Dicen que lo bueno viene en envase pequeño. Área Chica es un buen ejemplo de eso. Ubicado en Boulevard 83 N° 403 (entre 34 y 119), al lado de la distribuidora de Quilmes, este híbrido entre mini sala de teatro y mini centro cultural, pone un acento de color en el barrio envuelto de murales de Luxor, Ju Justina y Valentino Tettamanti.
Área Chica está administrado por Julieta Ranno y el Pollo Canevaro, una pareja de artistas: ella, baliarina y actriz; él, actor, director y ex socio de La Fabriquera. Cuando se cerró este lugar, con el porcentaje que le correspondía, más un crédito y dos años de esfuerzo, la pareja montó esta pequeña sala de paredes de ladrillos a la vista, que cuenta con parte del piso y una grada que pertenecían a La Fabriquera, y con un camarín/cocina/baño aparte.
El tamaño “te condena y te singulariza”, cuenta Julieta, explicando que por sus respectivas formaciones y experiencias tomaron una decisión estética intimista que derriba ‘la cuarta pared’: “Al actor lo tenés acá”, y se lleva la palma mano cerca de la nariz. Según Ranno lo que particulariza al espacio es su “posibilidad de mutar y vaciarse con mucha facilidad. Puede estar vacío en un recital, con la gente parada, o abrimos las gradas (una estructura símil cajonera que al abrirse van apareciendo uno a uno los escalones), le ponemos las butacas y se convierte en un pequeño teatro para 25 personas. O también se pueden poner colchonetas para un taller y se vuelve más informal.
El nuevo espacio apunta a la vinculación entre las distintas disciplinas y la justa remuneración a los artistas y al equipo de trabajo (unas seis personas) que mantienen el lugar. Con esa idea, Area Chica ya abrió la cancha y salió a jugar.