de ataques

Semanas antes del ataque al local Nevermind, los neonazis habían escrachado la casa de la militante social Silvina Elías, activa integrante de la Asamblea. Días después amenazaron por Facebook a una reconocida activista gay de la ciudad.

Sin embargo, la lista de hechos que se inició con las pintadas a la Base Naval incluye amenazas y golpizas a militantes, inmigrantes, gays, trabajadoras sexuales y trans. Numerosos hechos violentos no fueron denunciados porque sus víctimas tenían miedo de las represalias. Moreno contó a esta revista que “a una trabajadora sexual de la zona de La Perla le pegaron en la calle y varias veces le dijeron que se fuera del barrio porque ‘dejaba olor a negra’. Una noche le pegaron pero ella no quiso hacer la denuncia. Hoy en día desde la Asamblea desconocen el paradero de esta persona”.

En octubre pasado, durante el Encuentro Nacional de Mujeres, los secuaces de Pampillón realizaron pintadas con simbología nazi a los murales que hicieron las militantes. Algunas de ellas denunciaron golpizas por parte de los cabezas rapadas. Minutos antes de conocida la represión policial los fascistas se mostraron dispuestos a enfrentar a las mujeres para proteger a la Catedral de la ciudad.

Para Laura Etcharren, socióloga experta en seguridad, “el odio nunca terminó sino que se fue alimentado casi en silencio durante los últimos años. Estos grupos tienen su antesala en las tribus urbanas con el agravante actual del tráfico de información, el contexto político social, la inseguridad, la droga, las armas y un estado de insatisfacción y disconformidad frente a todo y todos”.

Etcharren apuntó a La Pulseada que “además tienen un grupo de pertenencia que les otorga un poder que por sí solos no tendrían. El grupo les da osadía en el campo de acción a través de una construcción simbólica basada en sus propias normas. En sus propios códigos, en un capital cultural distorsionado frente al caos que parte desde arriba y se propaga”.

Prisión preventiva por actos discriminatorios con odio racial y asociación ilícita

Alexander Levchenko (“el Rusito”), Giuliano Spagnolo (“el Chileno”), Alan Olea, Nicolás Caputo, Franco Pozas y Gonzalo Paniagua recibieron el 18 de marzo prisión preventiva dictada por el juez federal Santiago Inchausti por infracción a la Ley Antidiscriminación y asociación ilícita agravada por el tipo de organización, además de amenazas, lesiones y daño. También les dictó un embargo de 1 millón de pesos a cada uno. Los arrestaron en una cadena de allanamientos que se iniciaron en el mes de marzo.

En la causa, en la que interviene el fiscal Daniel Adler y dos fiscales designados por la Procuración General a raíz de la gravedad de los hechos, hay otros dos jóvenes imputados, pero en libertad. Uno de ellos tiene menos de 18 años. En la causa, en total, son 10 los procesados.

Ante el avance de la justicia, Pampillón intentó despegarse de Bandera Negra declarando al diario La Capital no avalar la proclama de la agrupación porque le parece “fuera de moda, fuera de tiempo y vetusta”.

¿Son neonazis?

Ser de ultraderecha no quiere decir ser un adorador de Adolf Hitler. La socióloga Laura Etccharren explicó que “llamarlos neonazis es una falta de respeto a lo que fue, terriblemente, el nazismo. Es fascismo. En Argentina hay una tendencia a banalizar las palabras. Diría que son agrupaciones violentas que invocan una figura, un modelo nacionalista para darle a la organización un marco “intelectual» atravesado por un odio que va más allá del color, la religión o el pensamiento diferente”.

 Quién es quién

• Fonapa + La Giachino

Organización ultranacionalista, involucrada en numerosos delitos de odio y actos violentos. El líder es Carlos Gustavo Pampillón. Hay 31 miembros identificados.

• Bandera Negra

El nombre es sátira del movimiento anarquista. El líder es Alan Olea, activo miembro del Fonapa y yerno de Pampillón. Intentan reclutar menores en las puertas de las escuelas y poseen un grupo musical de RAC (movimiento internacional de rock anti comunista) llamado Six Millons More, en alusión al holocausto judío. Hay cuatro sujetos identificados.

• Rosas Rojas

Ala femenina de la organización Bandera Negra. Participa una de las hijas de Pampillón. Escracharon murales del Encuentro de Mujeres con la consigna: “Si te pega no es hombre, si aborta no es una mujer”.

• Frente Skinhead Buenos Aires (Fsba)

Organización neonazi de la ciudad de Buenos Aires cuyo líder es Claudio “Kalaka” D’ Arpino, quien en el 2002 realizó el ingreso a la Policía Federal. En el Fsba Mar del Plata hay 7 personas identificadas.

Infiltrados en la Policía Local

Brenda Olea y Nicolás Acevedo son integrantes de la Policía Local en Mar del Plata y se los vincula a una de las las bandas nacionalistas, la Giachino. Javier Moreno los identificó durante una charla que dio sobre diversidad y ciudadanía. En una entrevista con el Jefe de esa fuerza en Mar del Plata, Fernando Telpuk, manifestó el peligro de que patrullen las calles uniformados y, en parte, legitimados por el poder municipal.

Durante un encuentro de obelos (antifascistas que no forman alianzas) algunos de ellos intentaron robar a un kioskero pegándole cadenazos. Ante un llamado al 911, los primeros en llegar fueron esos oficiales de la Policía Local, según denunció el dirigente. Acevedo está sumariado y Olea sigue prestando funciones, indicaron fuentes del caso a La Pulseada.