El bloque que responde al intendente impuso su número para sancionar la ordenanza que multa a varias actividades callejeras a las que recurren los sectores más postergados para subsistir. Empezaría a regir a mediados del año que viene. Con esta nota el texto completo.
Por La Pulseada
Fotos: Gentileza AGLP
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El Concejo Deliberante aprobó por mayoría el denominado Código de Convivencia Ciudadana para La Plata. Después de tres años desde su primera presentación, finalmente el intendente Julio Garro logró hacer pasar por el recinto la propuesta que impone restricciones y duras sanciones para una gran cantidad de actividades que se realizan en el espacio público.
El debate y la aprobación de la ordenanza que tiene 366 artículos organizados en siete títulos se produjo el miércoles 3 de noviembre después del mediodía, durante una jornada lluviosa que tuvo otro escenario en la calle, donde cientos de personas integrantes de distintas organizaciones y colectivos que se oponían a la medida, concentraron para manifestar ese rechazo.
Adentro, en un recinto con barras vacías y fuerte custodia policiales, los concejales de Juntos por el Cambio impusieron el número necesario para su aprobación. Los 13 votos propios más el del aliado del GEN fueron suficientes contra los diez de los los ediles del Frente de Todos.
El nuevo Código de Convivencia de Garro reemplazará, 180 días después de que se promulgue cuando se publique en el Boletín Oficial, al viejo Código Contravencional que estuvo vigente desde 1985. El oficialismo tenía desde el principio de la sesión la mayoría simple para hacer pasar el proyecto que, entre las prohibiciones más polémicas, promueve multas costosas a manteros y vendedores ambulantes, así como a quienes corten calles para protestar u ofrecen servicios callejeros como el de limpiar vidrios o lavar autos, entre otros.
Entre las organizaciones que movilizaron el día de la aprobación aparecen la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), la organización Somos Barrios de Pie o la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
UNA CONVIVENCIA EXCLUYENTE
El Código sostiene la regulación de la protesta social y persigue a trabajadoras sexuales, cartoneros, cuidacoches, limpiavidrios y vendedores ambulantes.
Los excluídos
El nuevo Código de Convivencia prevé multas a trabajadoras sexuales o en situación de prostitución que realicen esa actividad en zonas no autorizada, a manteros y trabajadores ambulantes y restringe el derecho a protesta. Tal como adelantó La Pulseada en «Una convivencia excluyente«, la iniciativa sufrió varias modificaciones por la severidad de las sanciones y las obligaciones que imponía a los ciudadanos.
Sin embargo, el flamante código sigue persiguiendo a los trabajadores de la economía informal que ocupen el espacio público, a quienes impone sanciones económicas elevadas. Por ejemplo, la norma fijó multas de hasta 105 mil pesos para quienes laven autos «de forma onerosa, en la vía pública».
Con el mismo criterio, el nuevo sistema contravencional estableció multas de entre 52.500 y 525 mil pesos para vendedores ambulantes que comercien «cualquier producto». Y establece sanciones de entre 17.500 y 350 mil pesos para las organizaciones sociales que corten la vía pública sin autorización previa del Municipio.
