La cacería
Dirección: Thomas Vinterberg
(Dinamarca, 2012)
114 minutos
El director Thomas Vinterberg adquirió notoriedad cuando en 1998 estrenó la película “La celebración”. Ese filme sobre una alegórica reunión familiar en la que, durante el festejo del cumpleaños del patriarca, salían a la luz los secretos más terribles y mejor guardados, fue considerado el primero realizado según los preceptos del llamado “Dogma 95”. Ese movimiento aglutinó a un grupo de cineastas daneses —con el por momentos genial, algunas veces muy irritante y siempre provocador Lars von Trier a la cabeza— que propuso prescindir de los decorados, de la música, de los efectos especiales y también de los artilugios de montaje cinematográfico para pasar a colocar en un lugar privilegiado los guiones, las interpretaciones y el registro realizado cámara en mano. Después de haber recorrido con variada suerte otros caminos, Vinterberg retorna con “La cacería”, si no a la letra plena, por lo menos al espíritu del Dogma. Habla aquí de Lucas (extraordinario Mads Mikkelsen, ganador por este papel del premio al mejor actor en Cannes 2012), que trabaja con dedicación como auxiliar en una guardería hasta que una niñita, a la que adora y por la que es adorado, sugiere con inocencia a la directora que este asistente ha hecho con ella algo que no debía… En el calvario vivido a partir de entonces por el acusado se concentrará la historia que cuenta la película, con una tensión que irá in crescendo hasta volverse casi insoportable. Parece que incluso en las sociedades aparentemente más progresistas hay circunstancias en las que alguien puede acabar sintiéndose tan indefenso y acorralado como un ciervo en una cacería.
Caros Gassmann