En carne propia: los últimos días de Stéfano Cucchi
Dirección: Alessio Cremonini (Italia, 2018)
100 minutos
Disponible en Netflix
En 2009 Stefano Cucchi, de 31 años, fue detenido con una pequeña cantidad de droga en su poder. Lo trasladaron a la cárcel y allí fue brutalmente golpeado por los carabineros. Trasladado al hospital, se constató una fractura de mandíbula, vértebras rotas y una hemorragia interna provocada por las lesiones en el abdomen y el tórax. Como sabía que denunciar a los policías sólo podía ocasionarle mayores represalias, dijo haberse caído de una escalera. Murió seis días después. Pese a la ola de indignación que desató la difusión del caso, los agentes y los médicos involucrados fueron absueltos por la justicia. La lucha de la familia, en especial de la hermana, Ilaria, logró la reapertura de la causa seis años después. Alessio Cremonini decidió contar esta historia desgraciadamente verídica con un estilo hiperrealista, casi documental. Esa eficaz puesta, ascética y despojada, no ahorra la crudeza que el episodio requiere pero al mismo tiempo evita los golpes bajos.
Aunque el mal de muchos sea un consuelo de tontos, hay que concluir que en el primer mundo la violencia institucional también está a la orden del día. Stefano fue la víctima número 149 de las 190 personas que murieron sólo durante ese año en las prisiones del país. El filme convocó a miles de personas en exhibiciones gratuitas realizadas en diversas instituciones civiles y universidades. Contribuyó a generar numerosas movilizaciones contra los atropellos y la impunidad de las fuerzas de seguridad. Un durísimo pero imprescindible testimonio con una extraordinaria actuación protagónica de Alessandro Borghi.
Carlos Gassmann