En la Casa de la Mujer de las villas 21 y 31 se realizan juegos y capacitación. El segundo de estos espacios se fundó después de la represión de la Prefectura.
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El 3 de marzo La Poderosa fundó su primera Casa de la Mujer en la Villa 31. Allí se brindan talleres de capacitación en distintos oficios como crochet, costura, marroquinería, manicura. “Sufrimos varias violencias, entonces con las vecinas comenzamos a juntarnos y vimos que el trabajo es fundamental. Creemos que la capacitación y la economía independiente de cada compañera la determina y es fundamental para decidir cosas. A veces no tener su propia economía no les permite irse de su casa en caso de ser sometida a esa violencia”, explica Joana Ybarrola, de 28 años, coordinadora. También hay un espacio para el juego y la recreación: “Era uno de los aspectos fundamentales. Nos dimos cuenta que no teníamos un espacio para jugar al truco o al fulbito, tenemos compañeras que éste es el único espacio que tienen para recrearse. Tenemos una cartelera donde cada una pone las actividades que quiere hacer, lo que se le dé la gana”.
“Cuando supe que venía a Brasil, tuve temor porque sé que Brasil está militarizado y también por la represión que hubo el 13 de diciembre en Buenos Aires. Pero claramente sabíamos a qué veníamos y en la Casa de la Mujer nos organizamos, era un manijeo constante”, cuenta Joana. Y completa: “Y cuando llegué a Porto Alegre me dije: somos nosotros, los que menos tenemos, lo que nunca salimos del país, los que no llegamos hasta fin de mes, los excluidos. Estamos acá y es ahora: el que nos quiera ver que nos vea y el que no, nos va a tener que ver igual. Nosotros ponemos en agenda nuestras gargantas, decimos lo que queremos decir, son nuestros barrios, que la gente se entere la opresión que sufrimos”.
De la bronca surge, también, la acción. En mayo de este año, la Prefectura realizó un operativo ilegal en la villa 21-24 ingresando a una casa donde detuvo a una vecina, madre de un adolescente hostigado por los prefectos, cometió abusos sobre Jésica Azcurraire, la tía del muchacho, y detuvo a otros dos vecinos, uno de ellos, el fotógrafo de La Garganta Poderosa, Roque Azcurraire. La Poderosa denunció lo sucedido y, días después, la ministra de seguridad Patricia Bullrich convocó a una conferencia de prensa para “desenmascarar la mentira de La Garganta Poderosa sobre la acusación a la Prefectura por los hechos en la villa 21-24”.
Una semana después de esos hechos, Jésica fundó junto con sus vecinas la segunda Casa de la Mujer de La Poderosa, esta vez en la villa 21: “Llevamos como bandera la lucha de todas las mujeres de los barrios empobrecidos. Somos las voces de nuestras luchas en las barriadas. Y nunca más vamos a permitir que hablen por nosotras. Vamos a contar nosotras, con nuestras propias gargantas, qué es el feminismo villero”.