Hoy lunes 25 de abril comienza la segunda huelga de hambre de los qom integrantes de la comunidad La Primavera, Formosa que se encuentran hace casi 5 meses acampando en la 9 de Julio y Av de Mayo.
Por Marcelo Valko
Vinieron a Buenos Aires tal como lo hizo el Malón de la Paz en 1946, con una única intención, no vinieron en calidad de opositores, sino como pueblos originarios que han sido permanente invisibilizados por el Estado Provincial y Nacional. Vinieron a pedir justicia, a solicitar humildemente lo que les corresponde. Hace cinco meses que esperan, y tienen muertos de por medio, padecen usurpación de tierras, quema de documentos y tantísimos desprecios.
Ellos esperan, y aunque tienen una paciencia mineral como la tierra misma, como la tierra misma que avanza y camina tras sus sueños, llega un momento donde la indiferencia de los funcionarios es tanta y tan total que, los hambrientos deciden recurrir a una huelga de hambre, a una huelga silenciosa, a una huelga que no se propone molestar a la ciudad. Ellos, a quien tan poco respetan los poderosos, son más que respetuosos con el resto de los ciudadanos.
Más de una personalidad muy importante me ha dicho que “no le queda claro lo que hacen estos indios”, me han dicho “que no saben operar políticamente”. Los imaginan enemigos, los piensan manipulados por la oposición, los suponen agentes que buscan desprestigiar al gobierno Nacional.
Nada más estúpido ni lejano a la realidad. Pese a una espera que se alarga y se dilata sin que se les conceda una mínima audiencia, los qom siguen confiando en el gobierno. Confían en la justicia.
Vinieron porque Formosa queda muy lejos de Buenos Aires, igual que el Malón de la Paz en 1946, vinieron confiados en que el gobierno les otorgaría las tierras que siempre fueron suyas y que los feudalistas les arrebataron al punto de cobrarles arriendo hasta por los cementerios donde estaban enterrados sus ancestros.
Confiamos que esta huelga sirva como un definitivo llamado de atención a las autoridades y les concedan la audiencia para explicar sus penas que no son invisibles, sino bien concretas.
La justicia tiene que llegar y hacerse presente y cobijar y proteger a todos los ciudadanos de este país tan difícil y que tantos amamos profundamente.
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