CINE
La balada de Buster Scruggs
Dirección: Joel y Ethan Coen
(Estados Unidos, 2018)
132 minutos
Disponible en Netflix
A fin de 2018, siguiendo con su política de producir obras de realizadores prestigiosos, Netflix dio a conocer La balada de Buster Scruggs, de los hermanos Coen. Iban a filmar una serie en seis capítulos que acabó siendo una película dividida en episodios. No todos alcanzan igual brillo. Pero sí es evidente que, a medida que se suceden, los climas distendidos van dejando paso a atmósferas cada vez más trágicas. El western se combina hábilmente con otros géneros, como el épico, la comedia negra y hasta el musical. Hay dosis recargadas del cinismo, desesperanza y humor negro habituales en Joel y Ethan. Vemos primero a un jugador profesional de naipes capaz de desenfundar muy rápido la pistola. Luego a un ladrón de bancos sin demasiada suerte. Más tarde a quien ofrece un espectáculo ambulante junto a su hijo y se revela atrozmente cruel ante el fracaso. A continuación a un solitario buscador de oro que comprueba que el hallazgo del filón llega de la mano de los problemas. En la historia más extensa y lograda, una joven se une a una caravana con el deseo de encontrar en Montana un marido y una nueva vida. Al final, cinco personajes se pintan a sí mismos mientras dialogan en el interior de una diligencia. Enhebra a estas anécdotas dispares la idea de que, en una época tan brutal, los sueños estaban condenados a desmoronarse. Fatalidad y muerte abonan una visión nihilista de la existencia. Hay ingenio narrativo, esplendor visual y actuaciones notables. Lástima que los Coen, como a veces Tarantino, pongan su virtuosismo al servicio de lo que casi nunca sobrepasa al mero juego burlón. Igualmente es un filme que se disfruta.
Carlos Gassmann