El mundial de los sueños realizados

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Argentina conformó un seleccionado para futbolistas con síndrome de Down. Es un equipo de Futsal que superó límites de todo tipo, incluso para conseguir el dinero para viajar a la Copa Mundial en Brasil.

Por Gabriel López 

“Si este fuera un país inclusivo, deberíamos tener las mismas condiciones que la selección de mayores que va a un Mundial como nosotros”, dice Juan Manuel Velardez, el entrenador de Futsal para personas con síndrome de Down. El equipo que dirige no depende de AFA y va a competir en un torneo global que no sponsorea la FIFA. Lo que plantea el técnico pasaría si los eslogans tuvieran algún anclaje con la realidad, como el que proclama que los deportes son una puerta para avanzar hacia la integración.

Este equipo de fútbol con pibes con síndrome de Down es para mayores de 18 años y el más grande tiene 32. Practican con giras, prueban jugadores, incluso deben dejar a alguno en el camino, porque el torneo es competitivo y son muchos los que participan al evolucionar los paradigmas de discapacidad: antes se les daba algún trabajo de panadería y casi no tenían perspectivas en el deporte.

El 21 de marzo fue el día internacional del Síndrome de Down. Coincidió con el final del evento humanitario y deportivo más grande del mundo, los Juegos Mundiales de Verano (Special Olympics), con 177 países, 24 deportes y 20 mil voluntarios, que habían sido creados en 1968 por Eumice Kennedy, hija del ex presidente de Estados Unidos.

Pero esta Selección de fútbol tendrá otro destino. Se formó en noviembre de 2017 y consiguió su primer éxito al clasificar al Mundial de la disciplina “futsal, deporte adaptado”. Son doce jugadores, que representan a FADDIM, siglas de la Federación Argentina de Deportes para personas con Discapacidad Intelectual.

Así como Los Murciélagos –el combinado nacional de personas ciegas– y Los Halcones –el de los que sufren alguna disminución intelectual–, éstos nacieron de los propios objetivos fijados en charlas. Y en una de ellas, que tuvo como escenario una sala del Estadio Ciudad de La Plata, Velardez (de la Fundación Boca Social) sumó a la iniciativa a Gustavo Caik, coordinador general de seleccionados futbolísticos de la Federación.

Desde que arrancó 2019 hubo una intensa campaña para poder juntar el dinero que les permitiera llegar a Brasil. Necesitaban $1.200.000 y la cuenta que sacaron es sencilla: necesitaban diez mil personas que aportarán cien pesos cada una. Una web solidaria lanzó las redes y “a los que más le cuesta el mango fueron los que primeros nos ayudaron”, agradece Velardez, a quien apodan Chiqui, como al presidente de la AFA Claudio Tapia, quien también levantó la voz para que tengan pasajes aéreos y ropa deportiva.

La pasión viene del alma

La naturaleza física de las personas con síndrome de Down es producto de un cromosoma extra, lo cual deriva en la gestación de una persona con rasgos físicos y características intelectuales distintas. La ciencia explica que los genes son los que dirigen la vida celular y las células tienen 23 pares de cromosomas, es decir 46 cromosomas. Pero ellos tienen 47 por ese cromosoma extra (trisomia) en el par 21.

La que no atiende esas explicaciones es el alma que los hace amar, sentir y esperar como a cualquier otro ser humano. “Tener Down es un señor que se ha puesto adentro mío y allí se quedó”, bromea uno de ellos en uno de los videos de difusión producidos para el día internacional.

Los profes Caik y Velardez disfrutan con este plantel, con el proceso de verlos crecer, aunque también sufren cuando tienen que tomar algunas decisiones. “Al tratarse de una Selección, a la larga tenés que dejar afuera a varios, ya que viajamos por todo el país para observarlos y detectar talentos”.

De esos talentos puede dar fe el ex arquero Juan Carlos Olave, quien en un amistoso en Córdoba comprobó la precisión al pasarse la pelota, la capacidad para buscar los espacios o habilidad para rematar al arco.

Si se trata de mencionar a alguna de las figuras, Lucas Undhold, el 2 y capitán, siente el cielo en sus manos desde que gracias a una nota de un diario deportivo pudo acercarse a Boca Juniors, cuando el club xeneize armó su departamento de fútbol adaptado. Además, tiene su trabajo como verdulero y en su propia casa un emprendimiento de pan rallado, al que deberá dejar dejar de lado varios días por disputar la Copa Mundial.

El progreso no fue casualidad. El cuerpo técnico, en el que también está el profesor Jorge Olas, sumó a una psicóloga que los ayuda en temas como la identidad grupal. Lo más fuerte, a decir del DT, es el entusiasmo de los padres. “Si les decís que tienen que estar a las 12 de la noche en Plaza Moreno de La Plata, ahí estarán”, rescató Velardez.

La felicidad de este hombre es la de todo el grupo, que desde que se confirmó que podían participar –al juntar los recursos– sintieron un “ya ganamos”, como dijo el Profe Velardez, “aunque vamos a dar todo por jugar la final el 5 de junio”.

Unos días más tarde, el 12, Velardez cumplirá 50 años de vida. En una entrevista con La Pulseada Radio recordó que en 1986 empezó a trabajar con la discapacidad dentro de los establecimientos educativos. “No me pagan por dirigir a esta Selección, cobro por módulos en el Estado. Pero con tal de verlos a ellos, de compartir momentos de felicidad, la verdad que esto que iniciamos hace un año y medio no tiene precio”, se emociona.

Gambeteando adversidades

Si las páginas de este número de La Pulseada se están leyendo antes del 28 de mayo, el equipo “nacional” ya estará en su aventura brasileña, en Rivera Preto, ciudad donde estará la sede de la Argentina en un evento con presencia de Italia (que defiende el título), Portugal, México, Perú, Chile y el local Brasil, entre otros.

La clasificación la ganaron en la cancha y los pasajes con el resto de los insumos básicos para poder participar los pelearon en la calle. Es que FADDIM, por sí misma, no podía costear todo lo que rodea a la participación en el Mundial. “Todos estamos con el mismo problema, no fue fácil costearse el pasaje”, reconoció Caik, el profe nacido en La Plata.

Para que los números empezaran a cerrar hubo múltiples acciones. Hubo un evento en el estadio de Ferro que contó con la presencia de “famosos”, amistosos en el interior del país, peñas, y mucha perseverancia de las familias que llevaron a sus hijos adonde sea que fuera la concentración. Una empresa de ropa deportiva los vistió.

“Hay algunas ciudades donde se da prioridad al deporte adaptado, pero son pocas. Y no queríamos pedir que nos banque un municipio, sino que apostamos a las donaciones”, explicó Caik, quien sabe que “en cada salida los pibes no son vistos únicamente por cómo juegan al fútbol, ya que en esta exigencia también vale y mucho el comportamiento personal”.

Y el Mundial no es un paseo. “No hacemos algo recreativo, apuntamos al alto rendimiento porque tienen la capacidad. Hace unas décadas quizás quienes tenían el síndrome de Down estaban destinados a la gastronomía o a alguna expresión teatral”.

Recién se inician en el camino de la competencia. El mundo les abre puertas ante una realidad donde antes apenas tenían salidas recreativas, ahora lo hacen en forma competitiva. Los que años atrás a duras penas conseguían un lugar para jugar, ahora ya tienen un equipo para representar al país.

Se tienen fe y pretenden llegar al pitazo inicial con el termómetro del entusiasmo al tope. Para que en la capital mundial de la alegría dibujen sonrisas y gambetas, en cámara lenta si la comparación es con los movimientos de un Messi o cualquier profesional, pero hermosas y demasiado valiosas, como esos abrazos incondicionales que duran varios segundos cuando encuentran un nuevo amigo. Les gusta tanto como las fotos o las notas para la televisión. Y aunque aprendan más lento, estar con ellos duplica las enseñanzas de una vida.

Sea cual sea la estadística de la tabla de posiciones final, los representantes argentinos del equipo de síndrome de Down, han superado a la propia competencia. “Pensabamos que con mucho público se podían bloquear, pero no, con mucha gente juegan mejor”, afirman los integrantes del cuerpo técnico.

El termómetro del éxito es la alegría de compartir momentos, aprender una jugada de tiro libre y viajar. Estos hijos de la vida llevarán por siempre en el pecho un sentimiento que los exime de todo resultado. El partido de la inclusión hace rato que se juega.   //// LP   

 

Cara conocida de Gimnasia

Gustavo Caik nació en 1969 en La Plata. Su carrera como jugador tuvo techo en For Ever y Everton, dos camisetas barriales que se puso en los ‘80. La sangre siempre fue de glóbulos rojiblancos. La influencia de una abuela que le hablaba de Estudiantes hasta en la sopa, aunque –quiso el destino– que tras recibirse en el profesorado de Educación Física fuera a trabajar para Gimnasia. En el Bosquecito, Estancia Chica y el estadio de tablones de 60 y 118 fueron sus primeros contactos con jugadores amateurs. “Entré al Lobo por Gustavo Del Favero y me encontré con una gran familia en el club, con Basílico, Di Bastiano, Di Plácido y Gelvez, acompañándolos desde 1989 a 1992”, le recordó a La Pulseada.

“Después me fui a vivir a San Cayetano (en el sudeste bonaerense), a donde pensé que iba por un año y sigo viviendo allí, donde armé mi familia”, sonríe Caik, uno de los mentores tanto del proyecto de la Selección de discapacidad intelectual como de la de síndrome de Down.

En 1995 llegó como profe a la instancia profesional, en el Nacional B, con Nueva Chicago, al lado del recordado DT Hugo Pedrazza

Y entre 2001 y 2007, fue el director de Deportes de la Municipalidad de San Cayetano. Fue el momento en que ganó el concurso para ser el entrenador de los seleccionados de fútbol de FADDIM.

Las hazañas de Los Halcones

 

Halcones es el nombre con el que se bautizó al equipo de discapacidad intelectual, que actualmente es el número uno del continente y está considerado uno de los tres mejores del mundo.

Su participación y triunfo en certámenes internacionales los llevó a ocupar ese lugar.

Copa América 2010

El primer título internacional llegó en Brasil, compartiendo el primer puesto con los locales. No viajaron al Mundial por discrepancias en la forma de evaluación del coeficiente intelectual.

Copa América 2014

Otra vez campeones y clasificados al Mundial de Brasil, aunque tampoco viajaron por promesas incumplidas de quienes iban a dar los avales económicos.

Copa América 2017

Se repite el primer puesto y esta vez sí pueden cumplir el sueño de disputar el Mundial de Suecia, donde llegaron a la final ante Arabia, selección que por cuarta vez consecutiva se consagró campeona.

 “Soles humanos”

Por Daniel “Profe” Córdoba (*)
Especial para La Pulseada

Trabajé con chicos ciegos, disminuidos visuales, sordos, hipoacúsicos, motores, mentales, sociales. Y es probable que en los diez años de trabajo, habiendo pasado por concursos y teniendo la posibilidad de organizar eventos, los mas compradores, cariñosos y simpáticos fueran los chicos con síndrome de Down. Hace poco, cuando fue su Día Internacional había que andar con medias de distintos colores y así lo hice.

La Selección de Fútbol que integran los premia, como antes había sucedido con aquellos que juegan en otros deportes y con otras discapacidades.

Mas allá de las competencias, ellos son un regalo de la vida. Son soles humanos. E indudablemente vinieron aquí para hacernos dar cuenta (a los que teóricamente no tenemos la capacidad que tienen ellos) cuán importante es el amor, la dulzura, el afecto y todo lo que de ese modo se pueden conseguir.

Con ellos aprendí que en todo proceso de maduración de cualquier ser humano, realmente lo más importante es el afecto.

Esta Selección seguro va a ser la más sincera, más pura, más desinteresada y más noble de todas las que nos han representado desde que empezó el fútbol argentino.

No puedo dejar de nombrar a Violeta Cossani, una adelantada en el trabajo deportivo con quienes tienen discapacidades. Quizás ese esfuerzo de ella hoy haya servido para varios ejemplos, como éste, de chicos, profes y dirigentes.

(*) Trabajó durante una década con jóvenes con discapacidad. Fue DT de Estudiantes.

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