El crimen de Sebastián Nicora sigue impune pero la causa puede dar un salto hacia adelante con la condena por «falso testimonio» al médico forense que omitió que el chico de 16 años tenía un tiro en la cabeza. Las esperanzas de sus familiares y amigos y la mirada de la Comisión por la Memoria.
Pasaron casi nueve años desde la madrugada en la que Sebastián Nicora, un adolescente de 16 años, apareciera muerto a pocos metros del Río de la Plata, en la arena del balneario El Pericón de Punta Indio. La trama de amenazas, ocultamiento y el pacto de silencio de los policías que aparecen como sospechosos del homicidio garantizó una impunidad que ahora podría empezar a resquebrajarse con la condena por “falso testimonio” al ex médico forense José Daraio, quien al realizar la autopsia en aquellos días de 2013 habló de un “golpe con un objeto punzante” y omitió que la causa de la muerte había sido un disparo de arma de fuego que tenía orificio de entrada y salida en la cabeza del joven.
Daraio fue condenado el martes pasado a 1 año y 3 meses de prisión en suspenso por «falso testimonio». La sentencia, dictada este por el juez correccional N°2, Eduardo Ezkenazi, implicará que el médico realice 40 horas de tareas comunitarias, en tanto que deberá “abstenerse de tener trato conflictivo con los familiares del fallecido Sebastián Nicora”. Además, se lo inhabilitó por 2 años y 6 meses para ejercer la profesión.
Pero no prosperó la condena por el delito de «encubrimiento agravado», por el que se había ampliado la acusación durante el juicio, ya que el magistrado no lo consideró acreditado. Esa acusación había sido planteada varios años atrás por Fernanda Nicora, la incansable madre de Sebastián que no paró de luchar hasta su propia muerte, ocurrida en febrero de 2017.
Durante el juicio no prosperó la acusación de «encubrimiento agravado» que plantearon la CPM y la fiscalía de juicio
En aquel entonces Fernanda, ya patrocinada por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), tomaba esa pericia médica irregular, descubierta con una reautopsia realizada 18 meses después del crimen, como el elemento principal de la denuncia penal contra el médico, pero fundamentalmente contra los ocho efectivos que trabajaban en la comisaría de Verónica cuando Sebastián fue asesinado.
“Seguramente Fernanda hubiera querido una condena más dura, porque ella lo vio y los sostuvo desde el primer momento”, dice Carlos Nicora, el tío de Sebastián, a La Pulseada. De todos modos él la ve con otros ojos y cree que la sentencia puede reactivar la otra causa, la del homicidio, que “duerme en la fiscalía de Ana Medina«, dice.
El hombre presenció las dos jornadas que demandó el juicio contra Daraio y vio pasar por el recinto, en calidad de testigos, a varios de los policías que se sospecha participaron u ocultaron lo que ocurrió con Sebastián. “Yo digo que estoy conforme porque al menos sirve para confirmar en el pueblo que los que planteaba mi hermana y lo que sostenemos nosotros no es una fantasía”, explica.
Su mirada coincide con la de Vanesa Carbajal, integrante del grupo de familiares, amigos y amigas de Fernanda Nicora que tomaron su bandera para continua la lucha por verdad y justicia. Asegura que, aunque pueda ser considerada leve, la condena a Daraio “es el segundo logro importante” en los ocho años de impunidad. El primero fue cuando la insistencia de la madre del joven logró que se hiciera una nueva autopsia con la que se comprobó que la muerte había sido por un balazo.
«La condena a Daraio es el segundo logro importante. El primero fue cuando Fernanda logró una nueva autopsia» (Vanesa Carbajal)
“No quedaron dudas de que hubo falso testimonio, que no fue inoperancia, sino que teniendo una enorme cantidad de datos como que se había encontrado un casquillo o testigos que escucharon un disparo, no se le ocurrió hacer una placa al cuerpo de Sebastián. Entendemos que claramente hubo una intención de ocultar y desviar la investigación”, analiza. Y destaca incluso que en la sentencia queda claro el testimonio de los peritos que dicen que con solo dar vuelta su cabeza se hubiese visto el orificio de salida.
El impacto del fallo derramará en Punta Indio y en Verónica, la cabecera del distrito, donde no siempre la familia de Sebastián encontró apoyo. “Daraio está condenado e inhabilitados por dos años y seis meses. Para quienes hemos puesto el cuerpo y la cara es muy importante”, dice Vanesa y habla de la necesidad de “poder darnos este espacio para festejar este pequeño logro, porque es la punta del ovillo para ir desatando y reactivando la causa principal que es la de homicidio”.
Ese expediente está paralizado desde hace al menos dos años y Carlos, el hermano de Fernanda, cree que en algún momento la fiscal también deberá saldar cuentas por su trabajo. “Según mi forma de ver habría que hacerle juicio político porque nos enteramos que un montón de otras causas actuó igual. No puede ser que siempre termine dejando impunes a los policías”.
El juicio
Durante el juicio, al que Daraio llegó con la calificación de “falso testimonio”, la CPM que representaba a la familia como particular damnificado y la fiscalía, coincidieron en que hubo ocultamiento por parte del médico policial y en que actuó con dolo, tergiversando y omitiendo datos valiosos para la investigación y provocando el paso del tiempo, con el objeto de beneficiar a los autores materiales del crimen. Por esta razón solicitaron ampliar la acusación con el delito de «encubrimiento agravado», dado el «vasto caudal probatorio obrante en la causa».
No obstante, el juez Ezkenazi desestimó incorporar ese delito por considerar que no quedaba acreditado que la acción desplegada por el profesional hubiera estado guiada con la finalidad de alterar la prueba. En un comunicado la CPM habla de todos modos de “un fallo muy contundente que da cuenta de la responsabilidad del profesional”.
“Ha quedado acreditado que Daraio, al confeccionar su informe de autopsia en la forma ya acreditada, violó sus deberes de cuidado en tan grave magnitud que necesariamente debieron conducir al perito a plantearse la posibilidad de que lo plasmado en el informe adoleciera de veracidad. No obstante ello presentó su informe, el cual fue posteriormente descalificado por evidencias científicas posteriores que demostraron que las mismas habían estado al alcance del médico autopsiante y que solo por su desinterés, indiferencia, falta de seriedad y de profesionalismo, no habían sido observadas”, se lee en la sentencia.
En otro tramo de la sentencia el juez agrega: “Entiendo que con la prueba anteriormente tratada se encuentra acreditado que Daraio, en su carácter de profesional de la medicina y auxiliar de la justicia con conocimientos especiales, se representó la posibilidad que el informe de autopsia que acompañara a la investigación judicial no fuera veraz, aceptando esa posibilidad, o bien permaneciendo indiferente frente a ella”.
«Daraio (…) se representó la posibilidad de que su informe no fuera veraz, aceptando esa posibilidad, o bien permaneciendo indiferente frente a ella” (Del fallo condenatorio)
Entre varios ejemplos, el fallo menciona lo dictaminado por las peritas de la Suprema Corte, Maria Noms y Nora Sotelo quienes informan que en el cráneo de Sebastián fueron hallados, a simple vista, dos orificios y que los mismos se relacionaban con el paso de un proyectil de arma de fuego, circunstancia muy clara que el médico omitió informar.
La sentencia concluye: “A mi criterio resulta inverosímil pensar que Daraio hubiera realizado la autopsia del cadáver de Sebastián desconociendo las circunstancias precedentemente referidas en relación a la vaina (encontrada en el lugar del hecho) y al disparo escuchado, teniendo en cuenta su presencia en su carácter de médico forense en la escena del hecho, en dos oportunidades, antes que el cuerpo fuera trasladado a otro lugar”.
Pese a todas esas consideraciones el juez no evaluó que la conducta del profesional encuadrara el delito de “encubrimiento agravado” que reclamara desde el inicio de la investigación Fernanda Nicora y por el que Margarita Jarque y Pedro Auzmendi, del programa de Litigio Estratégico de la CPM, insistiera durante el juicio.
El Pericón
La temporada estival está por comenzar en Punta Indio y como todos los años El Pericón será el epicentro. Cerca del río hay un mástil donde todos los 14 de febrero (las pericias ubican la data de la muerte en las últimas horas de ese día aunque su cuerpo fue hallado en la madrugada del 15) los amigos, amigas y familiares de Fernanda y Sebastián se concentran para evitar que avance el olvido y se cristalice la impunidad.
Después de ocho años, y ya sin Fernanda al frente de la lucha, tienen noticias para transmitir y motivos para esperanzarse en que finalmente el muro de silencio empiece a derrumbarse para que asome algo de justicia.