Este martes 10 de marzo, referentes de distintos pueblos originarios marchan a la Casa de Gobierno para entregar un petitorio con sus reclamos. Crónica desde el acampe en el microcentro porteño y entrevistas con los referentes Félix Díaz (qom) y Relmu Ñamqu (mapuche).
Por María Soledad Iparraguirre
“Venimos a exigir al Estado argentino que cumpla su función como garante de la aplicación del derecho constitucional de los pueblos indígenas”, expresó en diálogo con La Pulseada el qarashé de la comunidad formoseña La Primavera Félix Díaz, que inició hace tres semanas un acampe en el microcentro porteño. El quijote emplazado en el cruce entre la Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo es su leal custodio.
El cacique suma, con el correr de los días, adhesiones y solidaridades de distintas comunidades originarias, agrupaciones estudiantiles, organizaciones barriales y de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, con la generosa y emotiva presencia de Nora Cortiñas.
Este próximo martes 10 de marzo, referentes de distintas comunidades aborígenes —que continúan llegando al acampe— marcharán a las 9 a la Casa de Gobierno, donde entregarán un petitorio escrito por miembros de las comunidades qom, wichi, pilagá y nivacle. Asimismo, planean llegar hasta la Corte Suprema de Justicia.
“El Poder Ejecutivo, legislativo y judicial son quienes tendrían que velar por la aplicación de los derechos indígenas —continuó Félix Díaz, entrevistado por La Pulseada—. Queremos dejar en claro que esta lucha no es una lucha electoralista sino que se trata de un derecho constitucional que venimos a exigir”.
Con dolor, Díaz reconoce que sus reclamos nunca tuvieron prioridad en la agenda política del gobierno nacional. Menos aún en el gobierno provincial de Gildo Insfrán. En Formosa sufren el despojo de los territorios que les pertenecen ancestralmente y son avasallados a causa de la expansión de la frontera agrícola, que requiere el desmonte y la tala indiscriminada de bosques nativos para el cultivo de soja transgénica. Entre 2004 y 2012 las topadoras arrasaron más de dos millones y medio de hectáreas de bosques nativos.
Los qom, mapuches, wichis y otras comunidades preexistentes a la fundación del Estado nacional, molestan. Estorban. Tanto para el reforzamiento de un modelo agrícola genocida —basado en el monocultivo y la fumigación abusiva de agrotóxicos— como para el negocio inmobiliario, las explotaciones mineras a cielo abierto y el negocio de las petroleras, que dejan rentas millonarias en tierras sureñas. En este sentido, Díaz agradece la solidaridad que reciben de distintos pueblos hermanos.
“No es solamente La Primavera la que reclama; otras comunidades están pasando la misma situación injusta que vivimos. Recibimos mucha solidaridad de diferentes pueblos y los que están presentes en este momento, hermanos de Jujuy, gente de la comunidad indígena de Quilmes, adhesiones de los hermanos de Misiones que están pasándola muy mal, de Chaco, de Santiago del Estero. Ellos están siendo presionados por los gobiernos provinciales para que no adhieran a nuestro reclamo. Lo que dure el acampe no depende de nosotros, depende de la voluntad política del estado nacional. Esperemos que pronto tengamos una respuesta para poder volver a nuestras casas”, comenta cansado el líder indígena.
Ante la llegada de nuevos referentes que van sumándose al acampe se acude a la solidaridad. Necesitan abrigos, colchones, frazadas, alimentos no perecederos, leche para los niños. Otra forma de colaborar con ellos consiste en la recarga a sus celulares para que puedan mantenerse comunicados. El celular de Félix Díaz es el 011 1530195014, de la compañía Personal.
Y lo primordial: necesitan acompañamiento. La palabra y el abrazo. Un mate compartido. El sostén de una sociedad que no debe seguir dándole la espalda al horror. La solidaridad a un pueblo que soporta pacíficamente, desde antaño, miseria, hambre, enfermedades evitables, desalojos, represiones y asesinatos.
La marcha “anti mapuche”
Relmu Ñamqu es referente mapuche. Vive en Neuquén. Recién llegada al acampe qom dialogó con La Pulseada sobre la crítica situación que viven los originarios en el sur patagónico, a raíz de un reagrupamiento de fuerzas de derecha –conducidos por los grandes estancieros y terratenientes y avalados por las mineras y petroleras-, que realizó el pasado jueves una marcha “anti mapuche” por la avenida Arrayanes, la principal vía comercial de Villa La Angostura.
Ñamqu explica que la comunidad mapuche está bordeada de zonas petroleras y padecen la contaminación medio ambiental proveniente de las explotaciones mineras y petrolíferas. La xenófoba marcha fue legitimada por el intendente Roberto Cacalut y concejales del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y el PRO. Principalmente, la acción estuvo dirigida contra el logko mapuche Paicil Antriao tras el inicio de recuperación de territorios que les pertenecen, en febrero pasado.
“Nosotros venimos a apoyar y acompañar a los hermanos qom y a hacer gestiones por una causa que está a punto de prescribir”, comienza a relatar Relmu. El reclamo mapuche lleva más de una década, años en los que la empresa petrolera fue cambiando de identidad: Piooner, Apache, actualmente Yacimientos del Sur, con el común denominador de la contaminación generada, y la mirada cómplice de los sucesivos gobiernos.
Algunos miembros de la comunidad están procesados por resistir a un desalojo el 28 de diciembre de 2012, en el que resultó herida la notificadora de la justicia Verónica Pelayes.
“Ese día ella venía con toda la petrolera detrás, topadoras, camionetas, camiones, nosotros habíamos logrado la paralización de las actividades del yacimiento por dos semanas. Empezó a interpelarnos fuertemente, a pedirnos el título de propiedad y decirnos que ella de acá no se movía. Estábamos de duelo: el día anterior había fallecido un bebé con las típicas malformaciones provocadas por la contaminación. Estábamos reunidos cuando ellos llegaron. Y nuestro pensamiento fue, “hoy no van a entrar”, relata Ñamqu. Se defendieron como pudieron. Con piedras. Las únicas “armas” con las que cuentan. Así fue como se les abrió una causa judicial caratulada como tentativa de homicidio.
“Esto ocurrió a metros de nuestras casas, en territorio mapuche, donde el estado jamás consultó si estamos de acuerdo con el funcionamiento de la empresa petrolera, donde se han violado todos los derechos de las leyes existentes. No queremos que se nos condene injustamente y que como efecto dominó, se tome como precedente para otras causas abiertas al pueblo mapuche y a distintas comunidades originarias” explica Ñamqu.
Por otra parte, insisten en dar la batalla judicial para que no prescriba una causa en la que fueron ferozmente agredidos jóvenes y ancianos, y un kona de catorce años -joven miembro mapuche- recibió un balazo en la pierna.
Las comunidades están alertas ante el nuevo resurgimiento de grupos xenófobos. Fogoneados a través de las redes sociales —particularmente por un sitio en Facebook llamado Mapuches Go Home— terratenientes y comerciantes marcharon en Villa La Angostura portando carteles en los que se leía: “La propiedad privada es lo más importante”, “Respeto a la historia”.
“Esto es muy peligroso, el logko llamó a la reflexión y se da este rebrote xenofóbico. En Neuquén nos costó años construir un discurso de interculturalidad y ellos, que nos han dicho que se van a armar con Whinchester, despiertan una discriminación racial total” sostiene Ñamqu.
1 commentsOn La hora de los pueblos
Me gusta, la nota.- No puedo entender que pasen éstas barbaridades, que personas como vos, y como yo, tengan que «luchar» por sus derechos…
Mi corazón y mi pensamiento, está con ellos, son nuestros hermanos!!!!