La caza de aves silvestres con municiones de plomo está poniendo en peligro los humedales y la salud de todos. Un perdigón de plomo dura 300 años en el ambiente y puede contaminar hasta 12 mil litros de agua. El documental “Custodios del Territorio” devela el problema y muestra soluciones, con la educación en primer plano.
“Los chicos encontraban bolsas con patos. Empezás a ver que no es sólo la caza deportiva, sino que es una caza indiscriminada que no respeta nada”, contó la docente Andrea Caselli.
Por Carlos Sahade
Fotos Carlos Sahade y Fabián Canuti
“Hemos visto un espectáculo brillante, pero fundamentalmente una enseñanza para la eternidad: este puede ser el comienzo de una revolución que termine con la destrucción y con la muerte”. José Tito Narosky , escritor y ornitólogo (La Pulseada 144), puso en palabras los aplausos de todos y las lágrimas de muchos. En la Escuela N° 1 de Guaminí se acababa de presentar, después de años de trabajo y de horas y horas de filmación, el documental “Custodios del Territorio”, realizado por la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), en coproducción con CONICET Documental, Mil Aves y Arrabal Cine Vivo.
“Hemos quedado conmovidos por lo que se logró con un esfuerzo casi personal”, agregó en referencia a Andrea Caselli , el alma mater del proyecto desde su función de docente e investigadora y coordinadora de la Diplomatura en Educación para la Conservación del Territorio y del Programa Custodios del Territorio.
“Todos somos custodios”, aseguran varios. Pero qué es lo que hay que custodiar. Eso es lo que devela este documental.
Para qué sirven los humedales
El pueblo, y me incluyo, elige sus representantes entre los que le prometen estar mejor económicamente. Nadie dice que va a cuidar los humedales. ¿Para qué sirve eso? ¿Qué son los humedales? La mayoría lo desconoce y no le interesa”, desafía José Narosky.
Una laguna luminosa y la música del Chango Spasiuk … Aves borrosas que sobrevuelan y se van poniendo en foco. Comienza el documental y sus primeras definiciones:
Los humedales son ambientes donde el agua modela los procesos ecológicos, al inundar permanente o temporariamente el sistema. Son claves para la provisión de agua. Regulan inundaciones y sequías. Filtran el agua de contaminantes. Estabilizan microclimas. Conservan la biodiversidad. Contribuyen al ciclado de nutrientes. Reducen la erosión y regulan la salinidad. Constituyen vías de transporte. Son destinos para el turismo. Son vitales para todas las especies”.
Custodios del Territorio es un programa dirigido a la conservación de humedales afectados por la matanza de patos silvestres con municiones de plomo debido al turismo cinegético, que es el turismo que contratan los cazadores.
Es imposible establecer con certeza la magnitud del problema, pero hay alarma por la cantidad de toneladas de plomo que anualmente reciben arrozales y bañados.
Son muy pocos los perdigones que impactan contra el animal; quizá ocho de los más de 300 que pueden ir en un cartucho”, explica Rafael Mateo Soria, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos. El resto queda en el ambiente en “densidades muy altas”. Además, “las aves se intoxican porque confunden los perdigones de plomo con alimentos o semillas y las ingieren”, agrega.
Se usa siempre la frase ‘el canario en la mina de carbón’. Se llevaba un canario y si se moría era porque había un escape de monóxido de carbono. Es como el centinela que da el alerta. En este caso usamos los patos como centinelas de un problema ambiental mayor: si los patos están expuestos al plomo, todos estamos expuestos”, grafica en el documental Marcela Uhart, veterinaria de la UNICEN.
En Argentina, ocho provincias permiten la caza de aves acuáticas y, pese a que se desconoce fehacientemente el estado poblacional, fijan un cupo. Este año en Buenos Aires se permite matar hasta siete patos por día por cazador, mientras que en Santa Fe ese límite es de doce.
La imposibilidad de controlar extensiones tan grandes, permite deducir que la realidad dista mucho de las disposiciones oficiales que intentan limitar las cacerías.
El turismo cinegético crece constantemente. Aunque no hay cifras oficiales, organizaciones ambientalistas estiman que por año llegan más de 20 mil turistas-cazadores. Prueba de ello es el número de cotos de caza, mayor y menor, habilitados por el Registro Nacional de Armas (RENAR) que ha aumentado un 450 por ciento en 9 años: 123 establecimientos actuales contra 22 que había en 2008.
Sólo con entrar en Facebook se puede advertir la existencia de grupos denominados “Locos por la caza de patos”, integrados por 6.000 personas, mientras que otro, “Patos al límite –Santa Fe– Argentina”, tiene casi 11.500 miembros.
El turismo cinegético es de tal magnitud que Gerardo Rodríguez , productor de La Brava, provincia de Santa Fe, asegura que “hay establecimientos que prácticamente han dejado de lado la ganadería para incorporar la caza como parte del negocio”.
Los efectos del plomo
Guías de caza que brindan su testimonio en el documental informan que, ya muertas, las aves “se limpian y reparten entre la gente del pueblo”. Agregan que “se entregan mucho a comedores y colegios”, “que están siempre agradecidos de recibir carne gratis. Y al mismo tiempo a mí personalmente me libera mucho del cargo de conciencia que por ahí nos viene”.
Agustín, alumno de la escuela secundaria Los Jacintos de Santa Fe, certifica que los patos que reciben “los hacemos en guiso o en alguna comida… Y cuando vos comés las patitas, la pechuga o algo de eso, están las municiones”.
Soria, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, añade que en su trayectoria, la munición “va dejando pequeños fragmentos, pequeñas trazas de plomo a lo largo de la carne y también la van contaminando”. Y advierte que el proceso de cocción puede hacer que el metal se haga “más biodisponible”.
La búsqueda de soluciones
En diálogo con La Pulseada, Andrea Caselli asegura que el problema generado por las municiones de plomo existe en todo el mundo y que hay 30 países que están legislando en forma parcial o total.
–¿Cuál es la solución?
–Sustituir el plomo por sustancias no tóxicas y a su vez controlar qué especies, dónde y cuánto se puede cazar.
–¿Es difícil lograrlo?
–Sí, muy difícil, súper difícil. Creo que la sustitución del plomo por municiones no contaminantes es algo relativamente sencillo frente a lo que significa el control y el autocontrol de los cazadores.
–¿Qué ocurre en otros países?
–Dinamarca prohibió el plomo en todas sus formas y tiene una cultura de consumir la carne que se caza usando acero. En otros países se empieza a consensuar que el plomo es un problema pero después aparecen detractores y se retrocede. No todo es lineal ni perfecto.
–¿En Argentina existen avances?
–No sé si la palabra es “avances”. Lo que sí hay son reacciones. Después de ver los hallazgos científicos sobre el problema del plomo, Santa Fe empezó a elaborar las primeras normativas para ir hacia la sustitución gradual del plomo. El problema es que si esa normativa no va acompañada de una acción paralela y semejante para que haya disponibilidad en el mercado de las municiones no tóxicas, podrá estar la normativa pero sigue siendo un problema porque la gente no tiene dónde adquirirla. En su momento, el OPDS en la provincia de Buenos Aires tuvo una intención de empezar a tomar el tema del plomo y los problemas asociados, pero siempre estamos sometidos a los vaivenes que hacen que las cosas lleven mucho tiempo cuando hay cambio de autoridades, cuando hay que reciclar el tema y volver a empoderarlo. En La Pampa , después de 2012, estuvimos haciendo algún taller con la Dirección Provincial de Fauna, el INTA y la Universidad, pero como esa provincia tienen orientadas las actividades cinegéticas a la caza mayor, directamente prohibieron la caza de patos. Les resultó más fácil prohibir la caza de patos que prohibir el plomo.
La gallina de los huevos de oro
El documental reúne todas las voces. También la de los cazadores, los que operan con el turismo cinegético y hasta con los fabricantes de municiones.
Alejandro Saint Antonin , secretario de la Cámara Argentina de Turismo Cinegético y Conservacionista, admite que “hay como una mala imagen del cazador porque es el que directamente caza un animal. Por otro lado es muy fácil para la prensa sensibilizar en contra de los cazadores porque es una acción muy simple y directa y no es compleja de explicar”.
La Cámara también lleva el término “conservacionista” en su denominación. “Como yo lucro con esto, es mi trabajo, es mi vida, si yo mato la gallina de los huevos de oro me quedo sin trabajo, entonces somos los más interesados y los que más valor le damos a los recursos naturales”, explica el empresario Vicente Sánchez .
En tanto, una persona que trabaja como guía de cazadores piensa que el problema se puede solucionar con el uso de munición de acero inoxidable y con más controles, aunque es escéptico sobre esto último “básicamente por nuestra idiosincrasia”.
Los fabricantes de municiones también se muestran interesados porque “no podemos nadar contra la corriente”, según asegura Inri Barovero, que espera contar pronto con ensayos hechos con cartuchos de acero que todavía no se fabrican en Argentina.
Se mira y no se toca
Unos 30.000 turistas llegan por año a nuestro país para conocer la enorme diversidad de especies de aves y paisajes. Es que “la observación de aves ha ido ganando cada vez más adeptos y perdiendo adeptos la caza deportiva”, asegura Ricardo Clark , guía de avistaje de aves. “Ojalá hubiera una salida laboral en la que uno pudiera decir: bueno, dejo de matar y empiezo a mostrar. Sería genial”, se entusiasma un guía de caza que inmediatamente señala que en eso “también dependemos del cliente”.
La mirada en el horizonte
Según el pedagogo Paulo Freire , “la educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”. En el documental, la veterinaria Kirsten Gilardi de la University of California, enfatiza que “cuando los chicos aprenden y son inspirados, no sólo influyen sobre sus compañeros y sus familias sino que llevan esa ética y esa visión para toda su vida”.
Joaquín , un alumno santafesino, asegura que “se pierden muchas aves y si sigue pasando esto, quizá dentro de 15 años no veamos ni un pato” y teme que “nuestros hijos no conozcan los patos, un pato sirirí…”.
Y desde Tandil, Eloy –otro estudiante- nos habla de la importancia de ser Custodio del Territorio: “Para mí tiene un valor enorme participar, poder salir un poco del colegio, interactuar con lo que hay alrededor y dejar de ver a la naturaleza como la parte de una planta o de un animal y empezar a conocer lo que tenemos que es enorme, re valioso y empezar también a actuar como ciudadano”.
Uno de los guías de caza que aparece en el documental asegura que por ahora sus hijos ven su actividad laboral “como algo natural”, pero no sabe “qué pasará a futuro; puede llegar a ser un problema”.
Por su lado, Jonna Mazet, de One Health Institute UC Davis, dice que en los Estados Unidos el problema es similar respecto del plomo, pero elogia la búsqueda participativa de soluciones que está en marcha en Argentina porque “es la única manera de que estas cuestiones se vuelven sostenibles”. Concluye que “a la gente no le gusta que le digan lo que tiene que hacer, a mí no me gusta que me digan qué tengo que hacer. Quiero hacerlo porque es lo correcto, edúcame cuando soy un niño y déjame ser un custodio así me dura el resto de mi vida”.
Ahora todos escuchan
Desde hace casi 30 años, Mónica Parvellotti , docente de Ciencias Naturales, vive en La Brava, un pueblito rural de Santa Fe que tiene 600 habitantes. Siempre le llamaron la atención los disparos que escuchaba entre abril y junio. En 2011 fue peor. Estaban izando la bandera con los disparos como música de fondo. Pensó que algo tenía que decir porque “uno le enseña a los chicos que hay que cuidar, pero son palabras, bla, bla, bla… ¿Y yo como adulto qué? Los chicos contaban: ‘Señora, encontramos una bolsa llena de patos’… Ahí empezás a ver que no es sólo la caza deportiva, que uno puede estar de acuerdo o no, sino que es una caza indiscriminada que no respeta nada. Un día escribí una carta y la mandé con fotos a una ONG de Santa Fe ( Santa Fe Activa ). La publicaron”.
Con una mezcla de timidez y orgullo, Mónica relata lo sucedido después de la “descarga” que le significó la carta. Los llamados, las entrevistas y el acercamiento de Andrea Caselli que “empezó a visitar la escuela y a orientarnos acerca de cómo observar la naturaleza, cómo trabajar con los chicos en la escuela… A nivel educativo tuvimos unos cambios bárbaros. Es que tiene que ser así: se tiene que mejorar y se tiene que ir dándole prioridad a esto para tener una mejor calidad de vida”.
En diálogo con La Pulseada, la docente confesó que “muchas veces la tranquilidad de La Brava me producía como tristeza por la idiosincrasia del lugar: es gente muy tranquila, pero no muy tranquila de calma, muy tranquila de no cuestionarse cosas… Esa clase de tranquilidad. A partir de esto, de lo que se generó, había papás que me mandaban mensajes sobre lugares en donde estaban cazando o lugares en donde habían tirado bolsas con patos. Es decir, ellos no se animaban a hacer una denuncia pero se notaba que les interesaba, que no estaban cómodos con el problema. Y los papás ahora llegan a la escuela y comentan el entusiasmo de los chicos con las salidas y lo que aprenden… Y los papás también se entusiasman y la voz de los chicos es la que lo transmite… Creo que la mejor publicidad es que un chico lo viva y después replique”.
–¿Cambió la situación, la cantidad de tiros…?
–Aunque no deberíamos tener cazadores en nuestra zona, hay muchos menos. Algunos días escuchás pero muy poco y cuando lo escuchás ahora no lo escucho yo sola, lo escuchamos muchas personas. “¿Viste que están los cazadores?”, se comenta y antes nadie decía nada. Si escuchás muchos tiros, ta-ta-ta-ta-ta, son cazadores, pero si escuchás un tiro y luego otro tiro, te quedás tranquila porque es alguien del lugar que está matando para comer porque esta es una comunidad humilde… Son distintos los tiros de los cazadores. Está bueno que los tiros ahora no los escuche yo sola, que los escuchen los chicos y las personas adultas.
Cifras
El documental “Custodios del Territorio” asegura que “los perdigones duran 300 años en el ambiente” y agrega:
- Fueron hallados hasta un millón 400 mil perdigones por hectárea en las zonas estudiadas
- Cada año se agregan más de 15 toneladas de plomo a los humedales de Santa Fe
- Con un perdigón de plomo podemos contaminar hasta 12 mil litros de agua
- Más de la mitad de los patos estudiados presentaron plomo acumulado en hígado
- Un tercio de los patos presentaron plomo en sangre causándoles anemia y deterioro físico
- El 98 por ciento de los patos estudiados mostraron plomo en huesos. Esto indica intoxicación crónica
- Se confirmó que los niños que consumen carne de pato tienen importantes niveles de plomo en sangre.
Kit de proyección para cada escuela
La idea es poder distribuir el documental en todas las escuelas. Hasta ahora se ha conseguido apoyo económico para grabar 500 DVD. Está todo pensado para que cada establecimiento educativo pueda recaudar fondos para equiparse con binoculares, guías de aves y otros elementos necesarios para las salidas a campo.
La película formará parte de un kit que además tendrá un libro, juegos didácticos para reconocer especies, folletos, una nota para pedir gratis el cine del pueblo, las entradas y hasta un manual sobre cómo generar un kiosco para vender cosas saludables durante la proyección.
Andrea Caselli recalca que la intención es que “la gente tenga todo listo y lo único que tenga que hacer, después de recibir el kit, es organizar en dos meses la proyección y compartirlo en su comunidad”.
Y mientras se busca llegar a todas las escuelas, se trabaja también en la posibilidad de presentar el documental en algún festival internacional para que empiece a estar disponible. Hasta ahora está traducido al inglés y pronto en francés, portugués y probablemente en italiano y chino. “Si cada uno de los que estamos en el equipo se ocupa de poner su creatividad, seguramente en los próximos cinco años va a rodar”, dice convencida.
Compromiso y esfuerzo
Custodios del Territorio son una muy buena intención acompañada de un montón de esfuerzos para profesionalizar los educadores a la hora de salir a trabajar al campo usando los recursos naturales como recursos educativos”, expresa la realizadora Andrea Caselli. Advierte que ante los problemas serios, “hay dos caminos: quedarse en la queja o en la acusación o tratar de hacer algo positivo y concreto por pequeño que sea. Custodios es una buena intención que se ejecuta tratando de juntar gente que tiene ganas de compartir acciones positivas en favor del ambiente y no solamente con panfletos o encadenados a un árbol, sino con el compromiso de usar tiempo para profesionalizarse, llevar a chicos de distintas edades al campo y seguir juntos en un proceso de comunicación honesto que nos permite compartir experiencias y sacar lo mejor de cada uno”.
–¿Participa mucha gente?
–Desde 2014, comenzó informalmente la Diplomatura de Educación para la Conservación del Territorio en el marco de Custodios, tenemos un promedio de 30 personas por año con lo cual ahora hay más de cien diplomados. Pero hay un montón de personas que no hacen la diplomatura, que son docentes o chicos que obviamente están dentro del programa.
–¿Cualquiera puede sumarse?
–Sí, pero tratamos de que se mantenga lo que decía en cuanto al compromiso porque surgen olas y modas y aparecen los guardianes del agua, los cuidadores del ambiente, los tutores de la vida y un montón de emprendimientos que está muy bien pero que a veces termina cuando termina el subsidio o cuando termina el impulsor, sea el gobierno o una ONG. Custodios empieza con menos gente pero en casi cuatro años han demostrado compromiso y esfuerzo y eso significa estudiar, formarse, saber cómo salir al campo… Entonces puede entrar cualquiera, pero cualquiera que tenga ganas de comprometerse y de esforzarse.
Custodios en acción
El programa Custodios del Territorio abarca estudios, concursos, encuentros, trabajo en escuelas, innovaciones informáticas y campañas. Particular relevancia adquiere la Diplomatura en Educación para la Conservación del Territorio . Está dirigida a docentes, guardaparques, biólogos, agentes de conservación y personas de la comunidad interesadas en la conservación de humedales. Especialistas de cada disciplina buscan profesionalizar a los interesados en el Programa Custodios del Territorio. La primera diplomatura se dictó en 2015 en la UNICEN de Tandil. Al año siguiente, tuvo lugar en el Parque Nacional El Palmar de Entre Ríos. Este año se realizó en Santa Fe y en 2018, entre abril y julio, tendrá lugar en Tres Arroyos, Buenos Aires. El carácter itinerante de esta actividad está dirigido a favorecer la formación de recursos humanos de cada región. Más información: www.custodiosdelterritorio.unicen.edu.ar
El arte también custodia
El Chango Spasiuk (foto) no sólo cedió su música para el documental. “Ayudó a repensar aspectos del trabajo, de cómo poner la música, cómo no solapar el sonido… Y su frase ‘menos es más’ – recuerda Andrea Caselli– nos sirvió muchísimo porque queríamos poner todo y todo eran 220 horas de grabación”.
Bajo el título “El arte también Custodia el Territorio”, el músico misionero brindará una charla en Tandil en ocasión del Tercer Encuentro Nacional Custodios del Territorio, del 13 al 17 de noviembre próximo.
Luego se proyectará el documental y en el cierre, el concierto del Chango Spasiuk. El 100% de lo recaudado –para los participantes del encuentro la entrada será gratuita— se destinará a equipar escuelas custodias que en la actualidad suman 25.