Nota central > El escenario de una película de terror
Ver además > “Quiero desenmascarar a un monstruo” (Edición impresa, marzo 2019)
Novedades importantes se produjeron desde que en la anterior edición de La Pulseada se publicara el desgarrador testimonio del joven que hoy tiene 28 años y hace 11, siendo adolescente, denunció por abuso al cura Eduardo Lorenzo, párroco de la Iglesia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet y capellán general del Servicio Penitenciario bonaerense.
Después de aquella publicación, el 24 de marzo se realizó una misa en el templo de 502 entre 15 y 16 de Gonnet, presidida por al Arzobispo local, en la que Lorenzo “renovó su compromiso” como párroco del lugar. En el acto, con el arzobispo Víctor Fernández a la cabeza, no hubo referencias al motivo por el cual el prelado continuará en Gonnet ni al aniversario del golpe del ’76. El apoyo de las autoridades de la diócesis ya se había puesto de manifiesto días antes con la visita de respaldo que le hicieron los obispos auxiliares Alberto Bochatey y Nicolás Baisi a Lorenzo.
Casi simultáneamente, los representantes legales de Lorenzo solicitaron su sobreseimiento definitivo, mientras que el abogado Juan Pablo Gallego, contratado por los padrinos de la víctima, pidió por el contrario la reapertura de la causa archivada en 2008.
Lorenzo es objeto de una denuncia penal por vejaciones a este adolescente que integraba el grupo misionero de la iglesia Inmaculada Madre de Dios en 2007. Y la decisión de archivarla fue tomada por la fiscal Ana Medina pese a que otro testigo que declaró que 15 años atrás, siendo menor, también había denunciado abusos del mismo cura.
La propia fiscal explicó que por disponer el archivo y no un sobreseimiento la causa podía ser reabierta: “Los chicos muchas veces no pueden expresar todo lo que les pasó, por eso nos preocupa dejar abierta la posibilitad de una reapertura, porque ocurre que sí pueden hacerlo cuando son adultos”, dijo.
El 25 de marzo, la propia titular de la UFI N° 1 dispuso la reapertura. Ahora se espera que se realicen las diligencias que no se efectuaron en 2007, entre ellas las pericias que corresponden sobre los denunciantes y el acusado, le recolección de nuevas pruebas y la convocatoria a otros testigos.
El poder judicial y la comunidad católica parecen haber reaccionado. En cambio, el Arzobispado sigue protegiéndolo y desde el Servicio Penitenciario provincial señalaron que sólo separarían a Lorenzo de su cargo de capellán si es condenado.