“Quien conoce la esperanza. . . la busca bajo todos y entre todos los hombres”. La fachada del histórico Centro de Fomento Honor y Patria –hoy Centro Cultural– (Calle 159 e/11 y 12 de Berisso) está intervenida por un mural que realizaron los vecinos de la zona. Una metáfora de lo que se puede lograr cuando se juntan muchas manos y ganas de hacer, de transformar. Igual que Alborada, también este espacio atravesó una larga historia hasta alcanzar su actual identidad. El Clú abrió sus puertas con espíritu carnavalero
“Cuando arrancó, muchos de los que estaban organizando el club conformaron la murga Silbando Bajito. La murga salió de ellos en un comienzo y nosotros salimos de la murga después. El grupo que desde el 2010 se está haciendo cargo, antes que nada está continuando con el proyecto”, cuenta Ari Santucci, integrante del espacio.
A todo pulmón, con ingenio y trabajo colectivo, el grupo que venía de la murga recuperó el tinglado mientras se iban incorporando actividades al espacio. Hubo peñas, jornadas musicales, ferias, y toda propuesta era bienvenida para poder arreglar el lugar, invitar y contagiar las ganas. “Nuestro objetivo fue salir a la calle. En una época, acá funcionaba un bar donde el único fin era lucrar con los vecinos. Al club no le quedó una buena imagen”. Recuperar el festejo del carnaval fue estratégico para acercarse de nuevo al barrio.
Ahora trabajan en un documental que recorra la historia del barrio. Además, el Centro Cultural presentó su proyecto para el Presupuesto Participativo que contemplaba la refacción de los baños y una nueva instalación eléctrica. Ganó y será financiado.
¿Qué más? Un ropero comunitario, hacer funcionar la biblioteca, incorporar nuevos talleres: todas iniciativas que suman y renuevan las ganas. “Cada año nos va superando más y más la convocatoria y la llegada que vamos teniendo. A los vecinos les copa la idea y los proyectos que tenemos”.