Nota principal: Seguimos dando La Pulseada…
Cuando uno de los chicos del Hogar le entregó un volante en Plaza Rocha, antes de iniciarse la movilización, Viviana Panzera se quedó mirándolo a la cara. “¿Vos sos Dani?”, le preguntó. Ella conocía a los hermanos Daniel y Mariano Sasiaín de cuando eran chiquitos. Ahora llegaba a la marcha junto con un grupo de autoconvocados de personas con VIH-SIDA y junto a los dos chicos se emocionaron con el reencuentro. “Estoy muy contenta de ver a Dani, un chico que conocí de muy niño y poder ver que hoy está acá, con los jóvenes, luchando. Yo tengo un sobrino que está en una esquina, perdido por las drogas. Dani, en cambio, se encuentra bien, en la Obra del Padre Cajade. Fue muy fuerte verlos porque en realidad no esperaba que estos nenes estuvieran bien, con la clase de vida que llevaban”, explica Viviana.
“Sufrí cuando los arrancaron del lugar —le dice a Mariano con ojos húmedos—. No fueron felices, pero de ahora en adelante sí. Me alegra un montonazo”.