Rimbaud en la CGT
Julián Axat
Editorial Libros de la talita dorada
Buenos Aires, 2014
84 páginas
Julián Axat, abogado, director del programa de acceso comunitario a la justicia (ATAJO), miembro de HIJOS y -¿además o por sobre todo?- poeta, ya ha publicado en solitario siete libros. Cuando todavía no imperaban entre nosotros las cuentas del ajuste produjo -dice- su ajuste de cuentas con algunos personajes políticos e instituciones. Lo justificó diciendo que la Poesía/habla/todo el tiempo/del Estado. No faltan entonces los intentos de hacerle justicia poética -ya que no justicia a secas- a cierto ex gobernador, la CGT o cierto ex juez de la Corte. En Man-Berg (todo el aire/se desvanece/en lo sólido), invierte el título de un célebre libro que tomó su nombre de una frase de Marx. El autor del Manifiesto se sorprendía por el modo vertiginoso en el que la ascendente burguesía demolía el viejo orden. El retruécano se resignifica hoy como una clave de interpretación de la coyuntura: cambios que supuestamente habían llegado para quedarse se esfumaron en cuestión de meses. Pero puestos a elegir, nosotros nos quedamos con el antídoto contra las camarillas que es La poesía es una banda mafiosa (X va al taller de Y/X gana el gran concurso de poesía/en el que Y es jurado), la valentía de la interpelación que encierra Hamlet hubieras (¿Y vos qué hubieras hecho padre de no haber desaparecido?) y la autodefensa ejercida en Neomaiakovski (El partido me parte/el movimiento me multiplica/no llevo credenciales conmigo/tampoco cotillón ni banderías/no los tengo ni los creo necesarios/me han llamado traidor varias veces/desviado des-encuadre/inorgánico/por eso me han hecho prontuario/Y ellos van pasando/y yo sigo/mis fierros ciertos versos/y una sonrisa en los labios).
Carlos Gassmann