Se llevó a cabo el festival de la Unión de Radios Metaleras en la estación de ferrocarril Darío Santillán y Maximiliano Kosteki con la participación de bandas exponentes del heavy metal emergente. Una crónica
Por Marcos Bentancourt
Fotos Ambar Violeta Ph
El tren se detiene en el andén y los chicos, parejas y familias descienden hacia a la estación alumbrada por el sol. Algunos se van por la salida principal, mientras otros se desvían hacia una abertura entre rejas a la izquierda de las estatuillas de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, los militantes que fueron perseguidos y asesinados por policías en 2002 cuando reclamaban por la desocupación y la precarización laboral de aquel entonces. Al lado de las estatuillas, ubicadas a metros donde mataron a ambos referentes, pasan pibes vestidos con las remeras de Iron Maiden y Metallica, chicas que lucen parches con pentagramas invertidos, hombres con cadenas y camperas de Judas Priest y mujeres que esgrimen la camiseta de Velocidad 22 y Tren Loco. Todos acuden al festival de la Unión de Radios Metaleras (URM) realizado a principios de junio para congregar a integrantes de programas radiales de heavy metal, artesanos, músicos, militantes y seguidores del under. Si Darío Santillán estuviera vivo seguramente habría acudido con la remera de Hermética, ya que es la que solía utilizar en las movilizaciones.
“Este show está pensado para la memoria de las personas que han fallecido asesinadas. Lo más cerca que tenemos es la masacre de estos chicos en San Miguel del Monte. Si no te matan de hambre te matan con las balas”, reflexionó Diego Abrego, vocalista de Exocet, la legendaria banda de la escena under oriundos de Villa Ballester, partido de San Martín, que regresó hace pocos años para ensayar y producir material nuevo. Antes de su despliegue los muchachos de Causa Mortal fueron los primeros en subir al escenario al ritmo de “Alumbrado, Barrido y Demencia” para después acelerar con “Privado de la Libertad”. El siguiente turno fue para Methrasheros, los veteranos del heavy punk, quienes se encargaron de calentar el ambiente de a poco con la intro de su segundo disco, “Todos Unidos”.
Presenciando el evento cerca de la entrada del complejo estaba Carlos “Carcass” Zinser, uno de los organizadores de la fecha que fue detenido dos días después en el marco de una protesta pacífica. Ese lunes a la mañana Carcass, quien también es delegado gremial de ATSA, se encontraba en el Laboratorio Craveri de Villa del Parque reclamando la reincorporación de 47 de sus trabajadores. La Policía de la Ciudad lo demoró en la
comisaría 11B del barrio junto a Gisele Ledesma, delegada del Laboratorio Gador. Sin embargo, luego del apoyo y la solidaridad de sus compañeros ambos fueron liberados a las pocas horas. “Un gran abrazo fraterno a todos los heavys, punks y rockeros que fueron a la comisaría, a la puerta del establecimiento, que llamaron, enviaron audios y mensajes. El heavy metal es lucha, no me queda la menor duda”, expresó Carcass ese lunes a la noche.
El sol terminó de caer, pero el escenario no se oscureció. Los anteúltimos en tocar fueron R.I.P., grupo joven que crea su heavy metal combinando el thrash con el groove, lo cual se puede apreciar con su primer EP de nombre homónimo de 2015, que tocaron temas nuevos. Mentor fue el conjunto que, si bien tuvo varias dificultades, pudo dar cierre a la fecha y concluir con la gran fiesta de heavy metal organizada desde hace siete años por la Unión de Radios Metaleras.