El Toro Calandra
Símbolo amateur de Estudiantes de La Plata
Rafael Labourdette
Edición del autor
2012
Hasta no hace mucho, la etapa anterior a 1931 —año de la profesionalización del fútbol argentino— parecía apresada en una nebulosa de imprecisiones y desconocimientos. Por suerte, una serie de trabajos de investigación y de reivindicaciones oficiales comenzó a disipar esas turbiedades. El libro de Rafael Labourdette sobre Saúl Calandra y las primeras décadas de Estudiantes de La Plata contribuye a descubrir una época riquísima en hechos y personajes merecedores de ser conocidos en la actualidad. En estas páginas, la trayectoria del Toro Calandra y del club albirrojo se construyen a partir de las múltiples fuentes consultadas. El foco está puesto en aquel centrojás –y también back– que se convirtió en arquetipo del jugador amateur para los simpatizantes pincharratas. Y su trascendencia se va enhebrando con situaciones determinantes: su carrera fugaz –actuó entre 1922 y 1929–; su paso por la Selección argentina –actuó en los Juegos Olímpicos de Amsterdam y hasta escribió un libro sobre esa experiencia–; su participación en el elenco que vio nacer a la poderosa delantera bautizada como Los Profesores; los clásicos frente a Gimnasia y Esgrima; la lesión en los meniscos que lo obligó a abandonar el fútbol a los 25 años; la pasión por los deportes –practicó esgrima, pelota paleta, remo, natación y tenis, entre otras disciplinas–. Al llegar al final de El Toro Calandra. Símbolo amateur de Estudiantes de La Plata, el lector curioso quedará con ganas de seguir indagando sobre ese tiempo en que el capitán del equipo era el responsable de asegurar que sus diez compañeros llegaran a horario y en condiciones para disputar cada partido.
Germán Ferrari