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Desobediencia
(Gran Bretaña-Irlanda-EE.UU, 2017)
Dirección: Sebastián Lelio
114 minutos
Disponible en Netflix
Después de Una mujer fantástica (2017), primer largo chileno premiado con un Oscar, cabía esperar mucho de Sebastián Lelio, nacido en Mendoza pero establecido en el país trasandino desde pequeño. Esas expectativas se ven confirmadas por Desobediencia, su debut filmando en inglés. Lelio y Rebecca Lenkiewicz se encargaron del guion, basado en una novela de Naomi Alderman. La fotógrafa Ronit (Rachel Weisz) vuela con urgencia a Londres. Vuelve después de mucho tiempo para despedir a su padre, un destacado rabino que acaba de morir. No parece ser bien recibida. Se reencuentra con dos amigos: Dovid (Alessandro Nivola), a quien el líder espiritual fallecido consideraba su discípulo y heredero, y Esti (Rachel McAdams), quienes -para sorpresa de Ronit- son ahora marido y mujer. Hay un triángulo amoroso atípico que sigue pendiente de resolución. Y todo en un marco muy rígido y riguroso: el de las comunidades judías ortodoxas. Algo ya conocido por los espectadores por medio de otras series vistas por Netflix como Poco ortodoxa o Shtisel. Pero que es abordado aquí de una manera menos esquemática. El resultado es un drama muy intenso con actuaciones excelentes de los tres principales intérpretes, sobre todo de McAdams. El acierto del filme es que -parafraseando a Sartre– no se centra en lo que el grupo social hace de cada cual sino en lo que cada uno hace con aquello que la comunidad ha pretendido hacer de cada quien.