Nota principal: La causa por la muerte de Carlos Ponce de León en la dictadura
Mientras el procesamiento por falso testimonio contra Víctor Martínez sigue firme, el que se le aplicó en su momento a monseñor Justo Oscar Laguna fue dejado sin efecto.
Sobre su rol en la causa, el fiscal Murray revela que “declaró como testigo y debido a sus reticencias y mendacidades fue requerido se le imputara el delito de falso testimonio”. El juez Villafuerte Ruzo lo sobreseyó inmediatamente después de su declaración indagatoria y la fiscalía apeló. La Cámara Federal de Apelaciones de Rosario revocó íntegramente la resolución del juez y sugirió que se realizara una ampliación de su declaración indagatoria. Tras ese nuevo requerimiento, “la fiscalía dictó el auto de procesamiento correspondiente, pero el doctor Villafuerte Ruzo dictó falta de mérito, que también está apelado ante la Cámara desde el año pasado pero todavía no se expidió”.
Murray está convencido de que “si monseñor Justo Oscar Laguna hubiese tenido mayor predisposición para declarar qué fue lo que ocurrió” tras la muerte de Ponce de León, “hoy tendríamos un panorama más claro”. El fiscal hubiese querido, por ejemplo, que Laguna dijera “qué pasó con toda la correspondencia epistolar de Ponce de León, que desapareció del obispado, sin que se sepan los motivos. Qué pasó con los archivos que llevaba y las carpetas sobre denuncias de personas desaparecidas o cuáles fueron los motivos por los cuales el obispado local no realizó ningún reclamo judicial a la firma Agropolo S.A. por los daños ocasionados al vehículo” que era propiedad de la Diócesis.
“Monseñor Laguna prefirió decir que él recién había sido designado administrador apostólico del Obispado de San Nicolás en el mes de julio de 1978, un año después de la muerte de Ponce de León”. Sin embargo, afirma el fiscal, está documentado que a los pocos días de su fallecimiento “y hasta fines del año 1977”, Laguna tuvo a cargo el obispado.
