Así lo demostraron muchos espacios culturales de la ciudad, con agendas nutridas de encuentros. Primero fue La Grieta el 12 de noviembre, abriendo el Galpón de Encomiendas y Equipajes de 18 y 71 a la visita de Aula a la Deriva, un proyecto nómade que se dedica a activar iniciativas culturales en barrios de las afueras de Barcelona. La jornada abierta estimuló el intercambio de experiencias sobre distintos modos de encarar proyectos sociales.
Durante la misma semana, el Centro Social y Cultural Olga Vázquez salió a la calle acompañado por cientos de personas que se reunieron en Plaza San Martín, a demandar por la expropiación definitiva de su sede de calle 60 entre 10 y 11, donde desde hace años funcionan distintos emprendimientos productivos (imprenta, pizzería, herrería y las cooperativas de cocina y textil), talleres artísticos, una biblioteca popular, el bachillerato popular Bartolina Sisa y la FM 106.3 Radionauta. Hubo un Festival que duró desde la mañana hasta la noche, con talleres abiertos, bandas y una radio abierta.
Días más tarde, 24, 25 y 26, el Olga fue escenario del 3° Encuentro Nacional de Espacios Culturales Autónomos (ENECA), que venía de hacerse en Mar del Plata y Santa Fe. Y por si fuera poco, diciembre arranca con otra edición de la Feria de Libro Independiente (FLIA) en la Casa Hermanos Zaragoza (53 entre 3 y 4), donde circulará nuevamente la producción gráfica y artística de la región.
Las semanas corrieron del calendario entre ruedas de diálogo y organización de actividades: un fin de año enérgico que no tiene nada que envidiarle a los principios.